La Consejería de Sanidad ha aclarado que el protocolo que se aplica en Castilla y León para la asistencia de las mujeres embarazadas se mantiene igual que estaba hasta ahora. “No hay ningún cambio”, desde el departamento de Alejandro Vázquez en declaraciones a Ical tras las medidas anunciadas por el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, al término del Consejo de Gobierno.
En ese sentido, desde la Consejería de Sanidad, en manos del PP en el ejecutivo de coalición con Vox, insistieron en que el protocolo para las mujeres embarazadas que siguen los profesionales se mantiene en la Comunidad al tiempo que negaron la existencia de “listas negras” de objetores de conciencia, ya que aclararon que es un registro declarativo, no constitutivo, de forma que un sanitario puede ser objetor sin estar inscrito como tal.
De esta forma, desde Sanidad marcaron distancia y matizaron algunas cuestiones expresadas por García-Gallardo, ya que remarcó que la posición de la Consejería se ajusta al cumplimiento del pacto PP y Vox en relación al fomento de la natalidad. “No se crea nada nuevo, se mantiene el protocolo”, precisaron.
Así, la asistencia psicosocial planteada por García-Gallardo para las mujeres embarazadas que se planteen abortar, Sanidad indicó que la atención se ofrece a todas las pacientes que lo precisen, sea cual sea su decisión, siempre que la matrona detecte que puede existir un problema de salud mental que deba ser tratado por un psicólogo clínico.
Por tanto, las ecografías en cuatro dimensiones, que se realizan en todos los hospitales excepto en Segovia y Ávila, se seguirán ofreciendo en el último trimestre del embarazo, pero bajo criterio médico si el ginecólogo determina que esta prueba puede servir para detectar malformaciones o alguna enfermedad, en ningún caso con el objetivo de que la madre pueda ver el rostro del feto.
También, en relación a las ecografías para escuchar el latido del corazón, Sanidad indicó que se mantendrán, pero a partir de la semana 12 de embarazo y bajo petición médica, puesto que al inicio del mismo podría no detectarse pese a tener un positivo en un test.