La Consejería de Sanidad se ha puesto en guardia ante la tormenta que se avecina por el déficit de profesionales, en especial, en especialidades como la Medicina de Familia y Comunitaria. Se espera que la carencia de estos profesionales se prolongue al menos otros cinco años y no será hasta 2027 cuando se pueda empezar a equilibrar el número de médicos que se jubilan o abandonan el sistema con los que entren nuevos. “Es un problema muy complejo, que no tiene soluciones milagrosas”, y, si llegan, aún tendrá que esperar cinco años, hasta 2027, siempre y cuando se tomen medidas que den los frutos esperados.

Lo reconoce en ‘Los desayunos de Ical’ el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, quien admite que en cinco años el 60 por ciento de los médicos de Familia de Castilla y León se jubilarán, “es mucho”. Y si no se toman medidas, con la situación actual no habrá remedio: si todos los residentes que acaban su período de formación se quedaran en la Comunidad, sólo cubrirían el 60 por ciento de estas jubilaciones, y la realidad es que sólo se quedan el 30 por ciento. “Tenemos un problema muy importante”, pese a que “las condiciones son bastantes buenas”.

No es un problema exclusivo de Castilla y León, pero en esta Comunidad el problema es más acuciante por la extensión del servicio de salud “muy amplio en el territorio”. “Pongo un ejemplo, en el País Vasco, con una población equivalente, en una noche se necesitan a 90 médicos en puntos de atención continuada, aquí a 190”, expone.

“Las aguas que estamos viviendo ahora se gestaron diez años atrás. Hace diez años ya había informes que se guardaron en alguna mesa ministerial que decían lo que iba a ocurrir. Y desde el Ministerio no se tomaron medidas”, denuncia, para esgrimir que es el Ministerio, y no las comunidades autónomas, el que tiene que tomar medidas, por ejemplo, en la oferta MIR y en la acreditación de estas plazas.

“Hemos pedido una convocatoria extraordinaria para 4.000 médicos que no tienen acceso a una plaza de especialidad, que se flexibilicen las unidades de acreditación, se dé una vuelta al programa formativo de Medicina de Familia y Comunitaria, y la respuesta ha sido un decreto en el que se siguen eligiendo las plazas MIR de forma telemática sin garantizar simultaneidad, por lo que muchas plazas no se van a elegir, y se mantiene una nota de corte muy alta”.

“El MIR debe ordenar a los aspirantes para elegir y no es una oposición. Y se ha puesto un parche, y las plazas que a las que se renuncia no se pueden volver a convocar a resultas. Han decidido hacer otra cosa, dentro de su capacidad que tienen de hacer un real decreto”, denuncia a Ical, para lamentar que se ha perdido la oportunidad de aplicar la Directiva del 95 de la Unión Europea que indica que para trabajar en los sistemas públicos de Europa hay que tener un título de especialista, pero también recoge que todos los egresados tengan derecho a una plaza de especialista. "Hay 4.000 médicos que no tienen una plaza de formación y no se les puede contratar, y todavía estamos muy lejos de que la tengan todos los egresados".

Con las manos atadas

“Tenemos que dirigir todas las acciones entre el Ministerio y las autonomías de un modo coordinado” para llegar a buen puerto, y el argumento de que las comunidades tienen las manos atadas, en muchos aspectos, lo esgrime en el frente común de gobiernos autonómicos del PP, junto al del País Vasco, que han puesto sobre la mesa de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, seis medidas urgentes para resolver el déficit de especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria, un problema que es común a toda España, que es competencia del Ministerio de Sanidad. “Hay que abordarlo de manera inmediata desde el diálogo y el consenso”.

Entre estas medidas figuran garantizar que el sistema de elección MIR no deje plazas desiertas como ha ocurrido este año, y que se cree ya la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias.

También reclaman ampliar el número de plazas de formación especializada en Medicina Familiar y Comunitaria para afrontar el relevo generacional, y reformar el sistema de acreditación y el programa formativo de esta especialidad para después hacer una convocatoria extraordinaria de plazas.

Además, plantean la creación de un registro estatal de profesionales sanitarios que pueda servir para orientar las necesidades de formación y evitar así los déficits en determinadas especialidades, y poner en marcha medidas para que los médicos de familia tengan tiempo para recobrar su papel esencial como eje vertebrador de la atención integral de los ciudadanos.

Medidas

Vázquez precisa que desde Castilla y León se han puesto todos los recursos que la Comunidad tiene en la mano para frenar este déficit. Por un lado, con la oferta para el año que viene de todas las plazas acreditadas para la formación MIR en Medicina de Familia, así como la posibilidad de prolongación del servicio activo hasta los 70 años, siempre que se cumplan las condiciones de capacitación; atraer todo lo posible a los profesionales con mejores condiciones laborales, evitando “contratos malos”, ofreciendo posibilidades de investigación y docencia, ya que “no todo es sueldo”.

“Hay una una comunidad con mucha atracción, que no tiene mejores sueldos que nosotros. Pero tenemos una característica, que el 70 por ciento de los centros de salud son rurales y hay a muchos médicos que no les gusta el medio rural”. “Es un problema muy complejo, que no tiene soluciones milagrosas. El mercado laboral médico no obedece solo al dinero. Hace años un médico quería una plaza y ganar dinero, pero hoy en día piden otras cosas”, concluye Alejandro Vázquez.

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