Tiene más de 150 años de historia, está entre las 20 universidades más prestigiosas del mundo y ha acogido a seis premios Nobel. A pesar de su impresionante currículum cuenta, como una gran mayoría de instituciones, con un pasado oscuro con el que quiere ajustar cuentas a marchas forzadas. Y lo primero que ha hecho ha sido aclarar los experimentos con reclusos que se hicieron bajo su amparo.
Fue hace algo más de un año que la Universidad de California en San Francisco creó un Programa para la Reconciliación Histórica, que busca reparar las injusticias pasadas de la institución. Su primer ajuste de cuentas con el pasado ha sido con respecto a los experimentos que dos dermatólogos realizaron con presos de un centro cercano, a los que expusieron a pesticidas y tóxicos sin explicarles qué iban a hacer con ellos.
Fueron más de 2.600 los reclusos que, entre 1961 y 1977, participaron en los experimentos de Howard Maibach y William Epstein. Eran reclutados en el Centro Médico California de Vacaville, se les ofrecía un dinero por participar en un estudio pero no hay constancia de que se obtuviera ningún consentimiento informado, un paso básico en la ética de la investigación, ni se explicara los riesgos del estudio.
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Maibach se había especializado en estudiar la reacción de la piel ante el contacto con diversos agentes. Así, en algunos de sus estudios con presos exponía los presos a plaguicidas o a picaduras de mosquitos. En otros casos, directamente probaba medicaciones que no tenían nada que ver con las condiciones que habían llevado a los presos al Centro Médico Calfornia.
Los experimentos pararon en 1977, cuando el Estado de California prohibió la investigación en presos (un año después de que esta prohibición se hiciera a nivel federal). Ese mismo año, Epstein defendió la investigación biomédica con reclusos en el marco de las audiencias que el gobierno del estado organizó para tratar el tema. Murió en 2006 y nunca se retractó de ellas.
Quien sí lo ha hecho es Maibach. A sus 94 años, sigue activo en el departamento de Dermatología de la UCSF. Con más de 2.500 artículos publicados y habiendo recibido prácticamente todos los premios y honores de su campo, el dermatólogo expresó sus disculpas justo tras la publicación del informe por el Programa para la Reconciliación Histórica, casi 50 años después de que los experimentos se frenaran.
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"El trabajo que hice con compañeros en el Centro Médico de California se consideró por muchos como apropiado para los estándares del momento", señaló en una carta, "esos estándares estaban evolucionando claramente. Obviamente, no trabajaría bajo estas circunstancias hoy en día… Tengo un arrepentimiento sinciero en relación a esos esfuerzos de hace algunas décadas".
La actividad de Maibach y Epstein no fue algo aislado. Ambos fueron alumnos de Albert Kligman, un dermatólogo que inventó el medicamento para el acné Retin-A. Sin embargo, es más conocido por su actividad en la cárcel de Holmesburg, en Filadelfia, donde utilizababa a los presos como conejillos de indias, exponiéndolos a patógenos y productos variados: virus del herpes, estafilococos, productos cosméticos, drogas psicoactivas, isótopos radiactivos, ácido sulfúrico y productos carcinogénicos.
Entre estos últimos figuraban las dioxinas, unos compuestos altamente dañinos que forman parte del agente naranja, un herbicida que acabó haciéndose tristemente famoso por ser utilizado por Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.
La fuerza aérea norteamericana fumigó unos 30.000 pueblos con el agente no solo en dicho país sino también en Camboya y Laos. Más de dos millones de personas pudieron quedar afectadas por la exposición. En la actualidad todavía hay unas 50.000 personas afectadas, la mayoría hijos que nacieron con malformaciones por la exposición de los padres al producto o desarrollaron leucemias u otros tipos de cáncer.
Los estándares de la época
Kligman realizó sus investigaciones entre las décadas de 1950 y 1970, estando adscrito a la Universidad de Pennsylvania. En 2019, este mismo centro declaró que, a pesar de que las investigaciones se adherían a los estándares de la época, fue poco ética e irrespetuosa con los sujetos de investigación, muchos de ellos hombres negros reclusos.
Los estándares de la época, por cierto, ya habían comenzado a tambalearse. Maibach llegó a California en 1961 y empezó a aplicar lo que había aprendido de Kligman con la población penitenciaria del lugar. En 1966, la UCSF creó un Comité de Bienestar Humano y Experimentación que hizo obligatorio formalizar el consentimiento informado de los participantes para poder realizar la investigación.
Pero tanto él como Epstein optaron por una vía más laxa. Obtuvieron la aprobación para sus ensayos a través del Instituto Solano para la Investigación Médica y Psiquiátrica, que trabajaba con el Centro Médico California y obviaron el Comité de Bienestar Humano y Experimentación, lo que era una "violación directa de la obligación comunicado a todos los profesores de la UCSF en 1966", apunta el informe.
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De esta forma pudieron utilizar a los reclusos como sujetos de investigación colocando cajas con mosquitos en sus brazos para ver cómo el insecto les chupaba la sangre, probando diferentes medicamentos por diferentes vías (desde nasal a intravenosa) sin que el fármaco tuviera que ver con alguna condición médica del sujeto, o incluso aplicando varios pesticidas en los brazos de los presos para comprobar cómo eran absorbidos por la piel.
La comisión que ha elaborado el informe ha reunido más de 7.000 documentos relacionados con estas investigaciones, muchos de los cuales todavía no han sido revisados en profundidad por lo que los autores no descartan un segundo informe. Solo en uno de los artículos publicados por Einstein y Maibach hubo consentimiento informado: apareció publicado en noviembre de 1975, nueve años después de que la UCSF hiciera obligatoria esta formalidad.
El actual jefe del Departamento de Dermatología de la universidad, Jack Resneck, ha indicado que "gran parte de la investigación descrita contradice claramente los valores éticos de nuestra comunidad… Incluso si esta investigación fue aceptada por algunos en su tiempo, es esencial que ahora reconozcamos los daños que hemos hecho y su inconsistencia con los valores de la UCSF".
Fue el escándalo generado con el caso Kligman, el 'Mengele americano', lo que movió a prohibir los experimentos con reclusos en 1976. Muchos de ellos trataron de denunciarle a él y a las compañías químicas y farmacéuticas que requirieron sus servicios, como Dow Chemical y Johnson & Johnson, pero se desestimaron los cargos o estos habían prescrito. Kligman murió apaciblamente en 2010, a los 93 años. Fue en 2022, poco antes de la publicación del informe de la UCSF, cuando la ciudad de Filadelfia decidió pedir perdón por los experimentos llevados a cabo en su prisión.
En el caso de Epstein y Maibach no se ha recurrido a la Justicia. Después de todo, por mucho que estas prácticas nos parezcan reprobables e incompatibles con la dignidad humana con los ojos de hoy en día, no hace tanto tiempo formaban parte de la base de la experimentación científica.