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Los jabalíes son un animal cada vez más presente en España, en exceso incluso, según los expertos. El pasado domingo se hizo viral en la red social X (antes Twitter) un vídeo que mostraba uno merodeando por el barrio madrileño de Vallecas. Algo así ya no es raro, cada cierto tiempo los medios e Internet se hacen eco de la incursión de estos animales en terreno urbano. Además, también es muy habitual verlos por las carreteras. "El problema está en todas partes", advierte Christian Gortázar, catedrático de Sanidad Animal en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y miembro del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC). 

A pesar de la dificultad para conseguir datos, desde el IREC hablan de una sobrepoblación de estos animales. Lo cierto es que seguir el crecimiento de la población de jabalíes es muy complicado. Se utilizan las estadísticas de caza y esta cuestión está bajo el control de las comunidades autónomas, lo que dificulta tener cifras unificadas, explica Gortázar. Su compañero en el IREC Joaquín Vicente asegura que a pesar de la dificultad, desde luego, "no han disminuido".

En 2023, desde el propio IREC comentaban a EL ESPAÑOL que estos mamíferos ocupaban más del 95% del territorio nacional y que los ejemplares llegan al millón y medio. Un año después, el catedrático de la UCLM estima que hay unos dos millones. También calculaban hace un año que para 2025 podría haber tres millones en la Península Ibérica, algo que a Gortázar, actualmente, no le parece imposible. 

"Estamos en cifras de máxima productividad de la especie en nuestro país", indica Vicente. Esta situación ocurre en toda Europa, en el viejo continente un crecimiento anual de entre el 10% y el 15%, asegura el catedrático de la UCLM.

Se favorece su profliferación

Si algo caracteriza a estos mamíferos, es su capacidad para adaptarse y sobrevivir casi en cualquier entorno, exponen ambos expertos. Eso es lo que hace que puedan proliferar en entornos periurbanos e, incluso, que podamos encontrarnos con uno en nuestro barrio. En estas zonas, los jabalíes entran porque "buscan alimento fácil y refugio", destaca Vicente. En estos entornos, el control de la población se complica bastante y depende de que los ayuntamientos dispongan de un plan para ello. 

Gortázar cuenta que los cambios que ha producido el ser humano en el suelo y el entorno rural también tienen una gran influencia en este aumento de población. El abandono del campo de los últimos años ha puesto a su disposición una superficie forestal que les da alimento y le sirve para refugiarse. En estas zonas suelen crecer robles y encinas que producen bellotas, por lo que pueden alimentarse gran parte del año de ellas, argumenta.

Los expertos también hablan de la transformación de la agricultura en las últimas décadas como otro factor determinante. Ahora se tiende más al monocultivo, se aumentan los regadíos y se trabaja con más especies leñosas, frutales y, sobre todo, maíz, comentan los investigadores del IREC. "Esto le viene estupendamente a estos animales para proliferar", agrega Gortázar. 

En territorio urbano también se extienden porque encuentran fácilmente alimento. Se aprovechan de los ciudadanos que les dan comida o, incluso, acuden a las colonias felinas municipales. Allí, se alimentan del pienso que les ponen a los gatos. 

Los daños que causa

Los daños que puede causar la sobrepoblación de jabalíes no se quedan sólo en las pérdidas que pueda generar a los agricultores, que también son importantes. "Que el animal se vaya a buscar el recurso donde esté puede causar problemas a nivel urbano y periurbano como atropellos". Según la DGT, los animales salvajes estuvieron implicados en más de 35.000 accidentes de tráfico en 2022, el 40% de ellos causados por estos ungulados.

La ganadería también se puede ver afectada. Estos animales pueden ser portadores y transmisores de la peste porcina africana, advierten desde el IREC. De hecho, en Europa la están extendiendo ellos. 

Si esto llegara a España, el sector se vería muy afectado porque tendría muchas dificultades para continuar con las exportaciones. "Hablamos de miles de puestos de trabajo", señala Vicente. El experto señala que esta enfermedad ya está afectando a países como Alemania e Italia y está a las puertas de Francia. 

El entorno también se ve afectado con el aumento de estos mamíferos. "Siempre que hay un desequilibrio en favor de una especie va en detrimento de otras", señala Gortázar. En este caso, más jabalíes significa una reducción de especies que viven en el suelo. No solo se trata de especies vegetales, su principal fuente de alimentación. También comen pequeños animales, vertebrados e invertebrados, lo que incluye anfibios, reptiles y aves que crían en el suelo, señala el catedrático. 

Cómo atajar el problema

Vicente sostiene que la única forma de abordar este problema es empleando una estrategia integral. "No se puede aplicar una única medida". Lo que plantea el experto es que este plan integral debería incluir medidas como la caza, la captura de ejemplares y el empleo de poblaciones de grandes depredadores como el lobo. 

Varias comunidades autónomas ya están empleando esa primera medida para intentar reducir la cantidad de ejemplares de jabalí. Entre ellas Castilla y León, la Comunidad Valenciana y Andalucía en la Costa del Sol. En algunas ciudades, como Málaga y Mijas, han contratado arqueros para alejarlos de los perímetros municipales.

Otra opción que ha ayudado a controlarlos en el pasado, y que puede servir ahora, es la ganadería extensiva, dice Gortázar. Los sitios en los que hay ovejas, cabras y vacas, que consumen los mismos recursos que estos animales, su población es un poco menor, detalla. "Cuando se abandonan por completo ese tipo de actividades, se deja todo el recurso disponible para ellos y es cuando aparecen los problemas".