Funcionarios del Centro Penitenciario de Topas, en Salamanca, han evitado que un interno que regresaba de permiso introdujera un alijo de droga en la prisión.
El interno portaba dentro de su cuerpo medio kilo de hachís, tres gramos de cocaína y una tarjeta Micro SD.
La profesionalidad de los funcionarios del Grupo de Control del centro penitenciario permitió obtener la información sobre los planes del interno, clasificado en segundo grado, que hasta la fecha había disfrutado de varios permisos sin que se registrara ningún incidente.
A partir de la información obtenida por el Grupo de Control, funcionarios del centro pusieron en marcha un operativo para impedir que cumpliera su plan de introducción y distribución de la droga en el interior de la prisión.
A su regreso de permiso, y a requerimiento de los funcionarios, el interno entregó una parte de la droga. Con la oportuna autorización judicial, se le practicó en el hospital un examen radiológico que permitió comprobar que portaba más objetos dentro de su cuerpo.
Bajo control médico, terminó expulsando todos los envases que llevaba. Por lo que se pudo determinar que la cantidad total alijada ascendía a 49 bellotas de hachís, dos envases con tres gramos de cocaína y una tarjeta Micro SD.
Tras expulsar las sustancias y objetos prohibidos, el interno permanece en observación y estrecha vigilancia de funcionarios y equipo sanitario.