S. Calleja / ICAL
El Biobanco del Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León ha contribuido a lo largo de la pandemia con cerca de 24.000 muestras al desarrollo de más de 40 proyectos de investigación en España y fuera de sus fronteras, en los que están implicados más de 100 investigadores. De esta forma, ha contribuido a paliar una de las carencias de muchos profesionales a la hora de desarrollar sus estudios, las muestras biológicas, uno de los retos a los que se enfrentan la mayoría de los ensayos clínicos.
Así lo explica a Ical Carmen Martín, responsable del biobanco que acabada de cumplir diez años, tiempo en el que ha distribuido más de 134.000 muestras biológicas a 120 proyectos no sólo de Castilla y León, sino también de autonomías como Madrid, Barcelona y ciudades como Toronto y Stanford, que van desde estudios centrados en cómo atajar la leucemia, a otros que estudian los anticuerpos y los nutrientes de la leche materna. Este último es un gran estudio que se desarrolla en Canadá y que ha contado con las colecciones de muestras del Banco de Leche de Castilla y León.
A estas líneas de investigación biomédica se suman otras vinculadas al cáncer, enfermedades autoinmunes, trasplantes, alergias, migrañas, enfermedades infecciosas -desde parásitos que transmiten las garrapatas hasta la COVID-19- y otros proyectos de investigación que se dirigen a mejorar o a desarrollar métodos de diagnóstico en enfermedades tan variadas como los mielomas o las trombopenias, así como para ensayos clínicos sobre regeneración ósea y uso de células madre.
La agilidad y disponibilidad del banco es uno de los valores que le han convertido en referente para muchos científicos, teniendo en cuenta que existen numerosos biobancos en España, Europa y en el resto de países, tanto públicos como privados, pero que carecen de esta accesibilidad propia del Biobanco de Castilla y León.
"Cualquiera que se dedique a investigación sabe lo complicado que es conseguir muestras, y sobre todo en los hospitales, donde los investigadores tienen abundancia de enfermeros, pero muchos problemas para lograr muestras de personas sanas para compararlas. Ahí es donde nosotros contribuimos”, a partir de muestras sobrantes de analíticas y de componentes no aptos para uso transfusional, previo consentimiento de los donantes.
Más de 15.000 de anticuerpos COVID
Sólo a lo largo de la pandemia, el Biobanco ha sumado a su actividad habitual más de 15.000 analíticas de anticuerpos anti COVID-19; se han seleccionado y suministrado más de 500 plasmas convalecientes a diferentes proyectos de investigación, tanto de tratamiento como de diagnóstico de la infección por SARS-CoV2 nacionales e internacionales.
Además, en este año ha coleccionado unos 40.000 sueros de donantes, tanto de seronegativos, como de ex-convalecientes y asintomáticos, que están a disposición de los investigadores que los soliciten. En este sentido, Martín destaca la solidaridad de la población y el altruismo de los donantes, algo “importantísimo en una pandemia, pero también el resto del tiempo”. “Ha habido un bajón en donación de plasma, que se sigue necesitando para avanzar en otros proyectos que, ojalá, sirvan para salvar muchas vidas. Cada donación de sangre salva tres vidas, pero si además participas en investigación pueden ser miles o millones. Es colaborar en el trabajo para curar una enfermedad como la leucemia”, sentencia.
En su primera década, el centro avanza con el reto de expandirse y continuar dándose a conocer fuera de las fronteras nacionales y afinar en la información asociada a las muestras. “Una muestra no es valiosa por sí misma; el valor reside en datos como el sexo y la edad del donante, que permite afinar mucho más en los estudios. El futuro pasa por ofrecer grandes cohortes sobre hábitos y estilos de vida, sueño, dieta... Tener toda esta información sería muy interesante. Ese es nuestro objetivo, intentar aportar nueva información de las muestras biológicas”, explica Carmen Martín a Ical.
El futuro también pasa por contribuir en nuevos proyectos, tanto ajenos como propios, de los que surgen “muchos cada mes”. El biobanco está ahora volcado en colaborar con un estudio sobre la enfermedad de la babesiosis que transmiten las garrapatas; ha colaborado sobre uno de riesgo cardiovascular entre la población de Castilla y León, impulsado desde Salud Pública, y coopera en otro sobre migrañas que desarrolla un equipo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid.