En las redes sociales se puede encontrar una cantidad infinita de contenido y, casi, de creadores. Prácticamente, cualquier tema puede convertirse en objeto de debate en plataformas como TikTok, Instagram y, sobre todo, X (antes conocida como Twitter). Dos disciplinas muy susceptibles a esto son la ciencia y la salud. Cada cierto tiempo se viralizan publicaciones que ponen en cuestión asuntos que ya están más que demostrados. Incluso, ocurre con temas que, por ser más que evidentes, ni siquiera debieran necesitar una justificación experta. Ahora le ha tocado el turno al agua y la afirmación de que no hidrata realmente, o no lo hace lo suficiente.
En los últimos días, se ha viralizado en Instagram y X la publicación de una usuaria en que asegura que el agua, tal y como se bebe normalmente, no proporciona la suficiente hidratación. Lo que ella afirma es que esta bebida, que ella llama "agua simple", carece de los minerales necesarios y recomienda añadirle sal para suplir esa carencia. Aunque la cuestión parece muy evidente, una vez más las redes sociales han sido testigos del debate que ha generado. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, afirma Gemma del Caño, farmacéutica y profesora en la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC). Además, califica como "bochornosas" este tipo de situaciones.
La farmacéutica comienza dejando claro que cualquier tipo de agua que bebemos a diario (embotellada, del grifo, filtrada u osmotizada) contiene sales. En el caso de las botellas, se puede reconocer en las etiquetas como 'residuo seco' en el apartado de composición química. Cada una tiene ciertas características que las diferencian entre sí, pero todas son igual de aptas para hidratarse sin suponer ningún tipo de problema, indica. En el caso del agua filtrada, el proceso le quita ciertas sales que contiene en mayor cantidad para mejorar su sabor, pero "en absoluto perjudican la salud".
Del Caño explica que no es necesario añadir sal, ni ninguna otra sustancia, al agua que se toma. Los minerales se obtienen habitualmente de los alimentos que componen la dieta. Algunos se encuentran en esta bebida, pero con la que se toma a diario es totalmente suficiente, expone. "En el agua del grifo ya tenemos la cantidad adecuada. No necesitamos un extra, no nos hace falta nada más". Es cierto que existen algunos preparados que aseguran actuar como complemento para añadir vitaminas y minerales, entre otros. Productos completamente innecesarios: "Para mí son un timo", sentencia la experta. "Con una alimentación adecuada no hay que añadir nada". La farmacéutica dice que se le puede añadir algún tipo de saborizante, pero "en ningún caso por salud".
Otra de las recomendaciones que hace esta usuaria en el vídeo es sustituir el agua que se consume normalmente por agua marina (como forma de obtener más sales), que se comercializa en diversos formatos. Esto no es nada aconsejable, destaca Del Caño. De hecho, explica que hay dos opciones: si se trata, literalmente, de agua del mar, se corre el riesgo de deshidratación al tomarla de manera habitual. Por otro lado, si le quitan cierta cantidad de sal para que sea apta para el consumo, "tampoco va a tener ninguna ventaja respecto al agua normal, solo estará algo más salada".
Uno de los argumentos que expone la creadora de la publicación es la necesidad de mantener "un equilibrio entre agua y electrolitos". Como ejemplo, utiliza a los deportistas, en concreto a los que realizan carreras de IronMan, y su necesidad de reponer sales. Del Caño aclara, una vez más, que eso no significa que esta sustancia no hidrate y necesite añadidos. "Requieren algún suplemento, pero lo obtienen con sus productos de fruta o con los complementos que llevan ellos con electrolitos, no con un agua que necesite más sal", apunta.
El peligro tras las publicaciones
No es la primera vez que surge un debate de este tipo. En 2020, la influencer Marina Yers, conocida por realizar afirmaciones polémicas en redes sociales, aseguraba en uno de sus vídeos que el agua "deshidrata más que hidrata". En ese momento, algunos científicos ya tuvieron que enfrentarse en plataformas como X a escépticos y conspiranoicos que estaban convencidos de las afirmaciones de la creadora de contenido.
Cuatro años después, el debate vuelve a resurgir y Del Caño lamenta que sea así. Cuando algo es "flagrantemente falso" como en este caso, no debería haber ningún lugar para el debate, aunque genere likes y seguidores, dice. Además, la farmacéutica advierte sobre el riesgo que tiene publicar este tipo de contenido. Estos vídeos, continúa, "tienen algo de base", pero sus autores "acaban inventándose todas las afirmaciones", lo que puede acabar confundiendo a la gente, lamenta. "Que haya que explicar estas cosas es absurdo", sentencia.