Elon Musk, Jeff Bezzos, Bill Gates, Warren Buffett… Estos son los nombres de las personas más ricas del mundo. Dirigen negocios multimillonarios, son capaces de poseer cualquier cosa que se les antoje, Twitter, por ejemplo; y controlan entre todos más de 600 mil millones de dólares. Además, parece que el dinero no es lo único que tienen en común, ya que también tendrían una personalidad muy similar. Sí, han leído bien, al parecer lo de tener madera de rico no es un mito, va en el carácter.
Así lo ha demostrado una reciente publicación de Humanities and Social Sciences Communications, perteneciente a Nature, que ha logrado encontrar una muestra representantiva que pudiera arrojar algo de luz sobre cuáles son los rasgos de una personalidad 'ganadora' —en el sentido de personas que han amasado su fortuna a través de sus propios méritos—. ¿Cuáles son esas características? Pues bien, son personas tolerantes al riesgo, abiertas de mente, extrovertidas, concienzudas y un poco neuróticos.
Para encontrar el perfil, los investigadores evaluaron a los participantes según el 'modelo de los cinco grandes factores' o 'modelo OCEAN', por las siglas en inglés de las variables de personalidad que lo componen: abiertos al riesgo (vs. cautelosos), concienzudos (vs. descuidados), extrovertidos (vs. reservados), amables (vs. desafiantes) y neuróticos (vs. seguridad en sí mismos).
Además, para las mediciones se añadió otro rasgo más, la tolerancia a asumir riesgos, ya que, según explica el estudio, esto es algo que se ha relacionado históricamente "con una multitud de vidas exitosas y comportamientos financieros".
Arriesgados y poco amables
Las diferencia más alta entre las personalidades de ricos y no ricos se encuentra, precisamente, en este último factor, asumir riesgos, rasgo que los primeros tienen mucho más acentuado. Le sigue el ser menos neuróticos, abiertos a nuevas experiencias, concienzudos y extrovertidos.
Si bien, hay una característica en la que son superados por las personas no ricas y es en amabilidad. Según la investigación, los amasadores de grandes fortunas tienden a ser más desafiantes al trato con otras personas, aunque tampoco hay una gran diferencia entre ambos grupos.
Para la obtención de los resultados, el estudio utilizó dos muestras, por un lado una de 23.721 personas de población en general y, por otro, una de 1.125 de personas con grandes fortunas, una cifra que los autores presumen de ser una de las más amplias hasta la fecha. Para entrar en esta categoría, la persona debía tener un patrimonio neto individual de, al menos, un millón de euros.
Además, entre la muestra de los ricos había una diferenciación, aquellos que habían hecho su fortuna por méritos propios y los que habían heredado su dinero. Pues bien, según los datos, estos rasgos de personalidad aparecen más marcados en las personas 'hechas a sí mismas', mientras que los herederos se ajustaban mucho menos al prototipo. Es decir, según la línea de la investigación, el dinero no imprime carácter, sino que el carácter da dinero.
"Esto proporciona una evidencia sugerente inicial de que este perfil de
personalidad puede contribuir a la acumulación de riqueza", sentencian las conclusiones del estudio. "En nuestros datos, los millonarios hechos a sí mismos siguieron más de cerca el perfil de personalidad de los ricos y, cuanto más marcados tenían estos rasgos, más ricos eran", prosiguen.
Según la publicación, esto puede ser el inicio no sólo para comprender las claves del éxito de algunas personas, sino que serviría también para entender cómo son capaces de influir en otros aspectos de la vida, como podría ser la política.
Egocéntricos y poco emocionales
Ya en 2018, parte del equipo de esta investigación había logrado publicar en la British Journal of Psychology un artículo que pretendía dar respuesta a este asunto. En ese momento, la muestra de población rica era mucho menor que en esta ocasión (690 individuos), pero sirvió también para dar respuesta a la famosa pregunta de 'cómo son los ricos'.
Pues bien, en aquel caso la conclusión fue muy similar a la de ahora, añadiendo también el hecho de que los ricos son personas egocéntricas y poco emocionales, es decir, que no se dejan llevar fácilmente por impulsos.
Dos años antes de la publicación de estos datos, un estudio del economista Lex Borghans sobre coeficiente intelectual y rendimiento académico entraba también en el meollo de la personalidad de los ricos. En su caso, relacionaba la responsabilidad con el éxito financiero, ya que dentro de este rasgo se encuadran características como la perseverancia, el trabajo y la autodisciplina, algo que, como el CI, influye también en el rendimiento académico. Es decir, a mayores notas, más probabilidad de amasar fortuna.
Si bien, un alto nivel académico no es garante de éxito, como han dejado claro algunos famosos, Mark Zuckerberg, por ejemplo, y también algunas investigaciones. Es el caso del elaborado por la empresa privada UBS y Wealth-X y que, analizando los nombres de las grandes fortunas del mundo, comprobó que un tercio de los milmillonarios del mundo dejó la universidad a medias o, directamente, no fue. Bill Gates también es otro de los que comenzó su empresa cuando todavía estaba estudiando.
El estudio citado, además, pone de manifiesto un rasgo muy evidente de las grandes fortunas: el sexo. Tan sólo el 14% de los milmillonarios del mundo son mujeres. Un claro exponente es la lista Forbes. De los 2.765 nombres, 328 son de mujeres.
Tener personalidad de rico puede ser un factor crucial para serlo y los investigadores han afirmado que seguirán analizando este campo de estudio, pero datos como este último indican que las características demográficas que también influyen en ello.