El debate sobre la duración de la jornada laboral es uno de los más candentes de la actualidad política. Hace apenas un mes, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, confirmaba en un acto público que el Gobierno se estaba planteando disminuirla. "España sigue teniendo una jornada laboral de ocho horas como hace un siglo. Ha llegado el momento de reducirla", expresaba. Los argumentos a favor de esta propuesta siempre se mueven por el terreno de la conciliación y de la salud mental de los trabajadores, algo que ha sido reconocido por la OMS, pero ¿y si también hubiera pruebas de que preserva la productividad?
Así lo acaba de demostrar el estudio más grande del mundo, realizado con 61 empresas de Reino Unido y que ha involucrado a casi 3.000 empleados, los cuales han probado durante seis meses a aminorar su jornada laboral en un 20%, manteniendo, por otra parte, su mismo salario y los mismos objetivos de productividad.
Llevada a cabo por científicos sociales de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), en colaboración con profesionales del Boston College de Estados Unidos y la entidad especializada en el futuro del trabajo y la economía Autonomy, la prueba ha demostrado que es posible reducir la jornada laboral sin que las empresas vean mitigada su productividad, a la par que mejoraban la salud mental y física de sus empleados.
[El laberinto sin salida de la ansiedad: "La solución no es dopar a las personas con pastillas"]
"Antes de la prueba, muchos se preguntaban cómo se podría incrementar la productividad en una jornada de trabajo más reducida", explica uno de los responsables de la investigación, Brendan Burchell, sociólogo de la Universidad de Cambridge. "Pues eso es exactamente lo que hemos conseguido", sentencia. Es más, no sólo han demostrado que los ingresos de las empresas no se ven trastocados con estos horarios, es que aumentaron en una media de 1,4%.
Más contentos, más productivos
Según el investigador, una de las claves que explica este fenómeno es que, en una jornada de trabajo más corta, los empleados agudizaron la forma que tenían de hacer su trabajo y buscaban formas que les ayudasen a cumplir con los objetivos, pero en menos tiempo. Así, por ejemplo, unos aplicaron a su día a día tecnologías que les ayudaban con las tareas, mientras que algunos comenzaron a acortar los tiempos de reuniones. Otros, directamente, "apartaron su predisposición a perder el tiempo".
Los profesionales asociaron este cambio de actitud a las mejoras en salud física y mental de los trabajadores. Así, un 71% de los empleados informó de niveles más bajos de agotamiento, hallazgo que el documento califica de "significativo". Mientras, el 43% informó de mejoras en su salud mental, como menos experimentación de ansiedad y emociones negativas.
[Marina Díaz Marsá, psiquiatra: "Los problemas de salud mental en jóvenes nos tienen desbordados"]
"Estas mejoras en la salud física y mental podrían encajar con los cambios en la fatiga y el sueño que experimentaron los empleados", razona el estudio. La prevalencia de insomnio y problemas generales asociados con el sueño disminuyó considerablemente: un 40% logró mejoras en su sueño, un 45% no vio cambios y sólo el 15% notó un aumento de estos.
"Los empleados han descrito una reducción significativa del estrés", apunta por su parte otra de las investigadoras, Niamh Bridson Hubard, también de la Universidad de Cambridge, También hace referencia a un hecho llamativo, la desaparición entre algunos trabajadores del síndrome del domingo, un término que se utiliza en psicología para definir una serie de sintomatología, como ansiedad, malestar y/o problemas para conciliar el sueño, que, como explica el medio especializado Pychology Today, se asocia al 'miedo' que produce la llegada del lunes.
Empresas de todo tipo
Hay que matizar que el experimento no implicaba una reducción de cinco a cuatro días necesariamente. Lo que había que aplicar era una rebaja de la jornada de 40 horas a 32. Así, algunos trabajaban de lunes a jueves, mientras que otros libraban entre semana. Otras empresas, como las de restauración, calcularon los horarios de todo el año para que en verano se trabajase más horas y, en invierno, menos.
Porque uno de los puntos fuertes de la investigación es que ha implicado a empresas de sectores muy diversos, desde comercios, pasando la hostelería, la comunicación, las consultorías, hasta la sanidad, lo que permite que cualquier negocio pueda adherirse al método que proponen los investigadores, que celebran, además, el éxito de la prueba: alrededor del 92% de todas las entidades que han participado en el programa han afirmado que tienen la intención de continuar con este modelo laboral.
[Marta Carmona: "El sufrimiento psíquico se mercantiliza y hay quien se ha hecho rico con ello"]
El experimento ha estado organizado por la plataforma 4 Day Week Global, que ya había llevado a cabo ensayos de este tipo en Estados Unidos e Irlanda con unos resultados similares. Lo que hace especial al de Reino Unido es el gran número de empresas que han participado.
En todas las pruebas de estos países, además, los informes destacan un punto a tener en cuenta desde el punto de vista de la productividad: hay muchas menos bajas laborables, lo que, además de ser positivo para el trabajador, hace que la empresa ahorre costes. "El 37% de los empleados informaron de mejoras, por lo que nuestro estudio sugiere que una jornada laboral de cuatro días tiene el potencial de cubrir el coste asociado a la atención médica", describe el documento.
Este es un dato especialmente relevante en España. Según el Estudio de la evolución de los trastornos mentales y del comportamiento en la incapacidad temporal, la cifra de bajas laborables en nuestro país por dicho problema ha crecido un 17,36% desde 2015, con un total de 865.955 bajas iniciadas en 2021, el último año del que se tienen datos.
En esta línea, la OMS estima que cada año se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, lo que se traduce en un coste de más de un billón de euros por año en pérdida de productividad. Así, la organización sentencia: "Los riesgos para la salud mental en el trabajo pueden estar relacionados con horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles". Cuando se le preguntaba a los empleados cómo utilizaban su tiempo libre adicional, la respuesta mayoritaria fue "la administración de la vida".