El acusado de cortar el cuello al novio de su madre en Nava del Rey alega que se produjo de forma fortuita en el forcejeo
El joven Sansón F.M, acusado de matar al novio de su madre tras cortarle la yugular durante una pelea en septiembre de 2018 en Nava del Rey (Valladolid), ha alegado que la lesión mortal pudo producirse de forma fortuita en el forcejeo cuando la víctima sacó el arma y él se aferró a ella con ambas manos, sin que en momento alguno el declarante, como así ha precisado, llegara a arrebatársela y le acometiera con ánimo de quitarle la vida.
La declaración del encausado, en la primera sesión del juicio con jurado iniciado en la Audiencia vallisoletana, una vez constituido el jurado, integrado por cinco varones y cuatro mujeres, se ha producido a preguntas de su letrado defensor, ya que Sansón, de 18 años cuando ocurrieron los hechos, ha preferido eludir las cuestiones que iban a plantearle el fiscal y las dos acusaciones particulares que representan a la familia del fallecido.
En su breve interrogatorio, el joven, que lleva en prisión provisional dos años, ha insistido en que aquella mañana, sobre las 07.20 horas del 18 de septiembre de 2018, en plenas fiestas de Nava, no pretendía matar a su oponente sino tan solo salvar su vida, después de que Juan José C.C, de 49 años, con quien esa madrugada había estado de copas, "se volvió loco, perdió los papeles por completo" y la emprendió a navajazos con él cuando regresaban a casa.
El declarante, quien vivía por aquellas fechas con su padre en Medina del Campo, había acudido el día anterior a Nava, donde residía su madre y mantenía una relación sentimental con el fallecido, al que, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha presentado como una persona muy "agresiva", acostumbrada a zanjar de forma violenta cualquier discusión, y no menos machista.
De hecho, Sansón ha asegurado que cada vez que acudía a Nava presenciaba cómo la nueva pareja de su progenitora era "insultada y voceada" por Juan José C, quien acentuaba su agresividad con la ingesta de porros.
Cuenta el acusado que sabía de las andanzas del novio de su madre--contaba con antecedentes por delitos de lesiones y homicidio--porque él mismo le había relatado distintos episodios, uno en el que agredió a otro con una barra de hierro y otro en el que utilizó incluso un hacha.
"'LAS GITANAS NO SALEN DE CASA!"
La noche anterior a los hechos objetos de la presente causa, Sansón ha declarado que salieron de fiesta los dos y quedó en la vivienda su madre. "¡Las gitanas no pueden salir de casa, sólo pueden hacerlo los hombres!", es el argumento que, según el procesado, asegura que le espetó la víctima entonces.
Estuvieron bebiendo por los bares de Nava, donde esa noche tocaba Camela en la Plaza de Toros, si bien acusado y víctima no llegaron a entrar. Fue de regreso a casa, ya a las 07.20 horas, cuando se desató una pelea después de que la víctima hiciera una alusión a su madre y Sansón le pidió explicaciones por el trato que la daba.
"Sacó una navaja, me llamó maricón y de repente comenzó a tirarme navajazos", ha recordado el joven, que, según reitera, se aferró a la hoja del arma, de forma que ésta quedó asida por los dos contendientes y se inició entonces un forcejeo en el que Juan José C. recibió hasta cinco heridas a la altura de la cabeza, una de las cuales, mortal y de 16 centímetros, penetró en la yugular y provocó la muerte por hemorragia.
El acusado ha insistido en que en ningún momento arrebató la navaja a su oponente, frente a lo que sostienen el fiscal y las acusaciones, y no ha sabido explicar con certeza cómo se produjo la herida mortal. "Yo veía mucha sangre pero pensé que era la mía", ha precisado Sansón, quien sufrió distintos cortes en sus manos.
También ha negado que dejara a la víctima tirada en el suelo agonizando. Así, ha indicado que cuando soltó la navaja salió corriendo del lugar por miedo a que Juan José, más corpulento y fuerte que él, ha destacado, terminara por matarle. "Le dejé en pie mientras me llamó maricón de mierda y me dijo que si me cogía me mataba", ha enfatizado Sansón.
Se presentó primero a casa de su madre, a la que contó lo sucedido, y luego cogió un coche para acudir a curarse, aunque antes tuvo un accidente de tráfico. Casualmente, fue la ambulancia que se dirigía a Nava para asistir a la víctima la que atendió y realizó las primeras curas al procesado.
El juicio prosigue el lunes con la prueba testifical. El fiscal del caso solicita para Sansón una condena de 12 años por homicidio, mientras que las acusaciones particulares elevan la solicitud a 25 por asesinato y la defensa, por contra, interesa la libre absolución al considerar que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio imprudente, con la eximente de legítima defensa, y alternativamente rebaja la condena a entre uno y dos años en caso de aplicar la atenuante de provocación o arrebato.
"VENGANZA"
La acusación pública, en su intervención inicial ante el jurado para explicar su función en el juicio y postura, rechaza la legítima defensa por cuanto "ésta no existe en una riña aceptada" por el acusado, de quien asegura que llegó a quitar la navaja al fallecido y que, en lugar de huir al pasar el peligro, la utilizó contra su contendiente.
"¡Fue por venganza. Tú me has sacado la navaja, pero ahora te vas a enterar!", es el pensamiento homicida que el acusador público ha puesto en la mente de Sansón el día de autos.
Las dos acusaciones particulares, en representación de la familia de Juan José C, padre de cinco hijos, dos de ellos menores, coinciden en que la conducta del acusado se encuadra en el delito de asesinato, fruto de un plan preconcebido y asegurando la muerte de la víctima, no sólo por la forma en la que se produjo la agresión sino porque a posteriori incluso Sansón dio a los sanitarios de la ambulancia una dirección distinta del lugar donde se habían producido los hechos.