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El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez
El nuevo plan de salud de CyL pone el foco en el ‘one health’ y un paciente cómplice con el big data y la investigación
El documento, que verá la luz en semanas, mira hacia la medicina personalizada y prolonga su vigencia hasta 2032.
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El V Plan de Salud de Castilla y León 2032, la hoja de ruta que marcará todas las políticas sanitarias para los próximos años y que en semanas verá la luz, permitirá a la Comunidad Autónoma incorporar en todas las áreas el enfoque de una única salud, el concepto ‘one health’.
Seguirá lo que se ha dado en llamar los planes de cuarta generación, bajo este concepto propuesto por la Organización Mundial de la Salud que alerta de la interdependencia entre la salud humana, animal y ambiental, y apuesta por un paciente cómplice, con las bazas de la tecnología, el big data y la investigación.
Estos planes de cuarta generación tienen una vigencia más amplia, con metas marcadas de ocho a 10 años, y giran en torno al ciudadano, la inversión en salud, sostenibilidad, y la salud global.
Así, el documento, a cuyo borrador ha tenido acceso Ical, responde al cambio urgente de paradigma de abordaje de la salud desde la prevención de la enfermedad y la promoción, y redibujará y actualizará estrategias con el punto de vista puesto en los retos demográficos, que se traducen en mayor enfermedad crónica y pluripatologías, y en aumento de las tasas de dependencia.
Se reta a que la prevención y la promoción se expandan como una mancha de aceite en todos los sectores, sin olvidar que debe frenar las listas de espera en pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas, y contar con la población como cómplice en el uso responsable del sistema.
Para lograrlo, el texto reforzará la capacitación de los pacientes en las herramientas digitales; apostará por la transformación digital, como una oportunidad cada vez más necesaria al servicio de la salud, y sumará al paciente como socio en el cuidado de su salud.
También, trabajará y tendrá muy presente el abordaje integral de la salud mental, para lo que quiere implementar programas de prevención y detección temprana, e insistirá en programas integrales de prevención y educación sexual.
El punto de partida de todas las estrategias, planes y programas para lograr en ocho años las mayores cotas de salud de la población autonómica marca siete objetivos generales, sobre los que pivotarán todas las medidas.
Estos pasan también por atraer y retener talento, para un relevo generacional adecuado, con nuevos perfiles y competencias profesionales, sanitarios y no sanitarios que apoyen a la salud; servicios basados en valor; potenciar la investigación y la innovación, tratando de forma individualizada la salud de las personas bajo una salud personalizada, predictiva y efectiva, basada en la evidencia.
No olvida transformar los procesos de los servicios públicos, aprovechando las oportunidades que ofrece la tecnología, y aplicarlo también a la investigación y la toma de decisiones.
Talento en salud
Las 13 medidas para atraer y retener población activa que incluye el plan pasan por introducir nuevos perfiles y competencias profesionales sanitarios y no sanitarios que apoyen a la salud; mejorar el nivel educativo de la población; potenciar estudios con perfiles especializados en el sector biosanitario y biotecnológico desde la formación pregrado, e invertir en salud como fuente generadora de valor con mecanismos coordinados de colaboración público-privada para favorecer la investigación y la innovación.
También, se quieren medidas para incentivar la disponibilidad de profesionales en la prestación de servicios de difícil cobertura; implementar medidas para la atracción y retención del talento; facilitar el desarrollo de los profesionales públicos en la investigación.
Para lograr estos objetivos figuran la Estrategia de Talento 2031 de Castilla y León; los planes anuales de Formación; el programa de fidelización y captación del talento de los residentes, así como los de capacidad docente de los centros e instituciones sanitarias de Castilla y León.
En el capítulo de avances y mejoras, esta hoja de ruta quiere potenciar la investigación y la innovación en el ámbito de la salud desde la vanguardia; avanzar hacia un modelo de medicina personalizada y de precisión; potenciar los objetivos y las prioridades del sector salud marcados por la Estrategia Regional de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente RIS3, e invertir en innovación en materias como la biotecnología, bioingeniería y las ciencias ómicas
Del mismo modo, trabajará para la traslación de los resultados; y desarrollar y explotar productos, procesos y servicios, potenciando las alianzas público privadas del ecosistema. Las medidas son el Plan Estratégico de Medicina Personalizada de Precisión de Castilla y León. 2024-2030; el Plan Integral de Enfermedades Raras de Castilla y León 2023-2027; la Estrategia de investigación e innovación para una especialización inteligente de Castilla y León (RIS3) 2021-2027, el Polo biotecnológico en salud, el Innovación Agroalimentaria ámbito de salud.
Transformación digital
Para transformar los procesos de los servicios públicos, se apuesta por una transformación digital del sistema de salud, e integrar las tecnologías en los procesos que dan soporte a los servicios públicos.
Se desarrollarán y desplegarán sistemas expertos basados en tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial; la teleatención y las vías de comunicación multicanal.
