El agua es un elemento fundamental de la vida, pero también uno de los más amenazados por el cambio climático. Episodios extremos como inundaciones y sequías dificultan la previsión de su disponibilidad y disminuyen su calidad. Todo ello agrava lo que es ya un problema global: la escasez de agua. En este sentido, España es uno de los países más afectados por esta cuestión, ya que entre el 75% y el 80% del territorio está en riesgo de convertirse en desierto a lo largo de este siglo, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Para avanzar en la transición ecológica es necesario llevar a cabo medidas concretas centradas en el ámbito del agua y que garanticen su disponibilidad y calidad para todos. Con este objetivo el grupo Agbar, una empresa especializada en la gestión del agua, ha lanzado al Red de Cátedras del Agua. Compuesta por 11 cátedras universitarias de diferentes puntos del territorio español, esta red coordina los diferentes trabajos de investigación, formación y divulgación en el campo de la gestión integral de los recursos hídricos y la sostenibilidad ambiental.
Desde una perspectiva multidisciplinar, su objetivo es promover soluciones innovadoras para la mitigación y la adaptación al cambio climático. Todo ello con un claro objetivo social: no dejar a nadie atrás y atender a las personas en situación de vulnerabilidad. Y es que, problemas como la falta de agua potable o el agua de mala calidad tienen consecuencias en la seguridad alimentaria y en los medios para subsistir de muchas personas en el mundo. Por ello, garantizar su disponibilidad, su gestión sostenible y el saneamiento para todos forman parte del sexto punto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y también una de las claves de la Red de Cátedras del Agua.
Se puede encontrar, en algunas de estas cátedras, la unión entre instituciones públicas y empresas por un mismo fin: contribuir a la Agenda 2030 de una manera más eficaz. Esta colaboración público-privada se da, por ejemplo, en el caso de la Cátedra Ciencias del Litoral con Aguas de Torremolinos, que está compuesta por la Universidad de Málaga, la Empresa Municipal de Aguas de Málaga S. A. y la Mancomunidad Municipios Costa del Sol Axarquía.
También está la Cátedra de Gestión de Recursos Hídricos y Sostenibilidad con Canaragua, integrada por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Aguas de Telde, Teidagua y Aguas de Antigua; o la Cátedra de Responsabilidad Social Corporativa con EMUASA, en la que participan la Universidad de Murcia, Disfrimur, Fundación Diagrama, Fundación CajaMurcia, Cepaim, GAC, Grupo Fuertes, Hero, Orenes, Región Murcia, Prosur, Estrella Levante, Bankia y Ayuntamiento de Molina de Segura.
El resto de componentes de la red son: la Cátedra de Economía del Agua de la Fundación Aquae (con la Universidad Nacional de Educación a Distancia); Cátedra Smart Cities de Hidrogea (Universidad Politécnica de Cartagena); Cátedra del Agua y la Sostenibilidad de EMUASA (Universidad de Murcia); Cátedra Internacional de Responsabilidad Social “ODS con Ciencia” de Hidrogea (Universidad Católica de Murcia); Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica de Hidrogea (con la Universidad de Murcia); Cátedra de Innovación Social de Aguas de Huelva (con la Universidad de Huelva); la Cátedra de Hidralia para la Gestión DISS del agua (Universidad de Granada) y, finalmente, la Cátedra de Inclusión Social Aguas de Alicante-APSA (Universidad de Alicante).
Cada Cátedra tiene unas líneas de actuación diferentes, que ya fueron presentadas en su primera sesión de trabajo conjunta, que ha contado con la participación de Manuel Cermerón, CEO de Agbar, así como de los directores y directoras de cada una de ellas.
A pesar de sus especialidades, todos los proyectos están marcados por el impulso a la investigación científica y la divulgación. Gracias a la colaboración entre las cátedras, se desarrollará un posicionamiento global frente a retos comunes, lo que permitirá conectar los ecosistemas de innovación con el mundo empresarial. También dinamizar la agenda social y política para contribuir a la transición ecológica y detectar y generar talento. De esta forma será más fácil luchar contra nuestro reto presente y futuro: el cambio climático.