Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Sydney (Australia) ha evidenciado que las vacunas contra el coronavirus pueden ser más efectivas que la respuesta inmune natural que se produce tras la infección.
Además, en el trabajo, publicado en la revista 'PLOS Medicine', se ha mostrado que las personas que se contagiaron de coronavirus en 2020 produjeron anticuerpos, si bien estos no son "tan efectivos" contra las nuevas variantes del virus.
La investigación es uno de los estudios más completos del mundo sobre la respuesta inmune contra la infección por COVID-19, y muestra la necesidad de invertir en nuevos diseños de vacunas para mantenerse al día con las variantes emergentes de COVID.
Para alcanzar estas conclusiones, los expertos analizaron el suero de 233 personas diagnosticadas con COVID-19 durante 7 meses y descubrieron que el nivel de inmunidad a lo largo del tiempo depende de la gravedad de la enfermedad y de la variante viral.
"Podemos aprender mucho de estas personas que se infectaron en la primera ola en Australia, ya que se infectaron con la misma variante en la que se basan nuestras vacunas actuales. Si bien las vacunas aprobadas están mostrando buenas respuestas, nuestro estudio destaca la importancia del desarrollo continuo de vacunas, especialmente teniendo en cuenta las diferencias en las variantes", han aseverado los expertos.
Por ello, han avisado de que no se debe confiar en la respuesta inmune natural del cuerpo para controlar esta pandemia, sino más bien en las vacunas "ampliamente protectoras" que están disponibles. Finalmente, los investigadores han evidenciado que las respuestas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 se mantienen hasta siete meses después de la infección.