El programa de trasplante hepático de Castilla y León celebra su vigésimo aniversario. Su puesta en marcha se autorizó el 30 de julio de 2001, por parte de la Consejería de Sanidad, para que comenzará su andadura en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. Y el 20 de noviembre de ese mismo año se realizó el primer trasplante de estas características.
Desde entonces ya han sido 720 los ciudadanos que han recibido un nuevo hígado gracias a esta técnica sanitaria. Esta cifra total se ha distribuido del siguiente modo a lo largo de estos veinte ejercicios: 3 en 2001, 16 en 2002, 30 en 2003, 25 en 2004, 40 en 2005, 34 en 2006, 30 en 2007, 36 en 2008, 27 en 2009, 38 en 2010, 47 en 2011, 44 en 2012, 49 en 2013, 44 en 2014, 45 en 2015, 37 en 2016, 52 en 2017, 40 en 2018, 35 en 2019, 27 en 2020 y 21 en lo que llevamos de 2021. En los últimos años se ha observado un descenso de estas intervenciones debido a que, afortunadamente, la eficacia del tratamiento antiviral contra el virus de la hepatitis C está disminuyendo las indicaciones de trasplante.
Tiempos de espera muy reducidos
En este tiempo se ha conseguido asimismo que los tiempos de espera sean muy reducidos en todos los casos. De modo que, en la actualidad, solo hay cuatro pacientes aguardando para recibir un trasplante hepático; presentando la Comunidad una lista de espera con una antigüedad máxima de cuatro meses. Estos tiempos han pasado de tener una media de 68 días de espera en Castilla y León en 2010 a 48 en 2020, 21 días en 2019 (antes de la pandemia); presentando, en todo momento, listas de espera muy inferiores a la media nacional que en esas mismas fechas se situaba en 134 días en 2010, 73 en 2020 y 42 en 2019 (ejercicio pre-covid).
Asimismo, hay que señalar que en 2016 esta técnica asistencial se vio mejorada al añadir también la posibilidad de realizar trasplantes hepato-renales, posibles gracias a la colaboración entre el Hospital Universitario Río Hortega y el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. El primero de ellos se llevó a cabo el 8 de enero de ese año. Y, desde esa fecha, se han llevado a cabo dos de estas intervenciones en el Sistema Regional de Salud.
Castilla y León es, además, una región exportadora de hígados hacia otras partes de España; ya que la Comunidad presenta un elevado nivel de solidaridad y donación de órganos. Por ejemplo, en 2020 hubo 86 donaciones en nuestra Comunidad, de los que 27 fueron trasplantados para ciudadanos de la misma.
De los 27 trasplantes hepáticos realizados el año pasado dos fueron para pacientes cuyo área de salud de referencia es Ávila, seis de Burgos, ocho de León, cuatro de Salamanca, uno se Segovia, uno de Soria, seis de Valladolid y uno de Zamora. Se puede observar en 2020 hubo un descenso generalizado de este procedimiento en todo el país debido a la pandemia de Covid-19.
Los principales problemas de salud cuyo abordaje incluye la indicación de un trasplante hepático son la cirrosis y el hepatocarcinoma. Pero es una técnica que también se emplea en el tratamiento de otras patologías como el fallo hepático agudo o la colangitis, entre otros. Estas intervenciones también son más frecuentes en hombres que en mujeres, presentando ambos sexos estos porcentajes en los últimos ejercicios: 76,9% hombres y 23,1% mujeres en 2017, 82,5% hombres y 17,5% mujeres en 2018, 82,9% hombres y 17,1% mujeres en 2019, 70,4% hombres y 29,6% mujeres en 2020.
Todo esto ha hecho que el programa de trasplante hepático de Castilla y León sea ya un servicio consolidado. Una técnica sanitaria que permite ofrecer a todos los pacientes una atención eficiente y rápida en su propia Comunidad.