Las Matemáticas han pasado de ser el 'coco' de muchos jóvenes a uno de los perfiles más demandados.

Las Matemáticas han pasado de ser el 'coco' de muchos jóvenes a uno de los perfiles más demandados.

Ciencia

La gran fuga de los matemáticos a la empresa privada: "Es un problema para las universidades"

Cada vez son más los jóvenes que al acabar el grado evitan desarrollar una carrera investigadora y docente en la universidad pública.

26 mayo, 2024 02:17

Mercedes Pelegrín tenía claro cómo quería que fuera su futuro. Es matemática y quería dedicarse a la investigación en la universidad pública. Estudió un doble grado en Matemáticas e Ingeniería Informática, un máster e hizo un doctorado. Incluso, le dieron el Premio de Investigación Vicent Caselles. Tras ese proceso, pasó dos años investigando en París. A su vuelta a España, la dificultad para conseguir una plaza como ayudante de doctor le llevó a buscar trabajo en el sector privado y no tardó en encontrarlo. Un año después, recibió una oferta para cubrir una plaza en la Universidad de Murcia, pero las condiciones que le ofrecía la consultora para la que trabaja y la docencia obligatoria que acompaña al puesto como investigadora en la facultad le hicieron cambiar sus planes.

Cada vez son más los jóvenes que al acabar la carrera de Matemáticas se decantan por trabajar para una empresa en lugar de desarrollar una carrera investigadora y docente en la universidad pública. Tanto es así, que las facultades están teniendo problemas para cubrir las plazas y temen que la situación vaya a peor.

Lo cierto es que existen diferencias entre lo que ocurre en ciudades grandes y pequeñas. Las facultades que se ubican en las ciudades de mayor tamaño, donde la vida es más cara, pueden tener más dificultades para cubrir las plazas porque los sueldos no son elevados. Las capitales pequeñas, al ser más baratas, suelen tener un menos impedimentos. El decano de la facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Brú, cuenta que el área que más dificultades puede presentar es el de la Estadística. A veces se quedan plazas de investigación sin cubrir porque son profesionales muy demandados en el sector privado.

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Manuel de León, académico de la Real Academia de Ciencias, explica que es una cuestión sobre todo monetaria. "Las empresas privadas ofrecen condiciones económicas mucho mejores". A nivel de conciliación y flexibilidad horaria, un investigador de universidad pública tiene mejores condiciones, añade el académico. La gran demanda por parte de las compañías privadas también hace que los alumnos se planteen si escoger este camino o  continuar por la vía de la tesis doctoral, algo “para lo que también hay pocas becas”, según Brú.

Un profesor titular puede llegar a cobrar, acumulando años de trabajo y bonificaciones, unos 40.000 euros brutos al año. De frente tienen a un sector privado que ofrece esa cantidad ya en los primeros años y que, según el ámbito y la posición que alcance el profesional, puede llegar a los 60.000 euros, agrega el que también es profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 

Otras vías profesionales

Conseguir una plaza y desarrollar la carrera profesional en una universidad pública puede ser más seguro y estable para los profesionales, pero también es un proceso mucho más largo y se buscan "otras vías", expone Brú. Tras cuatro años de carrera (cinco si se hace un doble grado) deben realizar un máster (un año) y luego un doctorado que dura una media de tres o cuatro años. Después de este proceso comienza la etapa laboral como profesor auxiliar, que no cuenta con las mejores condiciones económicas. 

En el caso de Pelegrín, el hecho de que la investigación en la universidad vaya ligada a la docencia era algo que le hacía replantearse ese camino. "Di clase cuando era estudiante de doctorado, pero no me apasiona", añade. Al final, dice la matemática, esta tarea no tiene nada que ver con la investigación y es una carga de trabajo "bastante fuerte". Esta situación y las posibilidades de desarrollo laboral y personal que le ofrecía su trabajo actual fue lo que le hizo quedarse en el sector privado.

Antes, los matemáticos que decidían dedicarse al sector privado lo hacían sobre todo en el ámbito de las finanzas. Ahora pueden desarrollar su trabajo casi en cualquier empresa, desde inteligencia artificial hasta compañías que diseñan videojuegos pasando por la industria del cine, cuenta el decano de la facultad de Matemáticas de la UCM. Las tareas más comunes son el análisis de datos y el aprendizaje automático, agrega De León. El propio Brú reconoce que los egresados salen de las aulas con un perfil muy diverso enfocado a la optimización de proceso, lo que los hace muy atractivos para muchas empresas.

Donde más se nota la falta de matemáticos en el sistema público es en la educación media (secundaria y bachillerato). Históricamente, las matemáticas tenían ciertas salidas establecidas entre las que destacaba la docencia en institutos. En los últimos años, la emergencia de ámbitos como la ciencia de datos y la computación hace que estos profesionales cada vez estén más demandados por el sector privado, expresa Aramayona.

Igual que ocurre en el caso de las universidades, el camino para conseguir un puesto fijo y estable puede ser bastante largo. Tras la carrera, hay que estudiar el máster habilitante para dar clases y aprobar una oposición, por lo que pueden pasar varios años. Muchas plazas para profesor de Matemáticas en Secundaria las están cubriendo profesionales de otras disciplinas como ingenieros y geólogos, cuenta Brú. Estos profesionales tienen un conocimiento de las matemáticas que les permite afrontar ese nivel de enseñanza, pero no las conocen en la misma profundidad ni las enseñan igual que alguien que haya estudiado la carrera, agrega. 

El relevo generacional en peligro

A los expertos les preocupa cómo puede evolucionar esta situación y, dicen, se está empezando a ver un problema respecto al relevo generacional. La media de los profesores universitarios de estas facultades está en torno a los 50 años. Ya se están empezando a ver jubilaciones en masa en las universidades, lo que supone un desafío para las instituciones por tener que cubrir esas plazas vacías en un tiempo relativamente corto, dice Javier Aramayona, director del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT-CSIC)

También supone un reto y un cambio desde la perspectiva de la experiencia ya que, en muchos casos, estos perfiles senior tendrán que cubrirse con profesionales junior. "Estamos cambiando catedráticos por ayudantes de doctores", expone Brú. El decano desarrolla que los primeros tienen un perfil más experto, con una extensa trayectoria científica; y los segundos, en cambio, comienzan a desarrollarla debido a su juventud. 

El grado de Matemáticas y los dobles grados que incluyen la disciplina están entre los estudios más demandados actualmente en la universidad española. Además de la vocación, Brú menciona dos motivos más para explicar este éxito. Por un lado, ver el éxito de una disciplina puede despertar la curiosidad. Por otro, también puede haber estudiantes que no tengan una vocación clara y decidan entrar en el grado buscando una opción con muchas salidas profesionales que les brinde más oportunidades de poder desarrollar su proyecto de vida y les de estabilidad.

El matemático de la UCM recalca que el hecho de que los egresados de estos grados se vayan a la empresa privada no es un inconveniente en sí. Una de las funciones de la universidad es proporcionar profesionales a todos los sectores. “Lo que sí es un problema es que las universidades no puedan desarrollarse por falta de medios”.

Lo que tiene claro el decano de la Facultad de Matemáticas de la UCM es que la única forma de poder retener el talento para que se quede a investigar e impartir clases en la universidad pública es aumentando la financiación para poder ofrecer unas condiciones económicas más competitivas. “Sin dinero no puedes ofrecer nada mínimamente atractivo”, establece Brú.