El Obispado de Zamora ha aclarado que se ceñirá a la normativa sanitaria vigente a la hora de organizar los actos del Domingo de Ramos, que este año se celebra el 28 de marzo.

Así lo han confirmado las fuentes consultadas con Europa Press después de que la página de la diócesis publicara un documento en el que se reflejaba la previsión de realizar ese día un desfile procesional entre la iglesia de San Ildefonso y la Catedral, separadas por unos 300 metros de distancia.

Desde el Obispado, encabezado por el prelado Fernando Valera, que tomó posesión de su cargo el pasado 12 de diciembre, han insistido en que la situación sanitaria resulta "prioritaria" en el contexto actual, y han remarcado que el desfile solo se llevará a cabo si las circunstancias y la normativa lo permiten, algo que, actualmente, "no se puede saber".

El documento de la diócesis ha generado polémica y ha provocado incluso la intervención del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, que ha indicado, en declaraciones al programa La Brújula, de Onda Cero, que "está claro que no se pueden celebrar actos multitudinarios".

Igea ha recordado que "no queda nada más que salvar la vida de los ciudadanos" y, aunque ha expresado su desconocimiento sobre las condiciones concretas en las que el Obispado de Zamora podía prever un acto de este tipo, ha sido claro a la hora de hacer su valoración: "Hay cosas que me cuesta entender", ha reconocido el vicepresidente autonómico.

El desfile procesional y la bendición de palmas son actos habituales en la mañana del Domingo de Ramos, aunque el Obispado ha insistido en que se suspenderán, al igual que otros actos litúrgicos, si existe cualquier riesgo o si la Junta entiende que ha de ser así.

Por tanto, las fuentes consultadas por Europa Press han descartado cualquier acto de rebeldía y han recordado que esta cita ya quedó aplazada el año pasado y que la iglesia zamorana ha cumplido con todas las medidas, incluidas las del aforo, de manera "escrupulosa".