A los humanos nos encantan los mamuts. Es el animal más representado junto a nuestros antepasados en las recreaciones prehistóricas, pese a que su presencia en pinturas rupestres es menor que la de animales menos icónicos como ciervos, caballos o bisontes. Por eso no es de extrañar que sea, probablemente, el primer animal en volver a caminar sobre la tierra tras haberse extinguido hace tiempo.
Sobre la desextinción lleva hablándose desde hace años y, de hecho, ha habido algún tímido intento con animales como el bucardo, una cabra mo ntesa pirenaica cuyo último ejemplar vivo murió en el año 2000.
Sin embargo, fue el anuncio, en 2021, de una empresa estadounidense, Colossal Biosciences, de que la iba a poner en práctica con animales desaparecidos hace mucho tiempo, cuando esta posibilidad pasó de ser algo teórico o de ciencia ficción a una realidad sorprendentemente cercana.
Por supuesto, la primera especie que Colossal quiere desextinguir es el mamut.
Su CEO, Ben Lamm, estimaba que en menos de una década lograrían su objetivo. La directora de Ciencias Biológicas de la empresa, Eriona Hysolli, señala a EL ESPAÑOL que "hasta ahora hemos implementado todas las infraestructuras y colaboraciones necesarias y, como esperábamos, esa afirmación no ha cambiado".
La especie desapareció hace unos 10.000 años en tierra firme y quedó un pequeño reducto de animales en la isla ártica de Wrangel que sobrevivió 6.000 años más.
Los museos de medio mundo conservan multitud de restos: esqueletos y colmillos, pero también piel, pelo y carne, conservadas gracias a las bajas temperaturas que se han mantenido en Siberia o Canadá, de donde proceden la mayoría de muestras.
Esto ha hecho que haya multitud de oportunidades para obtener material genético de mamut, y de ahí la posibilidad de recrear de nuevo al animal.
La edad de oro del ADN antiguo
"Creo que estamos viviendo una edad de oro de la paleogenómica", destaca Love Dalén, investigador del Centro de Paleogenómica del Museo de Historia Natural de Estocolmo (Suecia).
"Pero no es algo específico del mamut. Ahora mismo ha habido un par de grandes artículos científicos sobre el mamut, así que quizá es la razón por la que se lleva más atención. Pero en los últimos años ha habido artículos sobre genómica de rinocerontes extintos, tigres de dientes de sable, homininos [antepasados de los humanos actuales), etc. Así que la edad dorada es algo más amplio que simplemente los mamuts".
Dalén es, precisamente, uno de los autores de esos "grandes artículos científicos" recientes sobre el mamut, aparecidos en el último mes.
El primero de ellos reconstruye el genoma de los animales que sobrevivieron en la isla de Wrangel para concluir que la endogamia no causó su extinción.
El segundo reconstruye la estructura tridimensional del ADN, es decir, cómo se distribuye en cromosomas, de un mamut muerto hace 52.000 años. Fue Dalén quien proporcionó la muestra, mientras que Marc Martí-Renom, del Centro Nacional de Análisis Genómico de Cataluña, colaboró en la reconstrucción posterior del material.
Este estudio "es un paso indirecto para la desextinción", afirma este último. "La razón es que nos da información de todos los cromosomas (28) de mamut y, además, nos dice que se parecen mucho a los del elefante actual".
"Como la desextinción se basa principalmente en 'mamutizar' un elefante actual, nuestro trabajo indica que la idea no es descabellada, aunque no simple".
Aquí está una idea crucial. El mamut desextinguido no será tanto un mamut como un elefante al que se le hayan aplicado cambios en su genoma para parecerse a uno. Esos cambios se harán en gametos de elefante y, probablemente, se geste el mamut en un útero de paquidermo.
Martí-Renom no ve factible tener mamuts vivos en diez años, como claman desde Colossal. Porque aunque gracias a su trabajo se sabe qué genes están expresados en el animal prehistórico que lo diferencian del elefante, "nos falta por conocer qué partes del genoma regulan esos genes".
Más optimista se muestra Love Dalén. "Creo que probablemente veamos un pseudomamut (híbrido de mamut y elefante) en un futuro no muy lejano. Todos los pasos necesarios se pueden resolver en teoría, aunque, dicho esto, hace falta un montón de innovación".
El gran reto está en la gestación. "Usar un elefante hembra como surrogado es un desafío ético, y la alternativa de desarrollar un útero artificial es muy difícil tecnológicamente".
No obstante, si la idea es desextinguir un mamut propiamente dicho, "tanto morfológicamente como fisiológicamente", habría que sumarle entender qué genes y otros elementos del genoma "subyacen las características que hacen a los mamuts genuinamente distintos de los elefantes".
Eriona Hysolli, directora de Ciencias Biológicas de Colossal, señala que el estudio que revelaba la estructura cromosómica del mamut "no mueve la aguja de la desextinción en un sentido u otro", porque el espécimen era antiguo (52.000 años) y la calidad de su ADN era relativamente baja.
Con todo, "es muy tranquilizador saber que el número de cromosomas coincide entre las dos especies, como se esperaba".
Destaca que el gran paso hacia la desextinción ha sido posible gracias a los avances en tecnología de secuenciación.
Antes, "solían ser necesarios muchos laboratorios y mucha mano de obra para producir un genoma antiguo de baja cobertura. Hoy en día, con un buen secuenciador a mano, uno o dos estudiantes de posgrado pueden procesar múltiples secuencias completas de genomas antiguos a la vez".
Un mamut en la Siberia actual
La técnica de reproducción es uno de los grandes retos para tener éxito en su objetivo, pero Hysolli añade "construir genomas más grandes y complejos desde cero, que serán relevantes más adelante en cada etapa de los proyectos de desextinción".
Porque el mamut solo es uno de sus proyectos, el primero y el más icónico, pero también se han fijado otros objetivos más cercanos en el tiempo: el dodo, una ave no voladora que desapareció de la isla de Mauricio en el siglo XVII, y el lobo de Tasmania, un marsupial que fue visto por última vez a principios del siglo XX.
El ser más cercanos en el tiempo, es más sencillo obtener genomas completos y encontrar especies emparentadas que puedan gestar (poniendo un huevo que contenga un embrión modificado) un ser desextinguido.
La técnica no será problema, reflexiona Marc Martí-Renom. "La cuestión no es tanto si se puede hacer o no sino si se debe, o no, hacer. Tenemos muchas especies en peligro de extinción y deberíamos dedicar esfuerzos a mantener estas especies y no tanto en recuperar aquellas que se perdieron hace mucho tiempo y que, además, vivían en un ambiente muy diferente al actual".
"Vaya", ironiza, "no sé cómo de feliz sería hoy en día un mamut en la Siberia actual".