Durante el pasado año, los centros del Sacyl registraron 698 incidentes en los que se produjeron 709 agresiones verbales y 118 físicas a un total de 775 trabajadores. Del total de los afectados, 363 tuvieron lesiones, la mayoría de carácter psicológico (301) y 47 físicas, o ambas a la vez (15).

Desgranando los datos por áreas de salud, el total de sanitarios agredidos se distribuye de la siguiente forma: Ávila 69 (en 63 incidentes registrados), Burgos 152 (137), León 71 (54), El Bierzo 34 (31), Palencia 46 (44 incidentes), Salamanca 87 (81), Segovia 44 (42), Soria 26 (24).

Por otro lado, en Valladolid Este fueron 128 (en 115 incidentes), Valladolid Oeste 67 (60) y Zamora 48 (44). Deben sumarse, no obstante, tres profesionales de Emergencias agredidos en sendos sucesos.

El perfil más habitual de los agresores a personal del Sacyl es una sola persona, el 85%, hombre, el 50,7%, y paciente, el 52,9%, incrementando con los años el porcentaje de agresores acompañantes, que ha pasado del 35 al 47%. Por edades, son mayores de 46 años en un 56,5% de los casos, según los datos de la Junta.

Por sectores asistenciales, se ha registrado un descenso del 1,8% en cuanto a trabajadores de hospitales agredidos y un 3,2% menos en Atención Primaria. De los 775 afectados, 438 pertenecen al ámbito hospitalario y 333 a Atención Primaria, además de cuatro más en otros ámbitos.

Si se dividen los datos por categorías, 276 son médicos, 290 enfermeras, 118 TCAE, 24 celadores, 51 personal administrativo y 16 pertenecen a otros cuerpos. Se refleja un descenso porcentual en todas las categorías con respecto a 2022, a excepción del personal médico, que se dispara un 15%.

El 86,7% de las agresiones se produjeron a mujeres y el 13,3% a hombres, sin apenas variación con respecto a otros años. Cabe resaltar que el 56% de agresiones a médicos varones vinieron producidas por personas de su mismo sexo y el 55,7% de los incidentes a médicas mujeres fueron también mujeres.

Los meses más conflictivos son febrero y agosto y 138 de los incidentes se produjeron dentro del ámbito urbano, 32 en el semiurbano y 144 en el rural.

Las agresiones físicas han caído un 43,5% con respecto a 2022. De las 118 registradas el año pasado en los centros de Sacyl, 42 ocurrieron en servicios o unidades relacionadas con la salud mental, el 35,6% del total, y 26 en urgencias, sumando ambas áreas más de la mitad.

En cuanto a las cuasas de la agresión, la primera suele ser una disconformidad con la atención recibida. Le sigue no atender las demandas del agresor, como por ejemplo pedir una baja. Otras responden al tiempo de espera, conductas problemáticas o adicciones del paciente.