El cáncer sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo, igual pasa en España. Según el último informe anual editado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), los cánceres más frecuentemente diagnosticados en España en 2023 serán los de colon y recto (42.721nuevos casos), mama (35.001), pulmón (31.282), próstata (29.002) y vejiga urinaria (21.694). A propósito del Día Mundial del Cáncer de Pulmón, que se celebra cada 17 de noviembre, conviene recordar que el tabaquismo, la contaminación ambiental y la edad son tres de las causas principales con una mayor incidencia en mujeres, que casi triplica la del 2001.
El cáncer de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer, estimándose en 22.830 el número de fallecimientos por esta causa en el año 2022 en España. Sin embargo, los avances en la investigación y los nuevos tratamientos están permitiendo ver mejoras en la supervivencia en los pacientes con cáncer de pulmón, principalmente en los tumores no microcíticos. La inmunoterapia y los tratamientos dirigidos están permitiendo mejorar el pronóstico y, hoy en día, un mayor número de pacientes presentan respuestas duraderas a los tratamientos. Pero no todos los cánceres de pulmón son iguales y hay unos más agresivos que otros. Hoy nos detenemos en los microcíticos, en el de células pequeñas. “Es extraordinariamente agresivo, con alta velocidad de crecimiento y con tendencia a metastatizar rápidamente. Por eso, es muy difícil detectarlo en etapas precoces, porque no da síntomas inicialmente y, en poco tiempo, la enfermedad está diseminada”, nos explica el doctor Antonio Calles, oncólogo médico del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y jefe de la Unidad de Cáncer de Pulmón del Hospital Ruber Internacional, que recientemente presentó en ESMO los últimos avances de sus investigaciones con el antitumoral de PharmaMar para este tipo de cáncer.
PREGUNTA: ¿Qué características hacen a este tipo de cáncer de pulmón diferente al resto?
RESPUESTA: El diagnóstico se hace mediante una biopsia del tumor y al examen por microscopio es muy característico, viéndose células muy pequeñas, redondas y azules. Por eso se llama microcítico o de células pequeñas, que lo diferencia del resto de tumores de pulmón que se llaman globalmente cáncer no microcítico de pulmón y que tienen múltiples subtipos, como el adenocarcinoma y el carcinoma de células escamosas.
P: ¿Cuál es la incidencia y prevalencia de esta patología? ¿Posibles estrategias de prevención?
R: La incidencia y prevalencia del cáncer de pulmón de célula pequeña (CPCP) puede variar según la región geográfica y otros factores, fundamentalmente condicionadas al hábito tabáquico. De hecho, es el tipo de cáncer de pulmón que más se asocia al consumo de tabaco y su uso está presente en el 99% de los casos que atendemos. En nuestro entorno, el CPCP representa el 15% del cáncer de pulmón. Es uno de los tumores cuya incidencia está bajando en los países desarrollados gracias al éxito de las políticas antitabaco implantadas en estos países. En España, debemos dar pasos adelante en políticas más restrictivas contra el consumo de tabaco si queremos disminuir la incidencia de esta enfermedad.
P: Recientemente, en la última edición del ESMO, presentó nuevos datos de posibles alternativas terapéuticas para pacientes con esta patología, ¿cuáles son los datos que más destacaría de su presentación?
R: Presentamos en el congreso de la Sociedad Europea de Oncología médica los resultados del ensayo clínico fase I/II LUPER en el cual estudiamos la combinación de lurbinectedina y pembrolizumab en pacientes con CPCP metastásico que han progresado a una primera línea de tratamiento con quimioterapia. Este es un escenario clínico muy difícil de tratar y clásicamente con resultados de eficacia muy pobres y con tratamientos no exentos de toxicidad. Este ensayo, combina una terapia citotóxica muy activa, que ataca específicamente al CPCP, y una inmunoterapia que permite que el sistema inmune del paciente reconozca y elimine al tumor. De este modo hemos conseguido un 46% de respuestas, algunas de ellas muy profundas y duraderas, incluyendo 2 pacientes con respuesta completa (esto es, sin evidencia del tumor) y algunas de más de 24 meses de duración. Estos son datos muy remarcables de eficacia y con un perfil de toxicidad conocido para ambos fármacos y sin nuevas señales de alerta.
P: De cara, sobre todo, a un lector o un paciente y sus familiares que no estén tan familiarizados con términos médicos ¿qué pueden suponer estos avances y qué importancia tienen para el tratamiento de esta patología?
R: En general, la principal recomendación que daría a las personas que padecen esta enfermedad es que busquen participar en ensayos clínicos. De esta manera tienen acceso a nuevas terapias que pueden cambiar el curso natural de la enfermedad. Los tratamientos aprobados en el momento actual son pocos y tienen una eficacia muy limitada. El CPCP es una enfermedad para la que se necesitan urgentemente nuevas opciones de tratamiento.
P: ¿Por qué están centrando la investigación en la combinación de fármacos, qué beneficios presenta esto para los pacientes?
R: Sabemos poco de la biología del CPCP, es una enfermedad heterogénea desde un punto de vista molecular y tremendamente plástica en términos evolutivos, lo que le permite adaptarse rápidamente bajo la presión de un tratamiento, generando resistencias. Combinar fármacos complementarios y diferentes en su mecanismo de acción, como puede ser la combinación que anteriormente comentaba, tiene la posibilidad de incrementar su actividad favoreciendo a más pacientes y retrasar el tiempo de resistencia y progresión de la enfermedad.
P: Si hablamos de nuestro país, ¿a qué nivel se encuentra España en la investigación clínica frente a esta patología?
R: España cuenta con centros e investigadores de primer nivel, reconocidos internacionalmente y que contribuyen de manera muy significativa al desarrollo clínico de nuevos fármacos contra el CPCP.
P: Una vez presentados estos nuevos datos, ¿qué pasos son los siguientes a seguir en este sentido?
R: Debemos buscar un nicho terapéutico, una necesidad no cubierta en el panorama actual del tratamiento del CPCP. Esto puede ser en la terapia de mantenimiento (tras un tratamiento de inducción eficaz si la enfermedad es metastásica) o en la consolidación (tras un tratamiento radical con intención curativa) para retrasar o evitar una posible recaída de la enfermedad cuando el CPCP se diagnostica en una etapa más temprana.
P: El cáncer de pulmón es la causa principal de muertes relacionadas con el cáncer en todo el mundo y es actualmente la enfermedad oncológica con más investigaciones abiertas por la industria farmacéutica en España en busca de nuevos tratamientos…¿Cómo vislumbra el futuro en este sentido?
R: Queda aún mucho por hacer, aunque hemos iniciado un camino que empieza a dar resultados favorables en supervivencia. Hay 3 pilares fundamentales para el éxito: prevención, detección precoz y tener acceso a buenos medicamentos y tratamientos que mejoren significativamente la supervivencia con bajo perfil de toxicidad y mejora en la calidad de vida de los pacientes. Para esto es imprescindible contar una red de centros que realicen ensayos clínicos de manera competitiva y de excelencia. La industria farmacéutica conoce el valor de la investigación en nuestro país y siempre participamos en estudios que consiguen cambiar el estándar del tratamiento para los pacientes con cáncer de pulmón.