El delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, pidió hoy prudencia a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, ante su deseo de implantar el toque de queda entre las 01.00 y las 06.00 horas. A su juicio, todavía existe recorrido y la Junta puede desarrollar otras muchas medidas como están haciendo otras comunidades autónomas, antes de implantar “una tan drástica que afecta a los derechos fundamentales”.

Izquierdo, quien recordó que la Autonomía está en nivel 1 de alerta, lejos del 4, que sería propio de una situación de estado de alarma, pidió a Casado que deje de camuflar lo que realmente quiere hacer, que pasa por limitar horarios de apertura en locales de hostelería o el cierre nocturno. “Plantear una medida de encerrar a todos en casa es muy restrictivo, cuando hay otras muchas que podrían adoptarse si fuera necesario”, incidió en declaraciones recogidas por Ical.

El delegado del Gobierno e refirió así a la propuesta que Casado planteará este miércoles, ante el repunte de casos entre la población joven, a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en una nueva reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), ya que, desde su punto de vista, los países que lo han aplicado han tenido éxito en el control de la pandemia, dijo.

Casado apuesta por un toque de queda nacional, ya que de lo contrario no tendría efecto, para lo que sería necesaria una herramienta legal que permita adoptar esta y otras medidas a las autonomías fuera del estado de alarma.

Estrategia de vacunación



Por otro lado, respecto al ritmo de llegada de vacunas que, según varios responsables de la Junta, ralentiza la inmunización en Castilla y León, Izquierdo recordó que el Gobierno de España está cumpliendo los plazos y los objetivos de suministro fijados por el presidente Pedro Sánchez, con un 40 por ciento de la población ya inmunizada y con un 50 por ciento vacunada con una dosis. “Los avances son significativos”. Es más, precisó, que España es el país con el ratio de inmunización más alto de todo el mundo, gracias al “esfuerzo compartido” entre el Ministerio de Sanidad, que aporta las vacunas, y las autonomías, que son las que las administran.

En todo caso, y aún reconociendo el buen grado de administración de dosis sobre las recibidas que alcanza Castilla y León, un 90 por ciento, indicó que podría ser incluso mejor, como ocurre en Andalucía y Asturias, con un 98 y un 99 por ciento, en cada caso. “Todavía hay capacidad de mejorar el suministro de dosis que llegan a la población. Sabiendo que el ritmo es bueno, pero se puede hacer más, como lo está haciendo Asturias, con una dispersión geográfica similar a la de Castilla y León”, sentenció.