Exterior del edificio del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Exterior del edificio del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Wikipedia

Ciencia

El misterio de los 31 millones para IA varados en el Ministerio de Ciencia: "Nadie sabe nada. Estamos desamparados"

Publicada

La financiación es el combustible de la innovación científica. Cada año son numerosas las convocatorias de becas y otros planes que permiten a los investigadores desarrollar su trabajo y aportar sus avances a la sociedad. Si estos procesos se paralizan, los profesionales que dependen de ellos pueden salir perjudicados. Es lo que está ocurriendo con una convocatoria publicada por el Ministerio de Universidades en julio de 2023, cuando era una cartera individual. Prometía 31 millones de euros para sufragar proyectos en el área de inteligencia artificial (IA). Casi un año y medio después, los solicitantes no saben nada.

Una de las afectadas por esta situación es Núria López, investigadora del Institut Català d'Investigació Química (ICIQ). Cuando se abrió el plazo de dos meses para presentar las candidaturas, montó un consorcio con su centro y otros siete para presentar un proyecto conjunto. "Nos atraía mucho. Pensábamos que nuestra área se beneficiaría mucho". Sin embargo, pasan los meses y no tienen ninguna respuesta. 

A esa situación de silencio, se suma la desaparición del Ministerio de Universidades como cartera única a finales de 2023. A partir de ese momento, se integra en Ciencia e Innovación. Esto complica el proceso porque los contactos de Ciencia con los que López y su equipo pueden hablar no saben nada del tema y tampoco saben darle un contacto de referencia que pueda darles alguna información. "Nadie sabe nada", lamenta la catalana.

El pasado julio, un año después de sacar la convocatoria, se publica el listado de solicitudes desestimadas. El proyecto de López y su equipo no está en él, por lo que entienden que su candidatura sigue adelante, aunque siguen sin saber nada más. "Parece que se ha quedado en una grieta entre el pasado y el futuro", se queja. 

Desde el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades indican que esta convocatoria "sufre una demora en la gestión interna para resolverla definitivamente". Este retraso lo achacan al proceso de integración de Universidades en esta cartera y a los cambios llevados a cabo en la Secretaría General de Universidades a finales de mayo de este 2024.

El dinero de la convocatoria procede de los fondos europeos Next Generation, que tienen un tiempo determinado de ejecución. Esto hace que la investigadora tema que ese plazo se venza antes de que se asignen y Europa pida la devolución al Gobierno. Toda esta incertidumbre ha hecho que se sientan "totalmente desamparados".

Fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la cartera que dirige Diana Morant, aseguran que han comenzado a barajar otras opciones para ese dinero. "Actualmente, el Ministerio estudia diferentes escenarios que permitan el uso de estos fondos ante la posibilidad de no poder sacar adelante la citada convocatoria en su formato actual". Este periódico ha preguntado a la administración si cuentan con algún plazo para resolver la convocatoria y dar respuesta a los investigadores, pero no ha obtenido contestación.

Los otros siete centros que forman el consorcio con el que López se presentó a la convocatoria son: el Centro Nacional de Supercomputación (CNS), el Sincrotrón ALBA, el Instituto Catalán de Nanociencias y Nanotecnología, la Universidad Rovira i Virgili, La Universidad del País Vasco y la Universidad Jaime I.

Su proyecto investiga materiales para la transformación energética. Un proceso que requiere análisis que se realizan a mano, lo que es "muy tedioso y limita el descubrimiento de elementos nuevos", señala la científica. Su propuesta pretende incluir la IA a estas técnicas para acelerar el proceso. Ya tenían prototipos, por ejemplo, en microscopía, pero la falta de financiación les ha impedido avanzar. 

Pérdidas económicas

Esta situación supone un problema para la competitividad porque el de la IA es un campo con avance muy rápido. De hecho, una de las técnicas en las que el grupo de López estaba trabajando, fue publicada por otro equipo el pasado octubre en la revista Science. La investigadora muestra su frustración porque asegura que, en el consorcio, tenían las herramientas para poder desarrollarlo y el conocimiento para hacerlo bien.

Ahora están obligados a buscar alternativas. "Tendremos que pensar un poco más en cómo seguir o buscar otra cosa más", lamenta. En lugar de partir de cero, si retomaran ahora esa parte, tendrían que comenzar desde los resultados ya existentes. "Habrá que tirar de imaginación, que en eso somos buenos".

No se trata solo del impacto a nivel académico, este retraso también supone otras pérdidas económicas. López asegura que hay compañías tecnológicas interesadas en este tipo de técnicas. Si ellos no las pueden desarrollar, se las comprarán a los profesionales que sí lo hagan.

Recursos humanos

El objetivo era repartir los 31 millones de euros que ofrece la convocatoria entre varios proyectos. La propuesta en la que participa la catalana ha sido una de las más ambiciosas, apunta. Han pedido dos millones de euros, que son su única fuente de financiación. "Es la única forma de soportar un consorcio tan grande".

Ese dinero es, fundamentalmente, para gastos de personal. Los recursos de computación los tienen gracias al CNS: "Siempre son generosos con nosotros". Asimismo, mucha de la información que necesitaban se iba a generar en el Sincrotrón ALBA, agrega la científica. 

El proyecto que incluye a López pretende generar conocimiento, ser una escuela para nuevos investigadores, indica la científica. "El objetivo es entrenar una nueva generación de gente que supiera hacer cosas que antes no se podían". Al contrario, lo que les está dejando este proceso es una desesperación e impotencia absolutas porque ya no saben qué más hacer. "Estamos atados de pies y manos".