José Luis Cordeiro no es neurocientífico, ni oncólogo, ni microbiólogo. De hecho, lo repite varias veces a modo de extraña advertencia. Sin embargo, este ingeniero del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) lleva años dando conferencias en distintas instituciones científicas y no científicas, a un lado y otro del charco, en las que afirma que "en un par de décadas, hacia 2045, llegaremos a la muerte de la muerte". Es decir, que el hombre morirá a causa de accidentes, pero nunca por causas naturales. Y no sólo eso, sino que en 30 años él mismo será aún más joven que ahora y no habrá enfermedad alguna que pueda acabar con los seres humanos.
El discurso de Cordeiro (Caracas, 1962) no les sonará nuevo ya que este polémico "tecnólogo", tal y como él mismo se define, ha aparecido en infinidad de periódicos, radios y televisiones de España y Latinoamérica afirmando que "la muerte va a ser una opción". Este martes, durante la presentación en Madrid de La muerte de la muerte (Deusto), el libro que acaba de publicar en nuestro país junto a David Wood, otro ingeniero de la Universidad de Cambridge y codirector de organizaciones tan pintorescas como Millennium Project y London Futurists, volvía a hacerlo. "Me llena de orgullo que a mis amigos y a mí nos llamen charlatanes, mentirosos y anticristo. Pero nosotros no pensamos morir. Es más, en 30 años pensamos ser más jóvenes que hoy", aseguraba Cordeiro.
La referencia a la charlatanería no es una licencia gratuita. El diario El País publicó el pasado mes de diciembre un reportaje en el que científicos españoles de renombre internacional como Juan Carlos Izpisúa, del Salk Institute for Biological Studies, en La Jolla (San Diego), o Manuel Collado, director del laboratorio de Células Madre en Cáncer y Envejecimiento del Complejo Universitario de Santiago, cuyos estudios cita Cordeiro para hilvanar su discurso fantástico, desmontaban las afirmaciones de este venezolano.
Un discurso que "no se sostiene"
"Afirmar que la ciencia va a lograr en las próximas décadas que seamos inmortales no se sostiene de ninguna manera con los datos científicos actuales y no se sostendrá nunca. (...) La inmortalidad es incompatible con la evolución", aseguraba Izpisúa. Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA) del CSIC, directamente lo calificaba como "charlatán", y María Blasco, a la que Cordeiro cita en sus conferencias, no quiso hacer ningún tipo de declaración para "no continuar dando publicidad a un individuo del que no entiende la relevancia".
La cosa no queda aquí. La Singularity University, una institución patrocinada por Google y la NASA que Cordeiro utilizaba para dar lustre a su currículum y de la que decía ser "profesor fundador y asesor de energía", también desmentía esta vinculación. "José Luis Cordeiro no está en absoluto afiliado con la SU. Es lamentable que haya decidido presentarse a sí mismo de esa manera engañosa", decían al periódico de Prisa fuentes de esta institución.
Pero Cordeiro, lejos de achantarse, no se baja del burro. "He estado toda la vida dedicado al mundo futurista desde que estudié en el MIT. Yo soy uno de los profesores fundadores de la Singularity University. Lo digo porque hay un problema personal con el nuevo presidente de la compañía, que fue un alumno malo, y me parece de muy bajo nivel que algo personal se quiera hacer público", asegura a la vez que se autocalifica como "el Aubrey de Grey en habla hispana".
De Grey, el polémico gerontólogo y director científico de la SENS Research Foundation, es otro de los científicos que Cordeiro cita habitualmente en sus charlas ya que él también está convencido de que el ser humano podrá vivir casi eternamente gracias al avance de la medicina. "Ni David [Wood], ni yo, ni Aubrey de Grey, ni Ray Kurzweil pensamos morir. Y quiero enfatizar esto porque Ray asegura que va a llegar muy pronto a la velocidad de escape de la longevidad. Eso le va a permitir vivir indefinidamente. Nosotros estamos trabajando en el rejuvenecimiento, y esperamos que esto ocurra la próxima década. Si no en la década de 2020, será en la de 2030", afirma.
"La última generación humana mortal"
Para hacer semejantes afirmaciones, Cordeiro se vale de una corriente denominada "singularidad tecnológica", que apunta que el progreso tecnológico y la inteligencia artificial serán las herramientas que acabarán con la "edad humana" y darán lugar a la "edad posthumana". "La inmortalidad no era posible en el pasado porque no teníamos tecnología. Pero actualmente la tenemos", afirma. El venezolano apunta que en apenas unos años la humanidad verá cómo las máquinas llegarán a tomar conciencia, tendrán una capacidad muy superior a la de los humanos y que, justo en ese momento, algún software podrá ayudarnos a conseguir "la muerte de la muerte". Tal cual.
En el hipotético caso de que esto ocurriera, ¿estaríamos preparados para ello? Cordeiro responde fiel a su estilo: "Tú no estás preparado para casarte hasta que te toca casarte, ni para tener hijos hasta que te toca tener hijos. Tú no estás preparado para ser inmortal hasta que eres inmortal. En dos años tendremos las primeras terapias comerciales para el rejuvenecimiento. El sueño de la humanidad ha sido la inmortalidad, y hoy tenemos la tecnología para ello", insiste.
José Luis Cordeiro, que no duda en citar al filósofo Arthur Schopenhauer cuando la sombra de la duda planea por la sala -"Toda verdad pasa por tres etapas. Primero es ridiculizada. En segundo lugar, se encuentra con una violenta oposición. Y en tercer lugar es aceptada como evidente"- asegura que los científicos y médicos que niegan sus teorías no pueden decir realmente lo que piensan ya que reciben fondos públicos de distintas instituciones. "Juan Carlos Izpisúa, al que comprendo y admiro, no puede decir estas cosas como las decimos nosotros porque nosotros no respondemos ante nadie, sino ante nosotros mismos", asegura.
Sea como fuere, el ingeniero venezolano inicia una gira por España en la que presentará su libro en distintas ciudades pese a que buena parte de la comunidad científica no da ningún pábulo a sus afirmaciones. Él, lejos de sentirse intimidado, no tiene ninguna intención de recular: "Esta es la última generación humana mortal y la primera generación inmortal. ¿Dónde quieren estar ustedes?". En unos años podremos comprobarlo.