El Consejo de Gobierno ha autorizado a la Consejería de Sanidad a la adquisición de 40.000 dosis de vacunas del herpes zóster con las que ofertar la vacunación sistemática a la cohorte poblacional que cumple los 65 años durante el presente ejercicio, cumpliéndose así los criterios establecidos para el conjunto del Sistema Nacional de Salud.
Para 2022 se había planificado ampliar el rango de vacunación frente al herpes zóster a la población en general que conforma la cohorte de personas que cumplen los 65 años a lo largo del presente año. Con el fin de atender con esta previsión, la Junta de Castilla y León ha contratado la adquisición de 40.000 unidades de este tipo vacunal, para lo que el Consejo de Gobierno ha autorizado hoy el expediente tramitado por la Consejería de Sanidad valorado en 5.052.424 euros. De esta forma la Dirección General de Salud Pública atenderá las necesidades de vacunas previstas para el presente ejercicio, siendo la pauta vacunal frente al herpes zóster de dos dosis.
El herpes zóster en una infección viral que tiene su origen en el virus de la varicela zóster y que puede afectar a cualquier parte del cuerpo humano; cursa con erupciones, vesículas y dolor, pudiendo causar en los afectados complicaciones y secuelas invalidantes, entre ellas la neuralgia posherpética (afección caracterizada por un dolor intenso crónico que puede derivar en otra sintomatología relacionada). El herpes zóster presenta una mayor incidencia a partir de los 50 años, entre mujeres y en personas con un sistema inmunológico deprimido o debilitado por lo general; no es una enfermedad de riesgo vital pero sí altamente dolorosa e incapacitante, siendo la vacunación una medida que reduce el riesgo de sufrir esta dolencia.
En este sentido, la vacunación frente al herpes zóster forma parte del calendario de vacunación desde mediados de 2021, habiéndose establecido entonces como grupo recomendado para su uso, a la espera de una mayor disponibilidad de dosis a nivel mundial, el integrado por personas mayores de dieciocho años con condicionantes de riesgo (pacientes con trasplantes de progenitores hematopoyéticos, trasplantados de órganos sólidos, usuarios de tratamientos con fármacos anti JAK, personas con VIH, hemopatías malignas y tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia).