Cuidar adecuadamente de las mascotas implica llevarlas al veterinario cuando se ponen enfermas, que pasen revisiones anuales para comprobar su estado de salud y proporcionarles transfusiones sanguíneas cuando sea necesario. Esto último es posible gracias a los donantes, otros animales domésticos que ponen su sangre a disposición de quien la necesite. Igual que hay ciudadanos que acuden al centro de salud, otros llevan a sus compañeros peludos a clínicas y hospitales veterinarios para que puedan ayudar a salvar vidas.
El procedimiento es parecido al de la donación de sangre humana. Los animales deben cumplir algunos requisitos, como tener entre uno y diez años, no padecer enfermedades infecciosas, estar vacunados y desparasitados y no tomar medicación (aparte de los antiparasitarios). Tampoco podrán donar si tienen antecedentes de enfermedades graves previas, si padecen soplos cardíacos o si ya han recibido una transfusión sanguínea, informa el Banco de Sangre Animal (BSA) en su página web. EL ESPAÑOL intentó contactar con su responsables, pero declinaron participar en el reportaje alegando falta de tiempo.
Estas condiciones son comunes para perros y gatos, pero cada especie tiene que cumplir con un peso mínimo. Los canes no pueden estar por debajo de 20 kilos y los felinos deben tener un mínimo de 3 kilos, según la página web del BSA. A los primero se les puede extraer entre 15 y 20 mililitros por kilo y a los segundos entre 10 y 15, detalla Alexis Esparza, veterinario especializado en medicina interna del grupo AniCura.
El experto explica que la sangre tiene diferentes componentes, por lo que este proceso tiene varias formas de realizarse. El animal puede recibir sangre entera (tal y como se extrae), concentrados de eritrocitos, plasma o plaquetas, según las necesidades. El especialista explica que, en su centro, realizan entre dos y cuatro a la semana. "Depende de la temporada. Por ejemplo, en época de caza podemos tener más perros con hemorragias por traumatismos". Por otra parte, hay pacientes que pueden requerir más de una transfusión sanguínea, añade.
Igual que ocurre con las personas, los animales también tienen diferentes grupos sanguíneos y es importante identificar el del receptor y el donante para asegurar la compatibilidad. Esparza destaca la importancia de realizar el tipaje sanguíneo y la técnica de la prueba cruzada. Esta última sirve para detectar en el paciente anticuerpos que pueden rechazar la sangre transfundida y es especialmente importante en gatos.
En perros el grupo sanguíneo usado es el sistema DEA, pero a la hora de transfundir solo se evalúa el de mayor relevancia clínica, el DEA 1.1. En el caso de los felinos, se diferencia entre los tipos A y B, "aunque se sabe que existen otros como el grupo Mik", cuenta el veterinario de AniCura.
Tanto los de AniCura como otros centros y hospitales veterinarios se abastecen de sangre animal para las transfusiones gracias al BSA. "Ellos se encargan de la extracción, tratar la sangre y quién nos la trae", expone. Al contrario de lo que ocurre en el proceso humano, en el caso de las mascotas, los veterinarios deben pagar por la sangre para las transfusiones. "Somos conscientes del coste que conlleva producir este tipo de productos, estando seguros de su calidad y ausencia de procesos infecciosos transmisibles vía hematógena", afirma Esparza.
El veterinario cuenta que, normalmente, no suele haber problemas de abastecimiento y pueden disponer de la sangre cuando la necesitan. Aún así, "hay cierto grupo sanguíneo, especialmente en gatos, que es difícil de conseguir", puesto que son escasos los ejemplares que lo poseen. Se trata del tipo B, porque la mayoría de estos felinos, especialmente el común europeo, que es el más frecuente en España, tienen tipo A.
Bienestar en todo momento
Para asegurar en todo momento el bienestar de los donantes, desde el BSA toman medidas en varios niveles, afirman en su página web. Valoran su estado de salud, mantienen altos estándares de higiene y seguridad y planifican cuidadosamente el día de la donación. Además, dan toda la información necesaria a los tutores, cuentan con un personal altamente formado y el proceso se supervisa en todo momento. Seleccionan a los animales por su temperamento "tranquilo y cooperativo", continúa la información. De esta forma, facilitan la manipulación, "haciéndola más segura y minimizando la ansiedad que pueda implicar".
Los tutores deben estar dispuestos a que sus peludos donen su sangre cada tres meses y, a veces, en emergencias de forma esporádica, indica el BSA. También tienen que informar si se produce cualquier cambio en su estado de salud y asegurarse de que el animal cuenta con una alimentación adecuada y un ambiente limpio y saludable. Asimismo deben realizarles análisis cada año.
A cambio, el BSA les ofrece, de manera completamente gratuita, la vacunación estándar, una desparasitación interna y externa cada vez que se sometan al proceso y la detección del tipo de sangre. Además, también les realizan un análisis completo y pruebas de detección de varias enfermedades. cuentan en su página web.
Esparza explica que el veterinario debe valorar el producto, la cantidad y la velocidad a la que realizar el proceso en cada caso particular. Una vez que se decide realizar la transfusión, esta debe realizarse "bajo el control continuo del veterinario, puesto que pueden aparecer reacciones adversas que indiquen parar de inmediato la transfusión". Actualmente, la donación solo se realiza en perros y gatos. Sin embargo, si dispusieran de sangre de otros animales, "posiblemente se podría realizar a cualquier mascota, siempre que se tengan en cuenta las posibles reacciones".