La variante Ómicron es la dominante en las aguas residuales de la ciudad de Segovia, mientras su presencia alcanza el 50 por ciento en las mediciones hechas en las entradas de las depuradoras de las capitales de Soria y Valladolid en la semana del 2 al 8 de enero. Estos resultados se ajustan a los valores detectados en el conjunto del país, que reflejan que ha desplazado a Delta, según los datos del proyecto VATar-COVID-19, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) que ha recogido la agencia Ical.
Asimismo, fuentes de este departamento, indicaron en un comunicado que además del avance de Ómicron, que desplaza a Delta, en la gran mayoría de las estaciones depuradoras de aguas residuales, se ha vuelto a registrar un nuevo máximo de concentración de SARS-CoV-2 en las aguas desde que empezaran las mediciones en junio de 2020. Así, la tendencia del COVID es creciente en Valladolid y descendente en Segovia y Soria.
En concreto, el Ministerio explica que desde la aparición de la Ómicron, la dominancia de la variante Delta se ha visto paulatinamente reducida en las aguas residuales analizadas, hasta que, esta semana, se ha registrado en la mayor parte de las EDARs del proyecto un descenso drástico: la variante Ómicron ha desplazado casi por completo a la variante Delta.
En la segunda fase del proyecto VATar-COVID-19, que se inició el pasado mes de diciembre, los laboratorios asociados han incorporado el análisis para la detección de nuevas variantes del virus en aguas residuales, entre ellas, la Ómicron. Todo ello mediante un ensayo PCR que permite detectar la presencia de mutaciones exclusivas para cada una de las variantes del SARS-CoV-2.
Los resultados del informe publicado esta semana en la página web del Ministerio, procedentes de la toma de muestras realizada entre los días 2 y 8 de enero, confirman, además, un nuevo récord en los niveles de concentración del virus. Los datos de este periodo se han convertido en los más altos de la serie histórica que comienza en junio de 2020, superando el anterior máximo detectado en las muestras recogidas entre el 19 y 25 de diciembre de 2021.
Esta tendencia constante de aumento, presente durante las últimas semanas, podría indicar que aún no se ha llegado a los niveles de detección máximos en las aguas residuales, si bien en algunas ciudades comienza a detectarse posibles señales de estabilización. Además, en Castilla y León se estima una incidencia acumulada a 14 días de 4.392,4 casos acumulados de COVID-19 por cada 100.000 habitantes, frente a los 3.472,06 estimados el 4 de enero.