Castilla y León vuelve a ser el destino rural preferido en octubre pese a una caída del 63%
Las pernoctaciones en alojamientos de turismo rural disminuyeron en Castilla y León el pasado mes de octubre en un 63,1 por ciento respecto al mismo mes del año pasado, con un total de 53.012 frente a las 143.501 que se contabilizaron en 2019. Aunque a nivel nacional la tendencia fue igual, el descenso fue menos acusado y se situó en el 52,3 por ciento hasta las 397.519 pernoctaciones, lejos de las 833.536 de un año antes, según recoge la Encuesta de Ocupación de Alojamientos Turísticos Extrahoteleros publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogida por Ical.
El número total de viajeros que recibió la Comunidad en el mes de octubre se redujo hasta los 23.088, un 69,2 por ciento menos que un año antes, cuando se alcanzaron los 75.024. Sin embargo, Castilla y León sigue siendo el destino preferido mientras que Islas Baleares alcanza el mayor grado de ocupación, con un 15,2 por ciento de las plazas ofertadas. A nivel nacional, la caída en el número de viajeros alcanzó el 56,7 por ciento hasta los 161.845.
Aunque lo es habitualmente, en la actual situación de pandemia y ante las limitaciones de circulación, el turismo nacional fue el gran protagonista del turismo rural que registró Castilla y León, ya que supuso el 94,8 por ciento de las pernoctaciones (50.268) frente a las 2.744 de extranjeros. Lo mismo ocurrió en el caso de los viajeros, que en un 94,6 por ciento fueron nacionales (21.860) frente a los 1.227 extranjeros.
Una tendencia similar se registra también a nivel nacional, donde el número de viajeros residentes en España que se contabilizaron en los alojamientos de turismo rural supuso el 92,7 por ciento (150.045) frente a los 11.762 residentes en el extranjero. También las pernoctaciones de ciudadanos residentes en España supuso casi un 90,2 por ciento (359.428) frente a las 39.179 de residentes en el extranjero.
Por otra parte, el número de establecimientos se reduce hasta los 3.126 con una oferta de plazas de 27.618, en los que se estima que trabajan unos 4.088 empleados. El grado de ocupación por plaza fue del 6,19 por ciento mientras que los fines de semana se elevó al 11.41 por ciento. A nivel nacional, los 15.207 alojamientos ofertaron 143.925 plazas atendidas por 21.141 empleados. En este caso, la ocupación media fue del 8,92 por ciento y los fines de semana del 16 por ciento.
Provincias
Por provincias, la caída en las pernoctaciones fue generalizada. Las más acuciantes se dieron en Segovia, con un 77,4 por ciento hasta las 4.668 pernoctaciones; en Burgos, con un 76,5 por ciento (5.386) o en Valladolid, con un 73 por ciento menos (2.611 pernoctaciones). Le siguen Zamora, con un descenso del 65,1 por ciento (5.172 pernoctaciones); un 64,5 por ciento en Ávila (7.452); un 53,7 por ciento menos en León /7.419); un 52,9 por ciento en Soria (8.444); un 50,5 por ciento en Salamanca (6.486 pernoctaciones) o un 26,6 por ciento en Palencia (5.373).
En cuanto al número de viajeros se refiere, también se produjo una caída generalizada en todas las provincias. La mayor se dio en Burgos, donde descendió un 81 por ciento hasta los 2.250; un 78 por ciento en Segovia, hasta los 2.540; un 73 por ciento menos en Zamora (1.801) y Ávila (2.767); un 69 por ciento en Salamanca (2.339); un 68 por ciento en Valladolid (1.556); un 62 por ciento en León (3.815); un 56 por ciento en Soria (3.879 viajeros) y un 37 por ciento en Palencia (2.139).