Castilla y León se sitúa todavía en una situación de altísimo riesgo, por lo que la prudencia es el elemento clave para la desescalada. Así lo manifestaba la consejera de Sanidad, Verónica Casado, quien ha explicado los niveles y criterios que seguirá la Comunidad para comenzar a bajar y relajar las medidas de restricción, siempre con esa prudencia muy presente, pues de lo contrario “podemos tener una cuarta ola sin haber resuelto la anterior”.
La consejera ha reconocido que estamos ante un descenso simétrico a la subida, que fue “muy vertiginosa y rápida y casi escandalosa”, pero afortunadamente el descenso está llevando el mismo ritmo. La Comunidad se sitúa a 154,79 casos por cada cien mil habitantes a 7 días, y 802,16 a 14 días, por lo que “estamos bajando muy rápidamente”.
Para pensar en la desescalada, las UCIs no deberían de superar el 25% de ocupación, los hospitales al 15% y la incidencia acumulada a 14 días por debajo de los 250 casos por cada cien mil habitantes y 25 casos a 7 días. Hasta que no se consigan esos niveles y alcance esos límites de seguridad, Castilla y León no comenzará a rebajar las restricciones. En estos momento estamos 32 veces por encima del nivel de seguridad de las tasa de incidencia y, en cuanto a la situación de los hospitales, la Comunidad tiene ingresados a 1.406 enfermos por Covid, de ellos 1.170 en planta y 286 en UCI.
Ante estos datos, Casado ha reiterado que "todavía nos queda mucho” y que vivimos una pandemia diferente a las anteriores con la presencia de numerosas cepas mucho más contagiosas, por lo que “cualquier paso en falso puede ponernos en una situación muy complicada, tenemos que ser precavidos”, ha subrayado.