Cocido en una foto de archivo

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El ingrediente de las abuelas castellanas para que el cocido te quede perfecto: la receta rica en proteínas

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El calendario nos dice que ya es tiempo de platos de cuchara. Es tiempo también de manta y peli en casa y de hacer copiosas comidas, con muchas proteínas, para poder combatir el frío que viene. Un plato típico en Castilla es el cocido, pero nosotros le vamos a echar un ingrediente secreto.

De esto sabían mucho las abuelas. Y es que el cocido es el plato típico en muchas zonas de la Comunidad. Todos recordamos nuestros viajes al pueblo durante los fines de semana y la abuela nos ponía el esperado cocido.

Y la verdad es que no sabemos qué ingrediente tenía, pero estaba claro que no sabía igual que el que hacía nuestra madre o padre en la casa de la ciudad. Y lo mismo ocurre cuando vamos a un restaurante. Está claro que como el cocido de la abuela no hay ninguno.

Y eso que los restaurantes, por ejemplo los de Valladolid, se lo curran haciendo guías para poder disfrutar de este plato.

Pues bien, dentro de todos los ingredientes que se usan para hacer un buen cocido, hay uno que destaca sobre el resto. Es ese secreto o truco que las abuelas castellanas usan para darle un toque mágico a uno de los platos con más proteínas de la gastronomía castellana.

El valor nutritivo

El cocido es un plato tradicional muy nutritivo y completo. Es capaz de reunir en un solo plato, varios nutrientes, al ser variados.

Por ejemplo, las carnes que se echan como la de ternera, cerdo, chorizo, morcilla, junto a los garbanzos son fuentes importantes de proteínas.

Además, los garbanzos y las verduras aportan estos minerales, esenciales para el equilibrio electrolítico, la salud ósea y muscular, y el buen funcionamiento del sistema cardiovascular.

La proteína animal contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para el desarrollo muscular, la reparación celular y el sistema inmunológico.

Si bien se incluyen grasas animales, el cocido tiene en general un balance moderado de grasas que, al cocerse a fuego lento, se distribuyen en el caldo.

Esto lo convierte en un plato energético y saciante sin ser excesivamente graso. Ya has visto que el cocido es una comida equilibrada y rica en nutrientes esenciales. Aporta energía, es saciante. Y en estos meses de otoño y de invierno, aún más.

El ingrediente secreto

Pues bien, seguro que las abuelas os lo han contado. Su truco es el de echar gallina al cocido. Un truco tradicional que marca una gran diferencia en el sabor y la calidad del plato.

Quizás mucha gente le eche pollo, pues no, no es lo mismo. A diferencia del pollo, la gallina aporta una grasa más consistente y un sabor más profundo y robusto que impregna todo el caldo y le da un toque característico a este plato clásico.

La carne de gallina, al ser más dura y tener un sabor más pronunciado debido a su edad y tipo de cría, libera más colágeno y grasas, que aportan cuerpo y un gusto más intenso al caldo. Una delicia para el paladar.

Y esto se debe a que el colágeno que se desprende durante la cocción hace que el caldo sea más denso y sabroso. Y gracias a esto tenemos un cocido más untuoso, y su grasa da una textura y un sabor único a los ingredientes.

Es uno de los secretos por los que los cocidos de antes, los de las abuelas castellanas, tienen ese sabor tan profundo y reconfortante que parece imposible de replicar solo con pollo.

Además, al cocinarse durante horas junto con huesos, verduras y embutidos, la gallina enriquece el caldo con un sabor umami que lo hace más redondo.

Así que, aunque lleva bastante tiempo de cocción, merece la pena añadirla si buscas ese sabor auténtico en el cocido. Un truco que a partir de ahora ya puedes usar.