El detenido por disparar con una escopeta desde casa sembrando el caos en Delicias permanece hospitalizado
El octogenario detenido este domingo en Valladolid tras permanecer durante más de cuatro horas atrincherado en su domicilio armado con una escopeta de caza, con la que efectuó media docena de disparos, antes de ser reducido a la fuerza por los GEO, permanece ingresado en el Hospital Clínico Universitario acusado de un delito de tentativa de homicidio.
El detenido, José Antonio V.G, de 83 años, se recupera en el Módulo de Presos de dicho centro hospitalario de la grave herida ocasionada por un proyectil que le atravesó el bíceps de su brazo derecho, durante el intercambio de disparos registrado entre él y los GEO que puso fin al episodio que tuvo por escenario su vivienda, un ático ubicado en el número 42-44 de la calle Embajadores, en el barrio de Las Delicias.
El octogenario, según puso saber Europa Press en fuentes de la investigación, está acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa, ya que recibió a tiros a los funcionarios policiales que trataron de persuadirle para que depusiera su actitud, si bien al detenido aún o se le ha podido tomar declaración debido al estado de desorientación que presenta.
Las mismas fuentes apuntan que José Antonio V.G. habría indicado en algún momento, ya hospitalizado, la creencia de haberse "cargado" a seis policías, mientras que en otros momentos pide que los vecinos bajen el nivel de la música, algo que, según otros testigos, pareceser algo que le obsesiona desde hace ya tiempo y ha dado lugar a distintos incidentes con el vecindario.
El caso, del que se ha hecho cargo el Grupo de Homicidios de Valladolid, se inició sobre las 09.00 horas del domingo cuando José Antonio V.G, una cazador viudo y con cuatro hijos, comenzó a disparar con su escopeta desde la ventana de su domicilio, donde vivía solo.
Efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) primero y del Grupo Especial de Operaciones (GEO) después, procedentes de Guadalajara, fueron tomando posiciones, si bien fueron estos últimos los encargados de detener al varón durante un intercambio de disparos, no sin que antes un negociador de la policía vallisoletana tratara de convencerle, sin éxito, para que se entregara.