M. Domínguez
Publicada

Un terremoto de magnitud 7 ha sacudido este jueves la costa oeste de Estados Unidos, amenazando parte de la zona litoral de los estados de California y Oregón por un potencial tsunami.

El centro del seísmo fue ubicado a 63 kilómetros de la costa en línea recta desde la ciudad, en California, ha indicado el Servicio Meterológico de EEUU, y se situó a 10 kilómetros de profundidad.

La franja costera afectada por el potencial tsunami se extiende 643 kilómetros desde Dunes City, en Oregón, hasta San Francisco.

"Una serie de grandes olas y fuertes corrientes puede impactar en la costa cerca de usted. Está en peligro. Aléjese de las aguas costeras", rezaba la alerta que recibió la población local de Berkeley, en la Bahía de San Francisco. "Diríjase a zonas altas o del interior. Manténgase lejos de la costa hasta que las autoridades locales digan que en seguro regresar".

La alerta de tsunami finalizó apenas una hora después de ser emitida pero al menos 19.000 personas se han quedado sin corriente eléctrica en todo el estado, según la web poweroutage.us.

La costa oeste de Estados Unidos es famosa por su actividad sísimica. Gran parte del norte de California se encuentra cerca de los límites de tres placas tectónicas: la del Pacífico, la de América del Norte y, entre medias, la de Gorda.

La magnitud (es decir, el tamaño) de los terremotos se mide por una escala desarrollada por Charles Francis Richter, precisamente, en California, llamada escala de magnitud local y conocida popularmente como escala Richter.

Se trata de una escala no lineal, es decir, un terremoto de magnitud 4 es inmensamente mayor que uno de magnitud 3. En teoría, no hay un máximo en la escala, si bien la de Richter alcanzaba hasta 7. A partir de ese número se utiliza, desde 1978, la escala sismológica de magnitud de momento.

Cuando Estados Unidos emite una alerta de tsunami tras un terremoto de magnitud significativa, significa que existe la posibilidad de que el sismo haya generado una serie de olas peligrosas que podrían afectar las áreas costeras cercanas al epicentro. Sin embargo, esto no siempre confirma que un tsunami haya ocurrido, sino que las condiciones son favorables para que ocurra, y se toman precauciones.

Así, la alerta de tsunami se emite cuando se dan tres condiciones: en función de la magnitud del seísmo y de si es lo suficientemente fuerte como para causar disturbios en el lecho marino o cerca de la costa; en función de la profundidad (los terremotos a menos de 70 kilómetros de profundidad tienen más probailidad de generar tsunamis); y en función de su ubicación.

De la misma forma, se lanzan tres tipos de mensajes de alerta. La alerta de tsunami es el aviso más alto e indica un peligro inminente en áreas específicas (como ha sido el caso de California). El aviso o vigilancia de tsunami pide precaución porque existe un riesgo moderado mientras se monitorea el desarrollo del fenómeno. Y, por último, la información de tsunami apunta a que no es peligroso pero informa sobre un terremoto importante. 

En función de todos estos datos, las autoridades actúan tomando medidas drásticas como puede ser la evacuación de localidades costeras o pidiendo a la población que lleven a cabo medidas preventivas como colocarse en zonas altas.

En 2022 un terremoto sacudió el Condado de Humboldt causando dos muertos y 17 heridos. Su magnitud fue de 6,4: hay que remontarse hasta 2010 para observar un temblor de mayor magnitud en California: alcanzó el 7,2 y provocó cuatro fallecimientos y 233 heridos. Sin embargo, su centro estuvo en el estado mexicano de Baja California, al sur de la California estadounidense.

Ambos seísmos ocurrieron tierra adentro. Por la situación de las placas, es poco frecuente que ocurran en las aguas costeras. De hecho, el último tsunami que se recuerda en la zona fue producto de un terremoto de magnitud 9 al otro lado del Atlántico, en la región japonesa de Tohoku, en 2011.

En los últimos 100 años, California ha vivido tsunami, originado desde Alaska. En 1964, un temblor de magnitud 9,2 arrasó la costa pacífica norteamericana, causando más de un centenar de víctimas en total, 11 de ellas en California.