El año 2024 comienza con dos espeluznantes casos de maltrato animal que la Guardia Civil ha destapado en Castilla y León.
El primero de ellos se ha producido en un municipio de la provincia de Segovia, donde la Guardia Civil localizó una caseta habitada por perros empleados para la caza que tenían un comportamiento extraño mientras dos personas manipulaban a uno de los animales. Alertados por los chillidos del animal, los agentes del Seprona inspeccionaron el interior del inmueble y allí localizaron a siete perros de corta edad con sangrados recientes a los que les habían cortado parte de las orejas y el rabo.
Las mutilaciones se habían llevado a cabo sin la correspondiente prescripción facultativa y sin personal cualificado para realizar dicha intervención. Por ello, el Seprona investigó al autor de los hechos y propietario de los cachorros, y se le atribuye un delito de maltrato animal, tipificado en el Código Penal que responsabilidades penales y administrativas.
Rodeado de estiércol y en estado irrecuperable
De forma paralela, en el norte de Las Merindades, en Burgos, la Guardia Civil investiga a un hombre por negligencia en sus atenciones básicas e insuficiente cuidado veterinario a un caballo de su propiedad. Fue un ciudadano quien alertó de que el animal se encontraba gravemente enfermo, “tumbado sobre la tierra”, en una finca perimetrada con muro de piedra.
Una patrulla del Seprona se trasladó al lugar y pudo comprobar el deplorable estado del animal de avanzada edad que, además, estaba extremadamente delgado, con hipotermina y evidencias de encontrarse muy enfermo, en estado agonizante. La lectura del microchip facilitó la identificación de su titular.
Además, los agente pudieron comprobar que el animal carecía de agua limpia y alimento, y también de un establo en el que cobijarse ante las inclemencias meteorológicas. Allí el pasto natural era prácticamente inexistente y en los márgenes se acumulaba el estiércol, “ con evidencias de haber sido removido por el propio equino, probablemente, en busca de comida”.
Los guardias civiles reclamaron con urgencia la presencia de personal veterinario de la Junta de Castilla y León que, junto con otro facultativo particular solicitado por la propiedad, valoraron el estado del caballo; como resultado concluyeron que el mismo era ya irrecuperable, por lo que de manera consensuada decidieron su eutanasia.
En dependencias oficiales del Cuerpo, el propietario ha sido investigado como presunto autor de un delito de maltrato animal, instruyéndose diligencias que han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción de Villarcayo.
Para estas conductas, nuestro Código Penal recoge penas, que aplicadas en grado máximo pueden suponer prisión de un año e inhabilitación especial de tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con animales y para la tenencia de estos.
La Guardia Civil agradece la colaboración ciudadana y remarca la importancia de denunciar; para ello pone a su disposición el número de teléfono 062 o si lo prefiere también el servicio de alertas gratuito para móviles app alertcops; cualquier información que desee facilitar o colaboración en el ámbito de la seguridad ciudadana, vial, del Patrimonio o medio ambiental es tratada de manera discreta y anónima.