Este sábado, 13 de marzo de 2021, se cumple un año de las muertes de las primeras personas con positivo confirmado por coronavirus en Castilla y León, que dieron inicio a una serie que contabiliza, 365 días después, 6.606 personas fallecidas en hospitales y residencias y 10.459 muertes según la estimación que ofrece la Junta en función de las bajas en tarjetas sanitarias en datos actualizados este viernes, día 12.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de aquel viernes 13 de marzo la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León informaba de los primeros fallecimientos confirmados a causa del COVID-19, un virus que había dejado los primeros casos positivos dos semanas antes.
Se trataba de una mujer de 89 años fallecida en Miranda de Ebro (Burgos), un hombre de 81 años en Salamanca, y una mujer de 98 años en Segovia. Aunque todos los estudios que se han conocido a lo largo de este año indican que con mucha probabilidad estas muertes no fueron las primeras que causó el COVID-19 en la comunidad, ya que al igual que en toda España circulaba desde semanas antes.
Aquel 13 de marzo la cifra de positivos en la Comunidad había ascendido hasta 169 --un año después el recuento alcanza los 213.554 casos--.
Esa semana, la del 9 de marzo, el Gobierno regional había comenzado a tomar medidas restrictivas y había anunciado la suspensión de las actividades lectivas en lugares con mayor incidencia del virus, como la localidad mirandesa, en lo que sería la antesala a la declaración del estado de alarma que llegaría el sábado 14 de marzo, con el inicio de más de once meses ya de medidas restrictivas en todo el país.
A lo largo de este año de pandemia en Castilla y León, las personas fallecidas con coronavirus confirmado ascienden a 5.606 en los hospitales y otros 1.144 en las residencias de mayores, si bien esta última cifra no ha aumentado en las últimas dos semanas en la Comunidad, ya que estos centros han mostrado una reducción casi drástica de la mortalidad desde el mes de enero.
La Junta, en su portal de Datos Abiertos, ofrece una estadística denominada 'mortalidad COVID' en la que computa el número de personas fallecidas por COVID-19 (confirmados y compatibles con la enfermedad) por número de tarjetas sanitarias en cada zona básica de salud. A partir del 1 de marzo de 2021, se considera personas fallecidas por COVID-19 aquellas personas que tengan en los tres meses anteriores al fallecimiento una prueba PDIA positiva en su Historia Clínica.
Esta magnitud alcanza este viernes los 10.459 fallecimientos, de los cuales 5.171 han sido mujeres y 5.288, hombres.
La estadística se ofrece desde el pasado 3 de mayo y de su análisis se puede comprobar que los peores meses fueron marzo y abril, cuando se sumaron cerca de 3.000 decesos a causa del COVID-19 --a fecha de 3 de mayo se contabilizaban 3.011--.
Entre marzo y abril en los hospitales y residencias asistenciales 2.788 personas con COVID-19 confirmado, un 43 por ciento de la cifra que se contabiliza hasta este 26 de febrero. De hecho, solo en esos dos meses al menos otras 1.008 víctimas perdieron la vida en los centros residenciales con síntomas compatibles con la enfermedad.
De vuelta a la mortalidad total, los meses posteriores reflejaron un descenso paulatino hasta los en torno a 260 fallecimientos contabilizados en julio (263) y agosto (264).
Sin embargo, los registros han vuelto a aumentar con la llegada de la segunda y la tercera ola del virus, a partir del mes de noviembre, en el que llegó a los 1.329 fallecimientos.
El último mes del que hay datos completos, febrero de 2021, es el siguiente con más fallecimientos, al anotar 1.146; mientras que en enero de 2021 se contabilizan 1.094; y en diciembre, 1.002.
Según esta estadística del portal de Datos Abiertos de la Junta de Castilla y León, de las 10.459 personas que habrían perdido la vida por el COVID-19 en la comunidad, la gran mayoría se situaba en la franja de edad de mayores de 80 años --7.984--.
A la siguiente franja de edad, de 70 a 79 años, pertenecían 1.506 de estos fallecidos; 651 estaban entre los 60 y los 69; 227, entre los 50 y los 59; 68, entre los 40 y los 49; 13 entre los 30 y los 39; ocho entre los 20 y los 29; y dos entre los diez y los 19, que serían los fallecidos por COVID-19 más jóvenes de la comunidad.