Mejorar la calidad de vida de las personas que viven en Castilla y León, avanzar en sus determinantes sociales, y además hacerlo por medio de un trabajo en red desde los barrios, las localidades, las ciudades, sus comarcas y el conjunto de la Comunidad Autónoma. Este es el objetivo y la exigencia con el que nacerá el Plan Estratégico de Salud Comunitaria de Castilla y León 2024 y 2027, que quiere una “acción global”, de modo que se puedan aprovechar todos los activos que favorecen la salud, y que los centros de salud beban del entorno para mejorar en el control y seguimiento, e impliquen a sus vecinos en la promoción.
Esta orientación de la salud comunitaria exige alianzas entre la salud pública y colectivos como los colegios, las empresas, el medioambiente, servicios sociales, entorno local, y asociaciones ciudadanas, entre otras. Se trata de mejorar en salud entre todos, porque la “acción comunitaria desborda el sector estrictamente sanitario”. “Busca desplazar el foco de la enfermedad al bienestar, y desde la restitución de la salud a su promoción”.
Así lo recoge el borrador del plan estratégico al que tuvo acceso Ical, que ahora despega con la premisa de que en la salud comunitaria es “indispensable reconocer que la salud de personas y grupos está determinada por múltiples factores, algunos de los cuales están muy cerca y otros alejados del control individual, y que existen desigualdades sociales en salud, es decir, un reparto desigual de oportunidades de disfrutarla”.
La estrategia incide en el cambio de perspectiva que exige la salud comunitaria, que remarca que la salud no sólo se desarrolla desde los centros sanitarios, sino que la comunidad posee muchos “activos en salud” que hay que promover y potenciar entre todas las instituciones, entidades y ciudadanía.
Además, hay evidencias de efectividad y de coste-eficacia para la salud en estas intervenciones de promoción, como el aumento de la actividad física, la educación en diabetes, la reducción de factores riesgo cardiovascular, la mejora de salud mental o en caso de los ancianos la prevención de caídas, la práctica de ejercicio físico grupal o la disminución del aislamiento social.
Líneas estratégicas
Las líneas estratégicas son siete, con más de 30 acciones. Por un lado, se dirigen a desarrollar actividades de Atención Comunitaria de la Cartera de Servicios de Atención Primaria, y darla visibilidad entre grupos de promoción de la salud o pacientes, e intervenciones en centros escolares, por ejemplo.
También, se busca la coordinación intersectorial por medio de redes con otras instituciones y entidades locales para trabajar los temas que se prioricen en salud de forma global: educación, servicios sociales, medioambiente, ayuntamientos, etc .
A ello se suma la participación ciudadana, con el objetivo de tener en cuenta las necesidades de la población y su participación en las decisiones de salud, para lo que se marca potenciar foros de participación que ya existen, como los consejos de salud de zona y de área, colaboración con asociaciones y redes ciudadanas, así como priorizar actividades con colectivos vulnerables.
Para mejorar en la organización y la calidad de la atención comunitaria, se buscarán responsables en salud comunitaria en las áreas de salud y los centros, agendas de actividades y criterios de calidad en las acciones; y plantea crear una web que visibilice las acciones comunitarias de los centros de salud, los activos para la salud comunitarios y la Escuela de Salud para la Ciudadanía.
Por último, quiere desarrollar un plan de formación a profesionales en perspectiva de equidad y acción comunitaria, metodología para abordaje grupal, y promover la investigación específica en comunitaria.