Los coches (aún) no vuelan ni se alimentan de basura, como vio Marty McFly al encontrarse con su yo del futuro. Pero aunque las predicciones que hizo Robert Zemeckis para 2015 en la saga Regreso al futuro no se han hecho realidad, lo que sí es cierto es que el universo interior de los vehículos ha experimentado una espectacular transformación: hoy, los pasajeros y el propio conductor pueden estar conectados con todo lo que les rodea y realizar funciones que hasta la fecha estaban reservadas para las películas más futuristas.
Pedir a nuestro coche que nos reserve mesa en un restaurante para esta noche, que compruebe cuál es el parking más cercano y si tiene plazas libres, conectarnos a Internet para chequear nuestra bandeja de entrada o, incluso, revisar el estado mecánico del vehículo sin tener que mancharnos las manos de grasa, son ahora acciones que el conductor puede llevar a cabo pulsando un botón o simplemente pidiéndolo de viva voz frente al salpicadero. Y es que el automóvil ya no es solo un vehículo. Tiene que estar preparado para satisfacer nuestras necesidades, convirtiéndose, incluso, en nuestro asistente personal.
La conectividad como factor diferencial
Según recientes estudios, en la era de las redes sociales los jóvenes prefieren ser dueños de un móvil de última generación antes que de un vehículo. Algunos incluso valoran desde un punto negativo la experiencia al volante, no por las prestaciones del propio coche sino porque representa un rato de su vida en el que no pueden interactuar con sus contactos ni estar conectados. Un tiempo perdido.
Las marcas de automoción son conscientes de que este fenómeno va a más y se están adaptando, tratando de que el coche sea una extensión de nuestro smartphone para que no exista un parón en la interacción social cuando nos sentamos en el interior de un vehículo. El objetivo: que la conexión con el mundo exterior sea total, combinando siempre la conducción con la máxima seguridad.
De esta manera, la conectividad y los sistemas de infoentretenimiento son tan valorados por los usuarios como el motor, el color, la marca o el modelo a la hora de tomar la decisión de compra de un coche: tener más o menos caballos ya es menos importante que el hecho de que vehículo en cuestión sea compatible con el sistema operativo del móvil para poder acceder a nuestras aplicaciones o a nuestra música de forma fácil e intuitiva.
Por ello, los fabricantes de coches y empresas tecnológicas están desarrollando de forma conjunta protocolos para que los sistemas operativos de los smartphones, ya sean Android o iOS, sean compatibles con el coche y se puedan utilizar a través de la pantalla táctil del salpicadero del automóvil, mejorando la seguridad, la experiencia en el habitáculo y logrando integrar el vehículo en el concepto del Internet de las Cosas (IoT) como un eslabón más en la cadena de conectividad total del usuario.
Asistencia médica y técnica, prioridades
Gracias al denominado sistema eCall, el propio vehículo avisará a los servicios de emergencia en caso de accidente, siempre que se despliegue el airbag y no se obtenga respuesta alguna por parte de los ocupantes. Y a través de la geolocalización, la ambulancia sabrá exactamente el lugar del incidente, al igual que la asistencia técnica, en caso de que el vehículo sufra una avería. El eCall será obligatorio, por normativa europea, a partir de 2018.
Ya hay muchos fabricantes que completan el eCall con un servicio de atención al cliente más amplio, a través del que se puede solicitar al operador que compruebe de forma telemática el estado mecánico del vehículo, así como que nos diga en qué lugar se encuentra la farmacia más cercana o que nos reserve mesa para cenar en un restaurante para esa noche. Las posibilidades son infinitas y se logra que el conductor no deje de hacer sus gestiones porque tenga que hacer un trayecto largo al volante y no pueda parar para buscar teléfonos o direcciones.
En línea con la conectivitis que vivimos los ciudadanos, también son cada vez más los fabricantes que ofrecen la posibilidad de equipar sus vehículos con un emisor WiFi de Internet con tecnología 3G o 4G y que permite conectar diferentes dispositivos de forma inalámbrica a la red. De esta forma, mientras uno conduce, el resto de pasajeros puede estar comprobando su correo electrónico con su ordenador portátil, viendo vídeos de Youtube en su tableta o jugando en línea su videojuego favorito, evitando las tediosas y cansinas preguntas "¿falta mucho?" o ¿cuánto queda?" con que nos bombardean los niños en los largos recorridos.
En el ver para creer de las funciones que se pueden realizar con nuestro automóvil también destaca la posibilidad de comprobar en cualquier momento, a través de una aplicación, el estado de nuestro vehículo, aunque estemos en otro país o en nuestra casa con el coche aparcado. Así, se puede revisar si hemos cerrado las puertas -y, en caso negativo, podremos cerrarlas-, así como encender las luces o hacer sonar la bocina de forma remota. La tecnología de seguimiento permite alertar en caso de intento de robo y transmitir la ubicación del vehículo para facilitar su recuperación.
Las apps que refuerzan la seguridad son capaces de saber en todo momento dónde está el coche, alertando al dueño a través de un mensaje de texto en caso de que éste cambie de ubicación, algo que es muy útil en caso de robo o cuando se tiene un hijo que se acaba de sacar el permiso de conducir que nos tiene en ascuas cuando se pone al volante. Para los más previsores, también existe la posibilidad de programar el sistema de climatización del vehículo para que el habitáculo esté a una temperatura específica a la hora que le digamos
En línea con la mejora de la conectividad, los sistemas de navegación de los coches reciben cada vez mayor información de las diferentes administraciones y de las infraestructuras, lo que les permite saber en todo momento cuál es la ruta más rápida a nuestro destino final, en la que gastaremos menos combustible y en la que nos encontraremos menos tráfico, logrando reducir el estrés y el tiempo al volante y haciendo que la experiencia de conducción sea más gratificante y completa.
Aunque todavía estamos lejos del coche volador de Regreso al futuro, la mejora de la tecnología y la conectividad sobre cuatro ruedas ya es algo imparable. Subirse a un coche ya no significa un período de desconexión, sino que hasta se puede estar más conectado que en nuestra propia casa, pidiéndole incluso que nos aconseje, que nos avise o que nos despierte en caso de quedarnos dormidos al volante.
Conectividad e innovación: todo lo que puedes hacer sin salir de tu coche es un contenido patrocinado por Land Rover Evoque.