Durante el nazismo, fueron muchos los simpatizantes de Adolf Hitler que intentaron agasajar al Führer con todo tipo de regalos para demostrarle su lealtad y simpatía. Hace 80 años, en 1938, para su 49 cumpleaños, un empresario de Zernikow, una localidad del estado de Brandemburgo a 100 kilómetros de Berlín, decidió rizar el rizo y construir una esvástica gigante de 60 metros cuadrados en medio de un pinar. Sin embargo, el misterioso símbolo permaneció oculto más de medio siglo hasta que fue descubierto por accidente.
La historia es de lo más curiosa. En 1992, un joven estudiante forestal se encontraba dedicado a analizar una serie de fotografías aéreas debido a que el gobierno Alemán había ordenado un minucioso examen de todos sus territorios tras la reunificación. De repente, en una de estas fotos, el joven descubrió una enorme cruz gamada conformada por una serie de árboles de color amarillo.
El hallazgo llamó sobremanera la atención de su superior, un alemán llamado Günter Reschke que, inmediatamente, decidió alquilar una avioneta y peinar la zona para ver si era cierto lo que aparecía en la instantánea. Y lo era. Tras sobrevolar una boscosa zona de Kutzerower Heath, en el distrito de Uckermark, descubrieron más de 150 alerces plantados de forma extraña entre una inmensa pinada.
Los alerces son unos árboles originarios de los Alpes y los Cárpatos que tienen una característica muy singular: justo con la llegada del otoño y la primavera, sus hojas, de color verde durante el resto del año, se tornan amarillas durante un breve periodo de tiempo. Reschke decidió entonces preguntar a un silvicultor de la zona si sabía cuánto tiempo llevaban plantados allí esos árboles. Fue este último el que confirmó que estaban allí desde 1938.
¿Cómo es posible que nadie reparase en la esvástica hasta 1992? La explicación más plausible es que esta peculiar cruz gamada sólo era visible desde una determinada altura, mucho más baja que la altitud que alcanzan los aviones comerciales, y durante un corto periodo de tiempo. El resto de aviones estuvieron prohibidos durante mucho tiempo en la Alemania oriental.
El hallazgo se convirtió casi en un asunto de Estado en Alemania y, en 1995, las autoridades de Brandemburgo decidieron intentar destruir la esvástica del bosque arrancando 43 de los 150 alerces que la conformaban. Se apoyaron para ello en la legislación alemana, que prohíbe de forma explícita la exposición de símbolos nazis en lugares públicos.
La polémica sobre el símbolo nazi amainó durante un tiempo hasta que en el año 2000 volvieron a aparecer nuevas fotos aéreas de la misma en la prensa. Pese a la tala, la cruz gamada seguía intacta. Sin embargo, el devenir del tiempo había provocado que parte de la zona en la que se encontraba estuviese ya en manos privadas. Aun así, las autoridades locales consiguieron convencer a los dueños del terreno y en diciembre del año 2000 acabaron con la esvástica oculto para siempre.