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El café, esa infusión milenaria que no solo despierta por las mañanas, sino que también parece tener el poder de prolongar la vida y mejorar ciertos indicadores de salud, se ha convertido en el objeto de múltiples investigaciones científicas que tratan de desentrañar sus efectos a nivel metabólico y cardiovascular. Más allá de ser un aliado indispensable tras despertar, los estudios sugieren que el consumo moderado de esta bebida podría tener implicaciones profundas en la reducción de niveles de colesterol y en la promoción de una mayor longevidad. 

Uno de los descubrimientos más fascinantes en torno a este líquido marronáceo radica en su relación con el control del colesterol. Según un estudio publicado en la revista MediSur, el café contiene compuestos bioactivos, como los ácidos clorogénicos y los diterpenos, que poseen propiedades antioxidantes e influyen en el metabolismo lipídico.

Esta investigación sugiere que el consumo moderado de café puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares relacionadas con altos niveles de colesterol LDL, siempre que sea preparado mediante métodos que minimicen la presencia de estos compuestos nocivos, como el filtrado. Por otro lado, preparaciones como su modalidad hervida o en prensa francesa, al no filtrar los diterpenos, podrían aumentar los niveles de colesterol total, especialmente en individuos genéticamente predispuestos.

Es importante su método de preparación

Su preparación, de hecho, desempeña un papel crucial en su impacto en el organismo. En este contexto, métodos como el filtrado pueden ser más beneficiosos para personas con predisposición a niveles elevados de colesterol. Los diterpenos, compuestos presentes naturalmente en el café, se quedan atrapados en los filtros de papel, lo que minimiza su impacto negativo. Por el contrario, el café sin filtrar puede tener un efecto contrario, según destaca una investigación, elevando el colesterol LDL, conocido como el "colesterol malo". Este matiz, aparentemente técnico, puede marcar una gran diferencia para quienes buscan disfrutar de los beneficios de la bebida sin comprometer su salud cardiovascular.

El vínculo entre el café y una mayor longevidad es aún más interesante. Una revisión publicada por Mayo Clinic destaca que el consumo regular de café se asocia con un menor riesgo de enfermedades crónicas como el párkinson, la diabetes tipo 2 y ciertas enfermedades hepáticas. Esto podría deberse, en parte, a la acción de los antioxidantes presentes en este preparado, que combaten el estrés oxidativo, un proceso que daña las células y acelera el envejecimiento. Además, también parece tener un efecto protector contra ciertos tipos de cáncer, como el hepático y el colorrectal, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que lo convierte en un aliado clave en la búsqueda de una vida más saludable y longeva.

Su consumo en exceso no es saludable

Por supuesto, no es un elixir milagroso, y su consumo excesivo puede tener efectos adversos. La OMS y diversas organizaciones médicas han establecido que la dosis óptima de café es de aproximadamente 3-4 tazas al día, ya que superar esta cantidad puede generar insomnio, ansiedad, o incluso interferir con la absorción de ciertos minerales como el hierro. Sin embargo, dentro de este rango, los beneficios superan ampliamente a los riesgos, ofreciendo una mejora notable en la calidad de vida de quienes lo consumen regularmente. 

En lo que respecta a la longevidad, un estudio publicado en The New England Journal of Medicine analizó datos de más de 400.000 personas y encontró que aquellos que bebían café regularmente tenían un riesgo de mortalidad general significativamente menor en comparación con quienes no lo consumían. Este hallazgo se mantuvo incluso después de ajustar factores como el tabaquismo, la dieta y el ejercicio físico, lo que refuerza la hipótesis de que esta bebida tiene un impacto directo en la salud a largo plazo. Aunque el mecanismo exacto no está completamente claro, los investigadores sugieren que los antioxidantes y los compuestos antiinflamatorios desempeñan un papel central en este efecto protector.

Incluso también ha demostrado ser un aliado en la prevención de enfermedades metabólicas, particularmente la diabetes tipo 2. Un metanálisis publicado en Diabetes Care encontró que cada taza adicional de café consumida diariamente se asocia con una reducción del 7% en el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Este efecto protector parece estar relacionado con su capacidad para mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación sistémica, dos factores clave en la patogénesis de la diabetes. Este beneficio, combinado con su capacidad para mejorar el perfil lipídico, hace del café un componente esencial de una dieta equilibrada.

Cuida el hígado y el cerebro

Además, también puede tener un impacto positivo en la función hepática. Estudios han demostrado que los consumidores regulares de café tienen un menor riesgo de padecer cirrosis, especialmente la cirrosis alcohólica. Esto se debe a que ciertos compuestos que contiene ayudan a reducir la acumulación de grasa en el hígado y a proteger contra la inflamación crónica, ambos factores clave en el desarrollo de enfermedades hepáticas graves. Este beneficio es particularmente relevante en una época en la que las enfermedades hepáticas no alcohólicas están en aumento debido al estilo de vida sedentario y las dietas altas en grasas.

Otro aspecto notable es su efecto neuroprotector. Estudios realizados en Europa y Estados Unidos han encontrado que los consumidores de café tienen un menor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson. Este efecto se debe en parte a la cafeína, que bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, reduciendo así la inflamación y el daño oxidativo en las neuronas. Estos hallazgos han llevado a los investigadores a considerar esta bebida como una herramienta potencialmente útil en la prevención de estas enfermedades debilitantes.

También es importante considerar que el café tiene la capacidad de hacer sinergia. Sus beneficios son más pronunciados cuando se integra en un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y un manejo adecuado del estrés. Además, factores como la calidad del café, su método de preparación y la hora del día en que se consume también pueden influir en sus efectos. Por ejemplo, tomarlo en ayunas puede ser irritante para algunas personas, mientras que para otras puede ser una excelente manera de comenzar el día con energía y claridad mental.