S. Calleja / ICAL
“Queremos impulsar la presencialidad de los médicos de Atención Primaria en las consultas de los centros de salud y consultorios, y volver a la situación previa del coronavirus”, porque “es esencial y es piedra angular que el paciente vea a su médico y el médico al paciente”. Todo menoscabando la consulta telefónica, que llegó para quedarse, pero que se ha “hipertrofiado” a consecuencia del COVID-19, y que en la nueva normalidad debe seguir para actos médicos muy concretos, no por sistema.
Así de tajante se muestra el viceconsejero de Asistencia Sanitaria, Planificación y Resultados en Salud y gerente regional de Sacyl, Jesús García-Cruces, quien reconoce a Ical que este será uno de los objetivos prioritarios del primer nivel para este año 2022, pese a las limitaciones por la falta de profesionales que obligarán a reorganizar estructuras asistenciales e implantar nuevas medidas que permitan que los médicos se centren en la atención. Por ejemplo, con el desarrollo del módulo de atención al ciudadano, que deja en manos de los administrativos tareas que estos pueden desarrollar o canalizar para despejar las agendas de los facultativos, y que, en el caso de solicitud de demanda asistencial, debe canalizar una respuesta en 24 horas.
No es un brindis al sol, y los objetivos ya están sobre papel y han sido remitidos a los centros: como mínimo el 80 por ciento de las visitas deben ser de carácter presencial; un 20 por ciento consultas telefónicas y las agendas han estar disponibles para solicitar una consulta a demanda presencial, también telefónica, accesible a toda la población. “Que todo paciente que quiera una consulta presencial, que tenga una agenda accesible a la que sumarse”, sentencia García-Cruces.
El viceconsejero reconoce que la atención telefónica tendrá mayor peso que en en tiempos de prepandemia, “seguro”, pero que el nuevo equipo que dirige Alejando Vázquez tiene muy claro que lo último es que esta sustituya a la presencialiad. “Creemos que para la Medicina de Familia, para la actividad del médico de cabecera, es esencial. Queremos agendas accesibles y que no haya ningún paciente que deje de ser visto por su médico cuando lo necesite”.
El objetivo “prioritario” de garantizar la consulta médica presencial tanto en consultorios locales como en centros salud, marcado en el Plan Anual de Gestión de Sacyl para 2022, respetará, al menos, los criterios de jornada laboral ordinaria recogidos en la Orden de 15 de abril de 1991, que es la que fija los días de consulta que puede tener cada núcleo en función de la población.
En concreto, establece consulta diaria, de lunes a viernes, en núcleos de más de 501 habitantes; de tres días, en los de entre 201 y 500; de dos, en los que tenga entre 101 y 200 habitantes; de un día a la semana, en los de menos de 100, y la consulta a demanda en los núcleos de menos de 50.
Nueva realidad
García-Cruces reconoce a Ical que todos, profesionales y población, son conscientes de que la situación que ha provocado el coronavirus ha cambiado la manera de gestionar la asistencia, tal y como refleja el Plan Anual de Gestión. “Creemos que gestionar el postcovid no deja de ser un nuevo reto, y queremos una progresión de objetivos factibles en el tiempo y que se adecúe a una situación sin precedentes como hemos vivido”, explica. “Hemos hecho un esfuerzo especial en diseñar indicadores que, de verdad, posibiliten el seguimiento y el grado de cumplimiento de esos objetivos que queremos que sean lo más factibles posibles, porque vivimos una realidad realidad diferente”.
A su juicio, quizá no corran buenos tiempos para los sistemas sanitarios, porque los profesionales, “que son la esencia de la prestación de un buen servicio”, después del shock del COVID-19 todavía sienten “cierta frustración e impotencia por el manejo de tanta enfermedad”. “El personal sanitario es lo más importante del sistema. Si queremos dar a los ciudadanos una buena atención, es imprescindible contar con profesionales comprometidos y que estén permanentemente recibiendo buenas sensaciones, no ya de quienes toman las decisiones, sino también por parte de la sociedad y de los pacientes”, concluye.