Se habla de la innovación y la tecnología como algunos de los grandes motores para el desarrollo de la sociedad a todos los niveles. Pero, como complemento al ámbito de la investigación y de la ciencia, a veces se pierde de vista la importancia de los intercambios de ideas para poner en común problemas, compartir soluciones y alcanzar conclusiones que hagan de este mundo un lugar mejor para todos.
Esta filosofía es la que está detrás de citas como las Conversaciones para el Liderazgo, cuya quinta edición ha versado sobre mujer, ciencia y salud. En el evento participaron María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS; a Rosa Menéndez, presidenta del CSIC, y a Patricia Fernández De Lis, periodista y divulgadora científica, moderadas por Francisco J. Marco, consejero, Director General de Soporte a Negocio de MAPFRE y médico de formación.
Este año, además, este foro organizado por MAPFRE ha adquirido también una significación especial dado que su celebración se ha desarrollado con los efectos de la pandemia aún vigentes en el día a día de todos. Por eso, todo lo relativo a esta emergencia sanitaria estuvo muy presente durante las conversaciones, más aún después de hacer balance de estos meses en los que la aseguradora ha dedicado más de 45 millones de euros en ayudas para millones de personas en este contexto.
El reto de la pandemia
En torno a la pandemia, precisamente, giraron algunos de los grandes temas que abordaron las participantes. Por ejemplo, en el que cómo han sido capaces de lidiar desde sus puestos de trabajo con la situación y con las restricciones y problemas derivados que han afectado a sus tareas profesionales. El mundo del Periodismo, por ejemplo, ha sido más importante que nunca, y no solo para informar sino para concienciar y transmitir los datos más útiles en relación al covid-19. Para un periodista es un momento apasionante aunque conlleve muchos hándicaps, como señala Patricia Fernández de Lis, para quien estos últimos 12 meses han constituido un reto: "Los periódicos no quieren incertidumbre. Hemos tenido poquísimas certezas, ha sido un año extraordinariamente complejo […] Al principio nos llegaban estudios en estado puro y era difícil trasladarlos a los lectores. El CSIC y la OMS nos han ayudado muchísimo" , señala.
Desde el CSIC, como señala su presidenta Rosa Menéndez, ha sido igualmente un año muy complejo a nivel de coordinación entre sus centros o el rigor en cuanto a medidas de seguridad, por ejemplo: "Tuvimos productos en el mercado, analizamos la presencia del virus en el aire, en las aguas, la secuenciación genómica…". "Este nivel de esfuerzo no se puede mantener porque humanamente no resistes", concluye.
Es un escenario parecido al vivido dentro de la Organización Mundial de la Salud, epicentro global de las operaciones en relación a la pandemia. "Comparto la sensación personal, la responsabilidad, los ojos rojos por el cansancio, el sentimiento de impotencia. No os podéis imaginar cómo fue en la OMS", reconoce María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la institución.
Una cuestión de "generosidad intelectual"
Son experiencias narradas desde distintos puntos de vista, pero las tres coinciden de alguna manera en la importancia del trabajo en equipo, de la solidaridad de todos y de la "generosidad intelectual", como apunta Neira, para superar estos desafíos inéditos. Uno de ellos es el del reparto de vacunas. Mientras España, como el resto de los países desarrollados, avanzan en el porcentaje de inmunizados, está claro que hay regiones que no están teniendo tanta eficiencia por su falta de medios, lo que es sin duda un problema a resolver en el futuro. "Pensamos siempre en África y Latinoamérica, que por proximidad histórica y en esta situación no podemos dejar así", cuenta Menéndez.
En ese sentido, Neira también señala la importancia de sacar conclusiones como una manera de "anticipar cualquier tipo de situación viral, que el científico salga del rol que se autoadjudica" porque, añade, "no podemos extraer lecciones como si la próxima pandemia fuera a ser como ésta".
