“Nosotros no vamos a dividir el programa, lo que hacemos es fortalecerlo. Es sumar todos los recursos que tenemos y seguir adelante con un programa de éxito, que cuando se puso en marcha hace 20 años tuvo críticas y el tiempo nos ha dado la razón”, así ha contestado el consejero portavoz, Carlos Fernández Carriedo, cuestionado sobre la posibilidad de eliminar el programa que lidera el Hospital Clínico Universitario de Valladolid sobre trasplantes de corazón. No será así, y se compartirá con el Clínico Universitario de Salamanca, con el que se trabajará en red y en otras funciones.
Una decisión que se toma pese a que la Organización Nacional de Trasplantes ha emitido un informe en el que desaconseja la duplicidad, que para Carriedo “toda opinión es útil”, aunque ha reconocido que no han hablado con ellos y ha afirmado que estas actuaciones se hacen siempre “con criterios científicos”.
El portavoz ha asegurado que se va a poner todos los recursos “para trabajar en red” en dos hospitales que son “referencia en cardiología” como son Salamanca y Valladolid. “Todo lo que sea coordinar este trabajo y poner a disposición recursos es positivo. No vamos a dividir, vamos a sumar y hacerlo más efectivo poniendo todos los recursos y trabajando en red”, ha insistido durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
De esta manera, el programa, que se espera esté listo para verano, se va a dividir en dos. Se creará una nueva unidad en Salamanca, donde también se van a contratar profesionales, y los propios facultativos de Valladolid serán los que formen a sus colegas de Salamanca.
Por su parte, el procurador vallisoletano Francisco Igea tildó hoy de “capricho” la puesta en marcha de un programa de trasplantes cardiacos en Salamanca, que conllevará la reducción de los que ahora mismo se están realizando en Valladolid, en una decisión que, según Igea, “va a costar vidas”.
En el pleno de las Cortes celebrado esta mañana, Igea ya planteó que la decisión de la Junta, tomada “contra el criterio de la Organización Nacional de Trasplantes”, va a conllevar “muertos” por lo que el procurador vallisoletano definió como “el caciquismo, el clientelismo y la indigencia mental” de los responsables de la Junta.