La astrología, una disciplina que asocia la posición y el movimiento de los cuerpos celestes con los eventos y características humanas, sigue siendo una de las prácticas más populares en diversas culturas alrededor del mundo.
A pesar de los avances científicos y tecnológicos, y de la crítica constante desde una buena parte de la comunidad científica, esta continúa ejerciendo una influencia significativa en la vida de millones de personas.
Los reyes y emperadores de antaño consultaban a sus astrólogos antes de tomar decisiones importantes, creyendo que los astros podían revelar el curso de los eventos futuros.
Ahora, desde los horóscopos diarios en periódicos hasta las consultas personalizadas con astrólogos o incluso apps móviles, la creencia en que las estrellas y los planetas pueden determinar nuestro destino sigue siendo una realidad cotidiana para muchos. Pero, ¿qué dice realmente la ciencia?
A lo largo de las últimas décadas, la ciencia ha llevado a cabo múltiples estudios para verificar la validez de este 'arte'. Estas investigaciones han abarcado desde análisis estadísticos de predicciones astrológicas hasta experimentos controlados que intentan determinar si los expertos en esto pueden ofrecer información precisa basándose únicamente en los datos astrológicos.
Sin embargo, la mayoría de estos estudios han arrojado resultados decepcionantes para los defensores de la astrología. La evidencia recopilada hasta ahora sugiere que no hay fundamentos científicos sólidos que respalden la capacidad de esta disciplina para predecir eventos futuros o describir con precisión la personalidad de los individuos.
Un estudio con 152 astrólogos
El matemático Spencer Greenberg ha explicado en un hilo en X (antiguo Twitter) los hallazgos de un estudio que realizó junto a otros colegas científicos enmarcado en el proyecto 'Clearer Thinking'.
En este se probó la habilidad de 152 astrólogos para demostrar si el horóscopo es una ciencia real o pura casualidad, prediciendo 37 hechos en concreto. Según destaca, el diseño de este estudio fue meticuloso, asegurando que estos expertos no tuvieran acceso a información que pudiera influir en sus predicciones fuera de los datos astrológicos proporcionados. Datos como sus signos solares astrológicos (ya sean Piscis, Aries, etc.).
"Si bien las pruebas de personalidad pudieron predecir estos hechos bastante bien, los signos solares no pudieron predecir ni uno solo de ellos", apunta en la publicación.
Como es de suponer, estos resultados suscitaron muchas críticas, sobre todo de los expertos participantes. En respuesta, el equipo diseñó un nuevo estudio. Esta vez, contaron con la asesoría de seis astrólogos experimentados para que las predicciones utilizaran la carta astral completa de una persona.
El estudio se rehace
A los 152 astrólogos experimentados se les facilitó información sobre 12 personas. Se trataba de datos como las respuestas a 43 preguntas sobre la vida y la personalidad de cada una de ellas, además de cinco cartas astrales completas diferentes de una de las personas, de las cuales sólo una era la correcta.
Greenberg explica que la razón por la cual se diseñó así es el estudio se debe a una de las afirmaciones más importantes de la astrología: que la carta natal de una persona contiene información sobre la vida y el carácter de ese individuo.
De ser así, los astrólogos deberían poder elegir correctamente la carta de una persona a un ritmo muy superior al de las conjeturas aleatorias.
Cada experto intentó emparejar a las personas con su carta astral correcta 12 veces. Si adivinaran completamente al azar, acertarían aproximadamente el 20% de las preguntas, o alrededor de 2,4 preguntas correctas, de media, de cada 12.
Los resultados fueron reveladores: las predicciones realizadas por los astrólogos no fueron más precisas que las obtenidas por puro azar. Este resultado, aunque esperado por la mayoría de los científicos, sorprendió a algunos por la magnitud de la discrepancia entre las predicciones astrológicas y los resultados reales.
A pesar de su confianza, los astrólogos, en promedio, acertaron 2,49 preguntas de cada 12. Ningún astrólogo logró acertar más de cinco coincidencias, aunque muchos creían que lo habían hecho significativamente mejor. En la propia página del estudio puedes realizar la misma prueba a la que fueron sometidos los astrólogos para ver cuánto aciertas.
Sin diferencia con el puro azar
"Los aspectos interesantes del diseño de este estudio son que, si la astrología no funciona, es imposible para los astrólogos hacer algo mejor que adivinar al azar en esta tarea; mientras que para que el estudio apoye la astrología, los astrólogos solo necesitan hacerlo un poco mejor que adivinar al azar", apostilla el matemático.
Si hubieran respondido correctamente al menos el 23% de las preguntas (ligeramente por encima del 20% de las respuestas aleatorias), el estudio habría resultado a favor de la astrología. Pero "estos tuvieron un desempeño indistinguible de las respuestas aleatorias, ya que respondieron menos del 21%".
Incluso los astrólogos que se reconocieron como expertos de talla mundial no obtuvieron mejores resultados que los aficionados. Además, hubo poco acuerdo entre ambos sobre qué carta correspondía a cada persona, lo que pone en tela de juicio aún más la coherencia de las interpretaciones astrológicas.
"Si los astrólogos hubieran elegido las cartas al azar, habrían coincidido entre sí el 20% de las veces. En nuestro estudio, incluso los más experimentados solo coincidieron el 28% de las veces", sentencia Greenberg.
Este estudio trata de abordar que la astrología, tal como se practica comúnmente, no posee una base empírica que justifique su uso como herramienta predictiva o de análisis personal. A partir de aquí entrarían en juego fenómenos como el efecto Forer, el sesgo de confirmación o incluso el alivio psicológico.