“Subió decididamente a matarme”, asegura el vecino del policía jubilado acusado de matar a su mujer en Astorga
Miriam Badiola / ICAL
Ángel A.A., el policía nacional jubilado acusado de matar a su mujer de un disparo en Astorga (León) e intentar hacer lo mismo con su vecino, J.M.G., tenía “la clara intención” de acabar con la vida de este segundo por mantener una relación sentimental con su mujer. “Está clarísimo que subió decididamente a matarme, era su idea”, aseguró la víctima este martes en la Audiencia Provincial de León.
Así lo apuntó durante su declaración en el juicio donde se decidirá si el acusado fue el autor de un delito de asesinato consumado y otro de asesinato en grado de tentativa. En su relato, J.M.G. explicó que mantenía una relación sentimental con María Isabel Alonso desde enero de 2018 y que el día de los hechos, el 24 de julio de ese mismo año, se encontraba en el salón de su casa cuando escuchó un sonido fuerte, “no sabía si era un tiro, no estoy acostumbrado a oír eso”, tras lo que oyó "que se abría una puerta". "Después alguien picó a mi timbre, pensé que había pasado algo y que algún vecino necesitaba algo”.
Sin embargo, en el momento en el que abrió la puerta se encontró a Ángel A.A. apuntándole con una pistola y con un teléfono móvil en la mano, al tiempo que preguntó “¿Desde cuándo te estás follando a mi mujer? Hijo de puta, te voy a matar”. Tras ello, según relató la víctima, el acusado entró en la vivienda apuntándole con el arma en todo momento, por lo que J.M.G. decidió abalanzarse sobre él para quitársela.
Fue en el ese momento cuando el acusado, según relata la víctima, efectuó un disparo cuya bala impactó bajo su hombro y, a pesar de la sangre y los dolores, se inició un forcejeó para tratar de quitarle el arma. “Le cogí las dos manos y le puse la pistola hacia su pecho, empezamos a forcejear por todas partes, hasta que conseguí tirarle al suelo y ponerme encima. En un momento llegó a decirme 'si sé de esto subo la escopeta y no fallo’”, dijo J.M.G., quien tuvo claro que Ángel A.A., en ese momento, “de loco no tenía nada”, sino que “llamaba a voces a los vecinos para que bajaran”.
La víctima detalló que, en el momento en que apareció un agente de la Policía Nacional a la vivienda, este le preguntó a Ángel qué estaba haciendo, a lo que respondió: “Nada, subí a matar a este porque está liado con mi mujer, mira el teléfono”. Asimismo, aseguró que el acusado enseñó al agente el teléfono le dijo: “Mira, están juntos, a ella ya la maté, está en la cama muerta y medio desnuda y a este no le maté porque no pude”.
Casi tres años después de los hechos, J.M.G. asegura tener aún “dolores todos los días” y encontrarse en tratamiento psiquiátrico. “A cualquier ruido que oigo me sobresalto, me da miedo salir a la calle solo, es algo que hay que vivirlo, el pensar que puede haber un tío por ahí que te quiere matar”, expuso.
“Te voy a matar y después me mato yo”
La Audiencia Provincial de León también acogió en el día de hoy el testimonio de la ex mujer de la víctima, que en el momento en el que Ángel A.A. disparó a J.M.G. se encontraba durmiendo en la vivienda.
Visiblemente emocionada, contó que escuchó el timbre y después “voces y golpes que se acercaban cada vez más hasta la habitación” hasta que escuchó el disparo y se levantó “corriendo” de la cama. Cuando salió al pasillo, los dos hombres estaban forcejeando en la cocina, con J.M.G. sobre Ángel A.A., sujetándole las manos en las que tenía un arma. “Yo no me había dado ni cuenta de que la tenía, pero cuando me lo dijo me acerqué para ayudarle a cogerle las manos y me dijo que saliera a pedir ayuda”.
La ex mujer de la víctima relató que Ángel A.A. gritaba en todo momento a los vecinos para que “supieran que se estaba follando a su mujer”, al tiempo que decía que “ella ya está mujer, ya confesó, ya la maté, está encima de la cama”.
Al poco rato de producirse le disparo, según explicó la mujer de J.M.G., bajó una una vecina del edificio y llamó al 112, mientras Ángel A.A. repetía: "Tú tienes que estar muerto también, te voy a matar y después me mato yo”.
Asimismo, la mujer relató que el acusado insistía en todo momento para que ella viera en el teléfono móvil de María Isabel Alonso los mensajes que intercambiaba con su marido, pero le dijo que “era mentira que estuvieran juntos”, así como que “aunque así lo fuera no hay derecho a matar a nadie”.