Un hombre de 42 años originario de Texas (Estados Unidos) tuvo la mala suerte de recibir una mordedura de tiburón a principios del mes de agosto cuando tomaba un baño a menos de 200 metros de la orilla de Crystal Beach, en el Golfo de México. Según informa el portal LiveScience, el hombre sobrevivió, pero no sin complicaciones.
Para desgracia de Blaine Shelton, un trabajador de la construcción del estado norteamericano, la mordedura del escualo que sufrió justo por encima de la rodilla se acompañó no solo de una sensación de papel de lija que le "arañaba" el muslo, sino también de una sobreinfección bacteriana.
Shelton fue capaz de alcanzar la costa por sí mismo y pedir ayuda gracias a un amigo. Según los expertos consultados, el animal que mordió a este hombre era un tiburón toro o Carcharhinus leucas, un animal que puede llegar a medir casi 2,5 metros de largo y pesar entre 90 y 130 kilos. Son habitantes comunes en las costas de Texas, y pueden habitar tanto aguas dulces como aguas saladas.
Pero la mordedura no fue el mayor problema. Tras ser curado y recibir tratamiento durante cuatro días en el centro médico de la Universidad de Texas, en Galveston, este hombre continuó con dolor insoportable en su herida, por lo que volvió al hospital para ser reevaluado.
Según los médicos que le atendieron, la herida se había infectado con un tipo de bacteria comecarne que habita en el agua, la Vibrio vulnificus, la cual suele habitar en aguas cálidas costeras. Este apodo, "comecarne", se debe al hecho de que V. vulnificus es capaz de infectar heridas y destruir el tejido periférico a las mismas, logrando que se descomponga y muera, dando lugar a una patología llamada fascitis necrotizante. Sin tratamiento, el desenlace puede ser fatal.