El virus de la Covid-19 que circula por España es cada vez más contagioso. Según el número productivo básico instantáneo (RT), cada español infecta de SARS-CoV-2 a tantas personas como durante el pico de la tercera ola.

El citado indicador, que mide cuántos casos nuevos de Covid-19 genera una persona infectada, se encuentra en estos momentos en 0,91. El dato es el mismo que tenía el país durante la última semana de enero, cuando la incidencia acumulada en España rozaba los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.

La cifra de nuevos contagios por cada positivo (RT) muestra el inicio de una posible cuarta ola epidemiológica con una crecida más rápida de los nuevos casos que durante el mes de diciembre, inicio del tercer pico.



Gráfico con la evolución del RT en España.

Si se analiza la curva epidemiológica basándose en el RT que recopila el Instituto de Salud Carlos III, se observa que el país había reducido su número reproductivo desde el 22 de enero (estaba por encima de 1) hasta la primera quincena de febrero. Es en ese momento, vuelven a subir los contagios y cada infectado es más contagioso.

Tras unas largas semanas de confinamiento para paliar el efecto navidades la Covid-19 se reducía a la mitad en apenas un mes mostrando una imagen estable de la epidemia. Desde entonces el RT recupera su tendencia ascendente y vuelve a rondar valores iguales a 1.

Qué es el RT

La cifra es importante pues, como explican los expertos, el RT permite medir la transmisión de la infección de la Covid. Y es que, para que se produzca la epidemia, el valor RT debe ser mayor que 1 y, cuando se sitúa por debajo de esta cifra, se considera que se está controlando la infección.

Si continúa la tendencia ascendente, el RT superará el umbral de 1 en pocos días y eso significará un inicio de una transmisión comunitaria descontrolada, con sus correspondientes problemas en los servicios sanitarios.

Como ya han explicado diversos epidemiólogos y profesionales sanitarios, que existan más contagios en esta cuarta ola no significa una mayor mortalidad. Los más vulnerables ya están inmunizados y la vacuna contra la Covid se está inyectando a una gran velocidad entre los colectivos con mayor mortalidad.

Aun así, el dato de contagiados sí asienta la situación de "meseta" en la que está España y por la que no consigue bajar su incidencia acumulada. Desde que comenzara a descender la tercera ola, la IA no se reduce más allá de los 120 casos.

Según las cifras del Ministerio de Sanidad, la bajada de la incidencia acumulada fue muy veloz durante el mes de febrero y marzo. Tras alcanzar el pico de los casi 1.000 casos por cada 100.000, la IA se redujo hasta los 153 casos el 4 de marzo.

Desde entonces, la reducción de este medidor epidemiológico apenas ha conseguido bajar de 30 puntos. Este 17 de marzo, la IA era de 127 y subían los contagios diarios hasta los casi 5.000.

Tal y como ha defendido la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y el director del Centro de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, el objetivo de España es bajar de los 50 casos de incidencia acumulada y, según el RT, eso se hace cada vez más difícil para España.

Estado de alarma

La bajada de la incidencia acumulada por debajo de los 50, un RT inferior a 1 y una velocidad de vacunación adecuada son tres de los pilares que el Ministerio de Sanidad necesita para considerar que la pandemia de la Covid-19 está controlada en el país. De ello depende, ya lo adelantó la propia Darías, no solicitar un nuevo estado de alarma a partir del 9 de mayo.

Los datos epidemiológicos que muestra el Instituto de Salud Carlos III no dan esperanza para pensar que la ministra podría descartar un tercer estado de alarma, pero tampoco lo hacen los de vacunaciones.

Paralizar la inoculación de dosis de Astrazeneca supone retrasar los tiempos a la hora de inmunizar a sanitarios, grandes dependientes de hasta 55 años, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, profesores, etc. Sanidad ha dejado almacenadas casi 900.00 dosis que podrían estar inoculándose a esta población.

Por ello, mientras la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) decide si los 11 trombos diagnosticados responden a un efecto secundario de la vacuna, España sólo podrá inocular dosis de Pfizer y Moderna. El preparado de Janssen, aprobado hace unas semanas, se espera que aterrice en el país hacia la segunda quincena de abril.

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