Alcanzar la felicidad absoluta no es nada fácil. De hecho, es probablemente una de las tareas más complicadas del ser humano. Sin embargo, hay algunos pueblos que están considerados como los más felices de España, según ha desvelado un estudio de Azucarera. 

Pero ¿qué tienen todos ellos en común? Lo cierto es que en estos, pese a sus grandes diferencias, se dan algunas condiciones que favorecen el bienestar de sus vecinos. Entre ellas, destaca un ambiente afectuoso y cordial, un ritmo lento y tranquilo, donde casi no existe el estrés, se disfruta al aire libre, la cocina es de proximidad. En definitiva, todo un cúmulo que hace estar a los habitantes lo más contentos posible.

Obviamente, cada localidad tiene su belleza y lo que le hace especial y atractiva. Pero solo unas pocas han sido las afortunadas de proclamarse como las más felices. Lo que hace que, sin duda, merezcan una visita obligatoria para recargar la energía positiva.

En este ranking se han colado dos pueblos muy bonitos y especiales de Castilla y León. Dos sitios mágicos y únicos que, además de estar rodeados de belleza, pueden presumir de ser los más felices de la Comunidad. 

Los pueblos más felices de Castilla y León

Astorga

En el puesto número 24 se encuentra Astorga, ubicado a unos 50 kilómetros de la capital y convertido en uno de los más turísticos de la Comunidad. Los tres motivos que le han llevado a situarse en este listado son: la belleza del pueblo, su gastronomía y su patrimonio cultural.

Un municipio donde se mezcla el arte antiguo y moderno y donde se puede ver una exposición de patrimonio al aire libre por todas sus calles. La catedral es, sin ninguna duda, uno de los puntos de referencia. Se ubica junto a la muralla romana, y tiene una característica muy especial que es el distinto color de sus piedras, dado que el material se trajo en distintas canteras. 

A la salida se encuentra la figura del Arriero. Y según cuenta la leyenda, se dice que es un habitante típico de la zona de la maragatería, pero su función sigue siendo una gran incógnita. La Plaza Mayor es otro de los puntos de referencia, la mezcla entre presente y pasado es espectacular. Además, en ella se encuentra el edificio del Ayuntamiento, considerado uno de los ejemplos de barroco civil más importante de la región. 

Los visitantes no dejan escapar la ocasión de poder ver el Palacio Episcopal de Astorga o, más conocido, como Palacio de Gaudí. Uno de los edificios más curiosos del municipio. 

El Palacio de Gaudí, uno de los principales atractivos turísticos del municipio leonés

Dirigiéndonos hacia su rica gastronomía, los amantes del dulce tienen una parada muy golosa. Allí se ubica el Museo del Chocolate, uno de los más populares que abrió sus puertas en 1994. Un museo que viaja a la historia y recuerda a los visitantes que, durante un tiempo, esta localidad leonesa fue el punto de control del chocolate y llegó, incluso, a ser proveedor oficial de la Casa Real.

El delicioso Museo del Chocolate de Astorga Ayuntamiento de Astorga

Y, como marca la tradición, está prohibido marcharse de este lugar leonés sin antes probar el rico cocido maragato que ofrecen. Un plato que lleva gallina, patata, huesos de vaca, cebolla, lacón, oreja, morro, chorizo, manitas de cerdo, morcillo de novilla, costilla adobada, tocino, garbanzos, repollo, fideos, ajo, pimentón y sal. 

Y esto no es lo más peculiar sino que se come a la inversa. Es decir, primero las carnes con relleno, después los garbanzos y el repollo y, finalmente, la sopa. En Astorga hay muchos sitios para degustar esta delicia gastronómica y también para una ruta de vinos y tapas, muy tradicional de esta zona castellana y leonesa.

La Alberca

Este municipio salmantino siempre consigue abrirse paso en los ránkings y es que nadie duda de su increíble belleza, que le ha llevado a colarse entre los 100 pueblos más bonitos de España. Cuenta con algo más de 1.000 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística, y se ubica a unos 77 kilómetros de la capital. 

En esta ocasión, se ha adentrado en los pueblos más felices gracias a su belleza, tranquilidad y entorno natural. Un lugar idílico que este mismo año ha conseguido convertirse en el pueblo Ferrero Rocher.

Un coqueto municipio situado en plena Sierra de Francia y cuyas calles te hacen adentrarse en la historia de la Comunidad. Cuenta con unas casas únicas fabricadas con piedra y madera. La Plaza Mayor es uno de los escaparates de la localidad, adornada con una fuente y crucero del siglo XVII que preside el Ayuntamiento. 

Los soportales que la rodean son históricos y están repletos de bares, restaurantes y tiendas donde se pueden adquirir recuerdos o comprar algunos de sus increíbles alimentos artesanos. En Navidad, uno de sus reclamos es el turrón, uno de sus productos más típicos.

Turrón de La Alberca

La Alberca también cuenta con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, una construcción del siglo XVIII en las que se pueden observar elementos del Neoclasicismo. 

Además, cuenta con infinitas tradiciones como es la subasta del marrano de San Antón. Un festejo con más de cinco siglos de vida que se celebra durante el mes de enero. Comienza el 13 de junio soltando un cerdo ibérico por sus calles. Lo que da lugar a la estatua de piedra erigida detrás de la iglesia.

Una vez que lo bendicen, lleva una vida libre por las calles del municipio, lo que despierta la curiosidad de los turistas. Y, posteriormente, se realiza un sorteo solidario donde el agraciado puede decidir si quedarse con el animal o intercambiarlo por productos del cerdo ya manufacturados.

El día en el que se celebra la rifa del marrano de San Antón Susana Martín Ical

La comida es una de las más ricas y sabrosas de la península. Como no podía ser de otra forma, destacan los embutidos por encima del resto y también el hornazo, sus vinos y el 'cabrito cuchifrito'.

En definitiva, dos lugares únicos de Castilla y León que, además de ser los más felices, tienen mucho atractivo y la Semana Santa es, sin duda, uno de los momentos perfectos para visitarlos.