Representación del núcleo de la Tierra.

Representación del núcleo de la Tierra. Laboratorio Nacional Argonne (EEUU)

Ciencia

El eje de rotación de la Tierra se está inclinando cada vez más y no es una buena noticia: la alerta de los científicos

I. Sánchez
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El papel del ser humano en los cambios que sufre la Tierra es algo que no es para nada nuevo, aunque quizá no todo el mundo sepa hasta donde llega. Acciones cotidianas como abrir el grifo para beber agua, lavarse las manos o regar las plantas pueden contribuir a la hora de que todo el planeta sufra variaciones. De hecho, ya está pasando: entre 1993 y 2010 se desplazó una masa de agua tan grande que la rotación de la Tierra se inclinó casi 80 centímetros hacia el este, 4,3 centímetros por año.

El polo de rotación alrededor del cual gira el planeta, se mueve en un proceso conocido como movimiento polar, cuando la posición del polo de rotación de la Tierra varía en relación con su corteza. 

Este proceso se puede comparar con el movimiento de una peonza. Si se produce un cambio en la distribución del peso de este juguete, el giro se producirá de manera diferente. Ocurre lo mismo con la distribución del agua en el planeta: si se va desplazando, también cambiará el giro de la Tierra.

Un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters en 2023 calculó que entre 1993 y 2010, los humanos extrajeron 2.150 gigatoneladas de agua subterránea. Esta cantidad equivale aproximadamente a 9,09 cuatrillones de tazas de agua. Además, ese bombeo hizo que aumentara el nivel del mar en unos 6 milímetros. Para llegar a estas estimaciones, los autores se basaron en modelos climáticos.

No es la primera vez que se investiga algo así. En 2016, otro grupo de científicos demostró que la distribución del agua podía cambiar la rotación de la Tierra, pero en ese momento, no había información sobre cómo podría estar relacionado el uso de las aguas subterráneas con este fenómeno.

La investigación de 2023 consiguió esos detalles. "Nuestro estudio muestra que, entre las causas relacionadas con el clima, la redistribución de las aguas subterráneas en realidad tiene el mayor impacto en la deriva del polo de rotación", indicó Ki-Weon Seo, geofísico de la Universidad Nacional, austro principal, a la revista Advancing Earth and Space Sciences. 

El grupo liderado por Seo hizo cálculos con los cambios que habían observado en la dirección del polo rotacional de la Tierra y el movimiento del agua. Tras trabajar con varias posibilidades, la única que encajaba con esos 4,3 centímetros anuales era la que incluía la extracción de agua subterránea que habían calculado en 2.150 gigatoneladas.

Seo se mostró muy satisfecho con sus resultados: "Estoy muy contento de haber descubierto la causa inexplicable de la desviación del polo de rotación". No obstante, también reconoció su preocupación por el peso que tiene el bombeo de agua subterránea como otra fuente más del crecimiento del nivel del mar.

La importancia del agua subterránea

El agua subterránea no es la misma que la que se ve fluir en ríos y lagos. Esta se encuentra bajo tierra, oculta, y se va acumulando gracias a la lluvia y otras forma de precipitación, como la nieve. El agua se filtra en el suelo y poco a poco va pasando a los acuíferos naturales que hay debajo, conocidos como reservorios subterráneos. Estos depósitos son fundamentales y una característica importante del ciclo del agua porque permiten tener agua incluso en épocas de sequía.

A día de hoy, más o menos la mitad de la población de todo el mundo depende de estas reservas subterráneas para disponer de agua potable. Asimismo, proporciona una tercera parte de la irrigación a nivel mundial. Históricamente, el ser humano había conseguido extraerla empleando métodos como pozos o perforaciones, entre otros. Sin embargo, a lo largo del siglo pasado se empezaron a utilizar metodos más agresivos que explotaban estos recursos a un nivel mucho mayor.

El estudio realizado por Seo y su equipo ha permitido conocer de forma eficaz el papel que juega la extracción de agua subterránea en la rotación de la Tierra y ha demostrado que es más importante de lo que se creía. Esta investigación también refleja que hacen falta más esfuerzos por parte del ser humano para abordar el cambio climático. 

Es bastante posible que estas variaciones en el polo de rotación no influyan en cómo experimentan las estaciones las zonas que están en riesgo, pero sí que pueden tener repercusión en el clima. "Observando cambios en la rotación de la Tierra, el polo es útil para comprender las variaciones del almacenamiento de agua a escala continental", desarrolló Seo.

Los primeros datos disponibles acerca del movimiento polar son de finales del siglo XIX. Toda esta información se puede emplear para entender los cambios en el almacenamiento de agua continental en los últimos 100 años. "¿Hubo algún cambio en el régimen hidrológico como resultado del calentamiento del clima? El movimiento polar podría tener la respuesta", establece Seo.