El coronavirus ha afectado, principalmente, a los sectores del turismo y sus derivados. Los datos del Instituto Nacional de Estadística no hacen sino confirmar este hecho con una importante caída de viajeros y pernoctaciones en Castilla y León en agosto, uno de los principales meses turísticos.
Así, pese a que los viajeros crecieron con respecto a julio (244.530), se situaron en 341.514, muy lejos de los 652.772 de agosto de 2019, lastrados especialmente por los turistas extranjeros, donde la caída fue mucho más importante, de 171.457 a 46.936.
Evidentemente, la caída de viajeros también ha traído un importante descenso en las pernoctaciones, que han pasado de superar el millón en 2019 a las 605.112, nuevamente con los extranjeros como principal déficit.
Pese a ello, los datos de agosto son bastante mejores que en julio, con un crecimiento de 180.000 pernoctaciones en toda Castilla y León.
Los viajeros fueron, sobre todo, a Salamanca y Burgos, que superaron los 62.000 durante el mes, seguido de León, con casi 60.000, aunque en todas las provincias cayeron los turistas con respecto a agosto de 2019. En cuanto a pernoctaciones, sin embargo, es León la que domina en Castilla y León, con más de 106.000 por las casi 104.000 de Salamanca. Burgos no llega a las 93.000.