En este apartado se cuelan proyectos como el Canal del ciudadano y Proyecto de Sacyl en red; el poyo tecnológico al despliegue de la medicina personalizada de precisión atención digital personalizada; un proyecto de transformación digital de procesos crítico; creación de modelos de lenguaje Inteligencia Aplicados al diagnóstico, y el uso inteligente de los datos.
Alianzas para la salud
Impulsar un modelo de servicios públicos en todo el territorio accesible, equitativo y de calidad por la salud es otro delo retos, con 43 medidas entre las que figura el programa de prevención y promoción de la salud; la Estrategia de Salud Mental de Castilla y León 2024-2030; el Plan de Acción de Castilla y León contra la soledad no deseada y el aislamiento social; el Plan Estratégico de los Servicios Sociales de Castilla y León 2022-2025 , además del Plan Estratégico de los Servicios Sociales de Castilla y León 2022- 2025; el Plan Integral de Enfermedades Raras PIERCyL 2023-2027, y Estrategia de sostenibilidad demográfica y territorial de Castilla y León.
El derecho a la protección de la salud en todas las políticas se logrará con 28 medidas, entre ellas de promoción de la salud para población infanto-juvenil; una red de promotores de vida saludable; impulsar el programa de consumo de frutas, hortalizas y leche en las escuelas; la Red de Escuelas Saludables; el desarrollo del Programa Pértiga, del Plan Autonómico de Castilla y León sobre adicciones 2024-2030, e incluye la III Estrategia de Educación Ambiental de Castilla y León 2024-2030; el Plan Estratégico de Igualdad de Género 2022-2025, y la Escuela de Pacientes y Programa del Paciente Activo.
En cuanto a las medidas potenciar la salud pública, que se elevan a 55, figuran programas de detección precoz de cáncer y actualización de programas de diagnóstico precoz de enfermedades más prevalentes; el refuerzo de los programas de vacunación; la Estrategia de seguridad, salud y bienestar 2024-2026; Estrategia para la mejora de la calidad del aire en 2020-2030; el Proyecto de Secuenciación Genómica Integrada de patógenos en Castilla y León (SEICYL), y el Programa Integral de Envejecimiento Activo de Castilla y León.
El V Plan de Salud quiere reorientar la gobernanza hacia un sistema óptimo de calidad con seguridad, que facilite su sostenibilidad, basado en la eficiencia y el retorno de la inversión en salud. Para ello aboga por avanzar hacia un sistema de salud de mayor calidad y más seguro, analizando los procesos de la cadena de valor para mejorar la eficiencia. También, quiere priorizar los procesos e inversiones según criterios de calidad y valor en los servicios públicos no sanitarios que impactan sobre la salud. Del mismo modo, servirá para informar y formar a la ciudadanía en su papel colaborador en el mantenimiento de los servicios públicos.
Contará como bazas con la Estrategia de Emprendimiento e Innovación de Castilla y León 2027; las unidades de convalecencia sociosanitarias, ayudas al mantenimiento de centros de ocio y convivencia, y el Plan de Calidad y Seguridad del Paciente 2022-2026.
Antecedentes
El documento marco nacerá de una evaluación previa de la cuarta planificación general sanitaria cuyo horizonte terminó en 2020 y para la que la Junta marcó una inversión de 4.969 millones de euros. Asume las tendencias que, en el ámbito de la planificación sanitaria mundial, postula no sólo la OMS, sino Naciones Unidas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, y Europa, a través de la Agenda 2030 y el reglamento UEproSalud, entre otros.
El IV Plan de Salud se prolongó de 2016 a 2020; introdujo determinantes sociales y marcó el trabajo por áreas de intervención. Profundizó en el cambio organizativo necesario para adaptarse a las nuevas necesidades de los pacientes, cada vez más activos, mejor informados y exigentes, que requiere una adecuada atención en el sistema de salud y la sincronización con los servicios sociales.
Giró en torno a cinco áreas de intervención: equidad y salud en todas las políticas; proteger la salud frente a riesgos de origen ambiental y alimentarios; promover estilos de vida saludable y potenciar la seguridad frente a las lesiones; disminuir la carga de enfermedad, y reorientar el Servicio de Salud hacia un atención integrada y una responsabilidad compartida.
Castilla y León contó con su I Plan Estratégico de Salud en 1991, con una vigencia de seis años y un marcado carácter patogénico y salubrista. Por ejemplo, como prioridades se marcaron objetivos de vacunación, gripe, enfermedades de transmisión sexual, hepatitis o sida, entre otros.
El segundo, de 1998-2008, mantuvo este carácter, pero ya introdujo estrategias desde la salud pública. Su vigencia fue de diez años, cuatro más que el tercero, que se estableció para el período 2008-2012. En ese caso, fue una planificación más clínica, orientada hacia los 16 problemas de salud más prevalentes, como enfermedades cardiovasculares, tumores, diabetes mellitus, EPOC, depresión y suicidio, sepsis y dolor osteoarticular, entre otros.