Castilla y León cuenta con un ecosistema tan amplio como embaucador. Sus amplios terrenos naturales hacen de la Comunidad un referente en este aspecto, tanto a nivel nacional como internacional. En los últimos años se ha puesto de moda el turismo de naturaleza y rural, siendo una baza con la que la región puede hacer frente a los 'grandes' de los destinos vacacionales.
Bien lo saben en National Geographic, donde Castilla y León aparece en múltiples rankings, clasificaciones y listas de sus destinos favoritos para distintos ámbitos. Desde lo gastronómico hasta la cultura, pasando por la naturaleza. Precisamente, la revista ha elaborado recientemente una selección de los geoparques de España, donde aparece, precisamente, uno que se ubica en nuestra Comunidad.
Los geoparques, para National Geographic, son lugares sostenibles y cuentan la historia de la Tierra a lo largo de los millones de años. Además, estos emplazamientos naturales están catalogados por la UNESCO como Geoparque Global. Sus paisajes y rica biodiversidad, tanto de fauna y flora, les convierten en lugares únicos y protegidos para la preservación del medio ambiente.
En la lista aparecen hasta 14 geoparques repartidos por todo el territorio de España. El puesto número 11 lo ocupa el Geoparque de Las Loras, que se extiende por las provincias de Palencia y Burgos. Una maravilla natural silueteada por el agua que ha ido dejando "caprichos geológicos" en forma de cuevas, cañones, pozos y cantiles, según destacan en la famosa revista.
Precisamente, una de las zonas que han embaucado a National Geographic son las del Espacio Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón. La revista sigue comentando que el amplio complejo kárstico supuso un hogar y refugio para los ermitaños de la Edad Media, dando resultado otros enclaves como el Pozo Azul, de donde brota el agua que riega la parte norte de Burgos y donde "atrevidos bañistas" desafían las bajas temperaturas.
Por supuesto, la revista no se olvida de uno de los iconos literarios de nuestra tierra, Miguel Delibes. Y es que se hacen eco de una de las obras del escritor vallisoletano, 'Mi querida Bicicleta', donde narra su viaje veraniego en 1941 entre Molledo Portolín y Sedano para encontrarse con su pareja.
Es allí, precisamente, en Sedano, donde está una de las joyas de la corona. El pórtico románico de San Esteban de Moradillo, dentro de una "constelación" de ermitas, iglesias y monumentos románicos. A poca distancia, en Ayoluengo, es visitable un campo petrolífero que data del 1964, acompañado de su museo. National Geographic también menciona las distintas huellas de poblados neolíticos con dólmenes y menhires en el Geoparque de Las Loras.
Pero es que el atractivo de este paraje natural va mucho más allá. Bares y restaurantes, alojamientos, ecoturismo y actividades, artesanía y productos locales son algunos de los elementos que hacen del Geoparque de Las Loras en todo un proyecto a niveles turísticos, medioambiental, cultural e histórico de un valor incalculable.
Y es que cuenta con espacios naturales, geosendas, rutas para hacer en coche, en bici o a pie, geocaching, rutas del románico, castros prerromanos, yacimientos megalíticos, ermitras rupestres, cascadas, actividades de escalada y espeleología o, incluso, actividades naúticas.
Hasta 16 municipios distintos comprenden el Geoparque de Las Loras, por lo que su amplísima diversidad cultural y de historia son un potente polo de atracción para los visistantes. Conocer la gastronomía local, las costumbres y cómo cuidan todo este territorio suponen un gran aliciente para conocer más sobre todos estos pueblos.
Si hay un denominador común de las huellas que dejan estos asentamientos poblaciones está claro, que es la actividad agraria. Pero también hay hueco para otras industrias como la agroalimentaria de Aguilar de Campoo, el campo petrolífero de Ayoluengo y, muy marcada, la turística, que se centra especialmente en la Montaña Palentina y en los Cañones del Ebro, especialmente en Orbaneja del Castillo y Sedano.
Sin duda alguna, una maravilla de la naturaleza que, en consonancia con la huella humana, han creado con el paso de los millones de los años una amplísima zona de una belleza natural, histórica y cultural impresionante. Y es, precisamente todo esto, lo que ha llevado al Geoparque de Las Loras a enamorar a una de las revistas más famosas de todo el mundo, National Geographic.