Palacio de la Moncloa. Madrid, 14 de marzo, al filo de las 21.00 horas. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, decreta por segunda vez en más de 40 años de democracia el estado de alarma en España. Lo que ya era muy evidente se convierte en realidad. La humanidad afronta la peor pandemia en más de un siglo. Por delante, meses y meses de dura lucha contra el coronavirus, que en unas semanas se ha expandido desde China al último rincón del mundo a una velocidad propia del mundo global.
Castilla y León, con la población más envejecida de España, es un blanco fácil para el voraz virus llegado de Wuhan, y sufre una de las peores tasas de mortalidad de España.
A día de hoy, casi un año después, la Comunidad Autónoma contabiliza 10.132 fallecidos por esta causa, 5.302 en hospitales. El resto, en residencias y en domicilios.
Especialmente golpeadas han resultado las provincias de León, Valladolid y Salamanca, aunque en provincias con menor población la tasa de mortalidad por COVID es muy elevada, como es el caso de Soria y Segovia.
La mortalidad es inversamente proporcional a la edad, por lo que las víctimas mortales se disparan en mayores de 80 años, especialmente entre los hombres.
Precisamente por este motivo, el virus está haciendo estragos en las zonas rurales, con una población más envejecida, motivando el fallecimiento de más del 1,7% de la población en algunas zonas en menos de un año.
Especialmente sangrante es el caso de estas tres zonas básicas de salud: Corrales del Vino, en Zamora, con 49 personas fallecidas por COVID y una tasa de mortalidad del 1,53% de los habitantes; Pedrosillo El Ralo, en Salamanca, con 43 fallecidos, y una tasa del 1,58%; y Sacramenia, en Segovia, con 15 decesos por esta causa y 1,74% de habitantes fallecidos en el último año por el coronavirus.
En el siguiente mapa de la Junta de Castilla y León pueden consultarse las personas fallecidas desde el 1 de marzo de 2020 por COVID en cada zona de salud: