Una superluna, un eclipse lunar, una luna de sangre y una luna azul. Durante la noche del 30 al 31 de diciembre, los seres humanos, en distintos puntos del planeta, hemos podido asistir a estos cuatro fenómenos astronómicos que se han producido de forma simultánea en la bóveda celeste. Una rareza que no ocurría desde 1866, hace más de 150 años.
Sin embargo, la Tierra es un lugar fascinante en el que, de vez en cuando, ocurren fenómenos naturales tan raros y espectaculares como estos. ¿Sabes qué son las cataratas de sangre de la Antártida? ¿Has contemplado alguna vez una tormenta sucia? ¿Has podido ver alguna vez (aunque sea en Youtube) un rayo globular? Si es así, siéntete realmente afortunado, porque se trata de fenómenos naturales tan espectaculares como raros y, algunos de ellos, difíciles de ver por los lugares en los que se producen.
Las cataratas de sangre de la Antártida
Éste no es un fenómeno difícil de ver por ser poco frecuente, sino por la dificultad que supone acceder hasta el escenario en el que tiene lugar. Ocurre en el glaciar Taylor y consiste en la formación regular de pequeñas cataratas de agua salobre cargada de hierro pesado y microbios adaptados a este tipo de condiciones.
Lamentablemente, ni las temperaturas ni el enclave son demasiado propicios para el acceso de los turistas, por lo que la mejor forma de acceder hasta allí es estudiar microbiología, especializarse en extremófilos y organizar una expedición a la zona para conocer a los microorganismos que allí viven. Poca cosa.
Una tormenta sucia
Se define como tormenta sucia a la formación de relámpagos en el interior de una nube de ceniza volcánica, durante el transcurso de una erupción. La propia definición ya deja ver que no es un fenómeno especialmente frecuente, aunque en realidad no es tan sumamente raro, pues según investigadores de la Universidad Estatal de Oregon existen registros de 200 casos en los últimos 200 años.
En realidad, esta media de una tormenta anual convierte estos fenómenos en algo más frecuente que los eclipses totales, que se dan aproximadamente cada 18 meses, pero sin duda lo complicado es estar en el lugar correcto y en el momento adecuado.
Un rayo globular
A diferencia de los rayos convencionales, que rasgan el cielo durante una fracción muy corta de tiempo, los rayos globulares, también conocidos como esferas luminosas, son un fenómeno característico de las tormentas eléctricas.
Aunque existe constancia de la observación de alguno de estos sucesos a finales del siglo XIX, la primera vez que fue descrito a fondo por científicos fue en 2012 y desde entonces no se ha dado ningún caso similar. Esto hace que presenciarlos sea todo un privilegio, pero también que aún sea un fenómeno totalmente desconocido, al que le queda mucho por estudiar.
Circunferencias de pez globo
Los machos de pez globo saben que conquistar a una hembra no es fácil y que deben emplearse a fondo para conseguirlo. Por eso, se convierten en pintores y dibujan en la arena unas estructuras esféricas muy peculiares llamadas meridianos, que atraen la atención de sus compañeras.
De hecho, desde mucho tiempo atrás también habían atraído la atención de muchos buzos, que no conseguían identificar el origen de estos diseños tan curiosos, que continuaron siendo un misterio hasta el año 2011, cuando un grupo de investigadores de la revista Nature pillaron in fraganti a uno de estos peces creando su obra de arte.
Se trata por lo tanto de un fenómeno muy habitual, característico del apareamiento de los juegos previos al apareamiento del pez globo, pero para verlo es necesario viajar hasta Asia y bajar hasta las profundidades.
Las piedras navegantes
También conocidas como piedras deslizantes, estas rocas, características de Racetrack Playa, en el Valle de la Muerte (California), constituyen un fenómeno geológico muy curioso, por el cual se mueven a través de la arena, dejando claros surcos en su camino.
Existen diversas teorías sobre el origen del movimiento, desde tapices microbianos hasta placas de hielo subterráneas que promueven su deslizamiento, aunque una de las más aceptadas consiste en la presencia de una superficie saturada de agua, acompañada de vientos fuertes sostenidos.
Sea como sea, se trata de un fenómeno de lo más peculiar, no sólo porque sólo se mueven cada dos o tres años, sino también porque se da en un punto muy concreto del planeta, al que no todo el mundo puede acceder durante su vida.