Castilla y León

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Sanidad

El COVID-19 aumentó las incidencias clínicas de enfermedad mental en niños

30 mayo, 2021 15:42

Servimedia / ICAL

La epidemia del COVID-19 afectó especialmente en la salud mental de los niños en los meses más duros de la crisis sociosanitaria. Los expertos perciben también que ahora las consultas están viviendo un repunte por “la pandemia derivada de la pandemia” en la población general con enfermedad mental.

Así lo asegura a Servimedia el psicólogo clínico Calixto Plumed, consejero delegado en la Clínica Nuestra Señora de la Paz (Madrid) y profesor en la Escuela de Enfermería y Fisioterapia San Juan de Dios-Comillas. Sostiene que les ha llamado “poderosamente la atención el aumento de algunas incidencias vistas durante este año en la población infanto-juvenil: 7,7 por ciento trastornos de conducta y emociones cuyo inicio se presenta habitualmente en infancia y adolescencia; 1,75 por ciento ideaciones suicidas y un 1,6 de intento de suicidio”.

Así lo refleja el balance de los datos recabados a partir de los 2.000 pacientes de salud mental que han visto en sus consultas durante el periodo más duro de la pandemia. Por su experiencia en los centros de la orden hospitalaria de San Juan de Dios, considerados de referencia para la salud mental, este psicólogo clínico ha tratado a “muchos” pacientes derivados de otros dispositivos. “La incidencia asistencial ha sido mayor”, recalcó.

A partir de esos cientos de pacientes, el equipo de Plumed destaca los porcentajes más significativos de patologías que atendieron: “9,8 por ciento, trastorno depresivo mayor; 8,55 por ciento, trastorno bipolar; 7,2, trastorno de ansiedad generalizada; 6,4, trastorno de personalidad y trastorno límite de personalidad; 4,8 por ciento, trastorno adaptativo mixto, con ansiedad y depresión; 4,25, trastorno mixto ansioso-depresivo; 4,25 por ciento, otros trastornos de ansiedad; 3,5, esquizofrenia; y 3,4 por ciento, trastorno adaptativo con ansiedad”.

Pero los efectos de la crisis del COVID-19 prosiguen dando la cara en las consultas de este hermano de San Juan de Dios: “En estos momentos están aumentando considerablemente las consultas que recibimos en las urgencias de Salud Mental. Este aumento es debido a lo que llamamos ‘la pandemia derivada de la pandemia’. Su origen lo tenemos bastante detectado, porque afecta a los estados emocionales por estrés y por ansiedad”.

Plumed apunta a varios aspectos que “potencian” la crisis en el plano personal por la crisis pandémica: la pérdida de un familiar, el miedo al contagio y a contagiar, la incertidumbre por personas del entorno y los sentimientos contradictorios hacia quienes no han estado en primera línea.

Sin embargo, este psicólogo clínico subraya el comportamiento de las personas con enfermedad mental. “Durante la crisis Covid-19 los enfermos no han sido suficientemente atendidos por sus centros y profesionales respectivos, porque había otras urgencias sanitarias que tratar. No obstante, el comportamiento de la población que hemos atendido ha sido todo un ejemplo, más que el de muchos de los ciudadanos que nos llamamos ‘normales’. Y su disciplina y respeto de las pautas sanitarias han sido muy edificantes, junto a los profesionales que hemos acompañado durante este largo período de restricciones”, destacó el psicólogo.

“Por lo tanto, la salud mental no ha salido mal parada en esta ocasión como algunos otros colectivos más afectados en esta pandemia. Porque hemos sabido mirar con dignidad a los enfermos mentales, al cuidarlos como lo merecen y verlos como lo necesitan”, agregó.

Vida normal

En este contexto, el hermano Calixto recomienda a sus pacientes y alumnos para prevenir la enfermedad mental “que intenten llevar una vida lo más normalizada posible” y abordar la cuestión cuanto antes. Además propone “desarrollar una actitud adecuada para dejar que la crisis nos transforme, o, al menos nos dé una oportunidad para madurar o aprender algo para nuestras vidas” y “ahuyentar la angustia” en una sociedad en la que todavía no cuenta con “la vacuna de la paciencia”.

Plumed señala que la pandemia ha constatado “la gran capacidad de adaptación que tiene el ser humano” a situaciones extremas, aunque también recalca que el futuro dejará efectos psicológicos por el trabajo, frustración, agotamiento físico y mental de una gran parte de la población, del personal sanitario y los efectos más negativos en las personas más vulnerables. “Aún nos falta un aprendizaje de lo pasado para poner las soluciones oportunas”, sentencia.

Aunque la pandemia “nos ha pillado por sorpresa”, sostiene, “por la gravedad y sus dimensiones”, como profesor de profesionales sanitarios defiende que éstos tienen formación para enfrentarse a estas situaciones y otro tipo de catástrofes.

“El servicio y la valentía son dos de los valores que más se insisten”, apunta, valorando la labor de los sanitarios ante el COVID-19: “Han servido de puente entre las familias y sus enfermos, de pilar para los pacientes evitando que sufrieran psicológicamente durante su estancia y proporcionándoles apoyo y calidad asistencial, y de soporte con sus propios compañeros sustentándose en esos momentos tan duros”.

Espiritualidad

Ante esos momentos, señala este hermano de San Juan de Dios, puede tener un papel clave la espiritualidad. Cuando una persona tiene una crisis que afecte a su salud mental, asegura, “hay que saber acompañarle en la búsqueda de sentido de su vida”.

“Sabemos que las personas que refieren ser felices y estar satisfechas con sus vidas, tienen estadísticamente menos riesgo de ponerse enfermas. Gente de fe, individuos con espiritualidad, fuertes creencias religiosas o con un claro propósito vital, mantienen una mejor salud mental y física a lo largo de sus vidas”, asegura el psicólogo clínico.

Pero el gerente de Nuestra Señora de la Paz concluye: “La espiritualidad va más allá de la idea de un Dios al que se debe rezar, o de pertenecer a una determinada religión. Aunque sí tenemos en cuenta que, las personas que creen fehacientemente en uno o varios dioses (sean de la religión que sean) tienen más desarrollada su espiritualidad, porque es algo inherente a la propia persona”.