Por lo vivido desde su posición, Fernández de Lis espera que, en efecto, si tiene que llegar un problema similar en el futuro haya cosas que sean diferentes. Se refiere especialmente a episodios con los que "hemos visto lo mejor y lo peor del ser humano". Y es que, frente al "desprendimiento, el trabajo y la tranquilidad de quienes estamos vacunados" aduce el "momento de gran confusión en el que líderes políticos y económicos contribuyen a la difusión de fake news". Se trata de un momento de desinformación que hace fundamental la existencia de una "colaboración estrecha entre periodistas, ciencia y gestores sanitarios" porque, indica la fundadora de Materia, "la única manera de luchar contra las noticias falsas es colaborar, no volver a aislarnos".
O, como apunta Rosa Menéndez, que por su posición en el CSIC ha sido testigo de cómo se transmitía la información científica durante este periodo, apostar por "buenos profesionales". Es una manera de luchar contra noticias falsas que puedan "tener efectos contraproducentes". "Lo que no tenga rigor hay que desmentirlo", finaliza.
Oportunidad para reducir la brecha de género
Al margen de la experiencia con la pandemia, que ha supuesto una dura prueba para todos, María Neira, Rosa Menéndez y Patricia Fernández de Lis son mujeres que han alcanzado puestos de máxima responsabilidad gracias a su trabajo y su tesón. Son trayectorias en las que su currículo ha ido más allá de las brechas de género, que a veces han supuesto un problema añadido, como señala la periodista: "Me he encontrado con algún problema por ser mujer. Pero veo un cambio. Cada vez hablo con más mujeres, entrevisto a más mujeres. A veces tenemos experiencias en las que nos hacemos de menos, nos ponemos obstáculos en nuestras propias carreras. A veces, las barreras nos las autoimponemos", reconoce.
Para Menéndez, la "apertura de mente" es vital para alcanzar el éxito: "Fui de las primeras doctoras que se marchó a Inglaterra. Fue una cura de humildad: en España no éramos menos inteligentes, me sirvió para valorar lo que había tenido. Me dio una seguridad tremenda", comenta.
Es una apuesta similar a la que explica María Neira en relación a su carrera en base a a "saber extraer lo mejor de las bifurcaciones que trae el camino en la vida": "Nada sustituye a una mente abierta a alternativas, a no cerrarse. (…) Vas aceptando ciertos retos y que no habías pensado. En Naciones Unidas eres más privilegiada, porque se da mucha importancia al cierre de brechas", un objetivo que traslada a muchas de las mujeres con las que habla en países donde la igualdad sigue siendo un reto: "Cuando estoy con ellas les digo: No aceptéis que nadie os diga hasta dónde podéis llegar. Lo podéis todo. En la parte de liderazgo hay que dar muchos pasos".
"La ciencia salva vidas"
Entre las conclusiones de esta quinta edición de las Conversaciones para el Liderazgo organizadas por MAPFRE, y además del énfasis en reducir la brecha de género, también se apuntó al infravalorado papel de la ciencia española en el panorama internacional que ellas ensalzan por su experiencia: "España es conocida, reconocida y está bien posicionada" y "tenemos que creérnoslo un poco más como españoles", cuentan.
Sin embargo, también señalan cosas a mejorar y puede que en ninguna estén tan de acuerdo como en la necesidad de invertir más en ciencia y de fomentar la colaboración público-privada: "Espero que hayamos aprendido la lección. La ciencia salva vidas, nos proporciona un futuro", resume Fernández de Lis.
Y esas palabras resultan especialmente ciertas al pensar en la rapidez con la que el ecosistema científico ha sido capaz de crear vacunas para prevenir el covid-19, para lo que MAPFRE donó cinco millones de euros para impulsar las investigaciones. Actualmente, los millones de personas ya inmunizadas en nuestro país son el mejor ejemplo para comprobar cómo estos gestos hacen tangible la importancia de la ciencia no solo para mejorar nuestra calidad de vida sino, incluso más importante, para preservarla.